(ARELY JUÁREZ. EL SOL DE MÉXICO)
Enfrentar el desafío global de asegurar una producción alimentaria sostenible se vuelve cada vez más crucial, en vista de la necesidad de alimentar a una estimada población de 9 mil 700 millones de personas para el año 2050, según la información de la Organización de las Naciones Unidas. En ese contexto, la urgencia de aumentar la producción de alimentos en un 70 por ciento destaca la necesidad apremiante de adoptar prácticas agrícolas y sistemas alimentarios más eficientes y sostenibles.
En este panorama global de sostenibilidad alimentaria, México se destaca notablemente. La abundancia de sus recursos naturales, la diversidad de especies cultivadas y el compromiso con prácticas sostenibles sitúan al país en la vanguardia de la promoción de la acuacultura responsable. Esto contribuye no sólo a la seguridad alimentaria nacional, sino también al desarrollo sostenible a nivel mundial.
Según datos del Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN), México ha emergido como un líder destacado en la industria acuícola y pesquera, ocupando el vigesimocuarto lugar en producción acuícola y el decimotercero en producción pesquera a nivel mundial. Estas cifras revelan un valor económico significativo, estimado en alrededor de 39 mil millones de pesos, consolidando a México como uno de los actores más relevantes en el ámbito acuícola a escala global.
La acuicultura en México experimenta un crecimiento notable no sólo para abordar el desafío de garantizar un suministro sostenible de alimentos, sino también como una contribución fundamental a la conservación de la salud de los océanos. Este sector en expansión no solo genera empleo y actividad económica en las comunidades costeras, sino que también impulsa prácticas de producción más responsables y respetuosas con el medio ambiente.
La diversificación de la acuicultura mexicana abarca desde la cría de diversas especies de peces y mariscos hasta la producción de algas y otros productos marinos. Esta variedad no sólo fortalece la seguridad alimentaria del país, sino que también ofrece oportunidades para el desarrollo tecnológico y la innovación en la industria.
Además, el crecimiento continuo de la acuicultura en México se respalda con políticas gubernamentales que fomentan la inversión en este sector estratégico. Programas de apoyo financiero y capacitación contribuyen a fortalecer la competitividad de los productores locales y a mejorar las prácticas de manejo ambiental.
Pioneros en el cultivo de especies
Para lograr un desarrollo sostenible, es indispensable que existan cambios fundamentales en la manera en que se producen, procesan, transportan y consumen los alimentos. Un ejemplo destacado de los beneficios de la acuicultura marina se encuentra en Earth Ocean Farms, una empresa de acuicultura regenerativa con sede en La Paz, BCS, líder en el cultivo responsable de especies marinas.
Piscifactorias en el mar abierto. Foto Cortesía / Earth Ocean Farms
La firma es pionera ya que se dedica al cultivo comercial de una especie en peligro de extinción como lo es la Totoaba y es la primera que produce Huachinango (pargo rojo). Sus prácticas acuícolas favorecen una fuente de alimentos sostenibles al tiempo que reducen la presión sobre las poblaciones naturales y permiten su recuperación a largo plazo.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA), así como por la Dirección General de Vida Silvestre de la SEMARNAT, el modelo de negocio y el programa de liberación de Earth Ocean Farms, han contribuido sustancialmente a la regeneración de la población de Totoaba en el Golfo de California.
Cada año, la organización libera juveniles de Totoaba en Bahía Concepción, BCS, en colaboración con cooperativas pesqueras locales y organizaciones educativas de las comunidades de Loreto y Mulegé. Hasta la fecha, se han liberado más de 200.000 ejemplares de Totoaba a su medio natural, lo que ha favorecido su regeneración.
“Earth Ocean Farms es un ejemplo destacado de cómo la acuicultura puede desempeñar un papel crucial en la restauración de los recursos naturales al tiempo que garantiza un suministro constante de alimentos sanos“, declaró Juan Carlos Lapuente Landero, director de Investigación en Acuicultura del Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura (INAPESCA).
El Subsecretario Fernando García Romero informó que está por cerrar la ventanilla de este programa del INAPESCA. Foto: Cortesía | Gobierno del Estado
“Con prácticas sostenibles y tecnologías innovadoras, empresas como ésta están liderando el camino hacia un futuro más brillante para la seguridad alimentaria y la conservación de los ecosistemas marinos“, agregó.
La relevancia de la sostenibilidad ha experimentado un marcado aumento desde el año 2020, posicionándose como una de las tendencias preeminentes, según señala la consultora de mercado Innova Market Insights. Se destaca que la demanda por una producción alimentaria sostenible ha alcanzado niveles sin precedentes, reflejando las crecientes expectativas de los consumidores en este ámbito. Este fenómeno subraya la importancia crítica que la sostenibilidad ha adquirido en la toma de decisiones y preferencias del consumidor en la actualidad.
“En Earth Ocean Farms impulsamos un desarrollo sostenible, que además de fomentar el desarrollo generativo de las especies marinas y sus ecosistemas, impulsa el bienestar de las comunidades costeras a través de la generación de empleo. Por medio de la acuicultura marina, conseguimos reducir el estrés hacia nuestros mares mediante tecnologías holísticas e innovadoras, además de generar una solución alimenticia hacia el futuro. Cada uno de nuestros procesos contempla la trazabilidad total de las especies desde el huevo, hasta la mesa” dijo Pablo Konietzko, Director Ejecutivo de Earth Ocean Farms.
Más allá del potencial demostrado para influir positivamente en el medio ambiente y cultivar diversas especies para un suministro más resiliente de alimentos saludables, la acuicultura también ofrece beneficios socioeconómicos a las comunidades locales. Un informe reciente publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destaca que la acuicultura proporciona empleo e ingresos a más de 1,5 millones de personas en México, especialmente en regiones costeras y rurales donde la pesca tradicional ha disminuido.
Abordar los desafíos en el ámbito de esta técnica a nivel global invita a reflexionar cuidadosamente sobre la procedencia de los productos marinos que llegan a nuestras mesas. Es esencial establecer vínculos más estrechos entre el pescado que consumimos, los acuicultores que lo producen y los ecosistemas marinos que sustentan esta actividad. Al recorrer los pasillos de las tiendas en busca de productos acuícolas, nuestras elecciones se vuelven determinantes no solo para nuestros hábitos alimentarios actuales, sino también para la configuración del futuro de la acuacultura sostenible.
Para más información, consulta el sitio www.earthoceanfarm.com/sustentabilidad.php