MERI CASTRO. GREENPEACE
Hoy celebramos el Día de la Tierra, nuestro hogar 🌎💚.
Desde hace 53 años esta fecha se conmemora para recordar -al menos una vez al año- que la vida humana -nuestra vida- no es posible sin la Madre Tierra y todo lo que nos provee.
Esta vez el lema elegido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es “Invertir en nuestro planeta”. La propuesta es motivar a cada persona a comprometerse y apoyar soluciones y acciones que hagan frente al cambio climático y a otros problemas ambientales en todos los niveles (empresarial, finanzas, gobiernos locales y nacionales).
Es sabido que no se cuida aquello que no se ama. Por eso, para que más ciudadanos y ciudadanas quieran “invertir en el planeta”, creemos que lo primero es ayudar a reparar la relación con la Madre Tierra.
Esta relación se rompió porque en la sociedad de mercado nos enseñaron que la naturaleza es algo separado de las personas. Apenas un reservorio de recursos naturales infinitos de los que podemos tomar todo sin dar nada a cambio.
Claro que esto no es cierto. Muy por el contrario, somos uno con la Tierra y sólo reconociéndolo podemos empezar a crear una sociedad sustentable que asegure un futuro vivible. ¿Y qué mejor día para empezar que hoy?
Volver a ser sensibles al mundo natural
Podemos decir que si cada persona es un integrante más del elenco estable de la naturaleza, cuidar de nuestro entorno es cuidarnos a nosotros mismos. Entonces resulta evidente que mantener esa premisa en olvido permitió usar al mundo natural sin reparos, como si estuviera sólo a nuestro servicio.
En busca del supuesto “progreso”, talamos bosques enteros, explotamos montañas, sacamos petróleo de lo más profundo del suelo, tiramos basura en cualquier lugar y cultivamos regando con veneno.
Tanto exigimos al planeta, que hace varios años venimos consumiendo por encima de su capacidad de regeneración. A lo que hay que sumar el gran daño que todas las actividades humanas ocasionaron (léase calentamiento global y crisis climática.)
A esto le sigue la triste historia que ya conocés: ecosistemas en jaque, extinción de especies animales y vegetales, contaminación del aire, agua y suelo, etc. Nada parece frenar nuestra carrera, ni siquiera el hecho de que es la propia supervivencia de nuestra especie la que está también en peligro.
Pero aún podemos cambiar el final de esta historia. ¿Cómo? Volviendo a sentir la conexión con la Pachamama. Basta con acercarnos a un espacio natural (puede ser la plaza más cercana o el patio de tu casa) y observar lo que ocurre alrededor: las hormigas que van en busca de comida, los pájaros, los árboles mecidos por el viento, las nubes en el cielo.
Valorar lo natural nos llevará a cuidar y preservar lo que tenemos. De lo individual a lo grupal, la progresión se irá dando. Encontrarás a más hombres y mujeres con tus mismos intereses, apoyarás causas, comprarás de manera consciente, reciclarás…
Sin darte cuenta, conformarás parte de esa masa crítica para que, como sociedad, nos despeguemos de la lógica del mercado (que necesita de consumidores siempre insatisfechos y trabajadores incansables). De esta forma, podremos buscar un ritmo que se acerque más a los de la naturaleza. Sólo así podremos darnos a la tarea de restaurar y regenerar la Tierra.
Estamos seguros de que ejercitar la sensibilidad nos llevará a imaginar juntos otras formas de vivir y organizarnos.
Ritual para agradecer
Antes de seguir, creemos que es importante empezar por agradecer a la Tierra por ser nuestro sostén, por brindarnos alimento, agua y aire.
Dar gracias es una buena forma de reconocer todo lo que sí tenemos. Y nos permite entender que la abundancia no está dada por los objetos ni la productividad, sino por los afectos, los momentos y la armonía que tengamos en nuestra vida.
Por eso, podés decir en voz alta o repetir para adentro:
Gracias Tierra querida por ser hogar de toda clase de seres maravillosos y por seguir dándonos todo a pesar de los tratos que recibís 🙌 .
Si querés, enumerá todas aquellas cosas por las que hoy das las gracias y llenate de gratitud.