(ANGÉLICA FERRER, CORRESPONSAL EN MÉXICO. SPUTNIK)
Tras fuertes presiones de Estados Unidos, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador presentó recientemente una iniciativa de ley para prohibir el fentanilo ilegal en el país.
De acuerdo con el Sistema Estatal de Notificación de Sobredosis de Drogas No Intencionadas (Sudors, por sus siglas en inglés) estadounidense, tan solo en 2022, que es el bilateral debido, sobre todo, a la crisis de salud que enfrenta la sociedad estadounidense por esta sustancia, que aunque sí está permitida para uso médico, también se utiliza para potenciar el efecto de otras drogas, como la heroína, la anfetamina o la cocaína.
Por ello, el mandatario mexicano presentó un proyecto de ley con el que también se busca prohibir los cigarrillos electrónicos y otras drogas. Todo esto forma parte del paquete de reformas que López Obrador anunció el 5 de febrero, mismas que fueron turnadas a la Cámara de Diputados para su discusión y posible aprobación.
Sin embargo, la ley tendrá que estar acompañada de acciones de seguridad y medidas punitivas muy contundentes, ya que, si bien el fentanilo con fines médicos es muy controlado, su producción fuera del sector salud es muy simple, alerta en entrevista con Sputnik el académico de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Carlos Rius.
“Lo están haciendo [el fentanilo] en laboratorios clandestinos, donde no se tiene un control muy preciso de las reacciones químicas, que siempre dan subproductos y, a veces, estos pueden ser más tóxicos que el mismo producto. No sabemos realmente cuál es la mezcla de cosas [que acaban en manos del consumidor]”, asegura el también especialista con doctorado en el Imperial College of London.
El experto afirma que no sería una solución adecuada sustituir o frenar el uso de fentanilo médico, como sugirió en algún momento López Obrador.
“Pondríamos en riesgo a la población, ya que se incrementaría mucho el número de muertes porque tendrían que utilizar otros opioides [diferentes al fentanilo] en cantidades más grandes para una cirugía, o una mayor cantidad de anestésico para que se pueda mantener la persona inconsciente en el tiempo de operación”, sostiene el experto.
En este sentido, el profesor e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en temas de seguridad, Javier Oliva, menciona en una charla para este medio que sería imposible prohibir el opiáceo sintético en el sector salud, ya que es parte del cuadro básico de medicamentos, como se observa en el Compendio Nacional de Insumos para la Salud 2023, emitido por el Consejo de Salubridad General mexicano.
Ante ello, una estrategia eficaz por parte de la Administración mexicana para paliar el manejo de fentanilo ilegal sería tener estrategias especiales en los puntos del territorio donde se ha detectado un mayor traslado del producto, “pero aquí también el Gobierno chino debe ser más estricto con las fábricas de los precursores químicos en su territorio y tener mayor control de lo que se embarca en los puertos chinos, cuyo destino es México”, apunta Oliva.
Diferencias entre el fentanilo legal e ilegal
El fentanilo es uno de los opiáceos sintéticos más comunes en el sector salud. Se fabricó en 1960 y es empleado al inducir la anestesia general en una operación. Es un complemento de otros psicofármacos, como las benzodiacepinas, que funcionan para regular ciertos niveles del sistema nervioso y causar la sedación en cirugías. También se utiliza de manera inhalada, inyectada, transdérmica o en cápsulas.
La diferencia de este fentanilo con el que se consume en las calles y que ha provocado una fuerte crisis de salud en el mundo, especialmente en Estados Unidos, es que el comercializado de manera ilegal tiene otros elementos, como insecticidas.
De acuerdo con el Sistema Estatal de Notificación de Sobredosis de Drogas No Intencionadas (Sudors, por sus siglas en inglés) estadounidense, tan solo en 2022, que es el dato más reciente, de un total de 51.435 personas fallecidas por consumo de sustancias tóxicas, 38.382 murieron a causa de este opiáceo sintético ilegal.
Constantemente, Estados Unidos ha señalado a México y China como parte de su problema de salud pública, lo que ha causado tensiones y posteriores diálogos entre estas naciones.
De acuerdo con datos recopilados por Statista, los casos de atención por consumo de fentanilo en México fue de cerca de 330 en 2022, un aumento de 45% respecto a 2021.
Las iniciativas de López Obrador
El 26 de enero, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que, dentro del paquete de reformas que anunciaría el 5 de febrero, incluiría una para prohibir el fentanilo y otras drogas, debido a que “causan muchísimo daño”.
La iniciativa, que fue turnada a la Cámara baja mexicana, tiene diversos aspectos donde se busca mejorar la salud pública en México. Para ello, el mandatario propuso agregar disposiciones a los artículos cuarto y quinto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Sobre el primer caso, el ajuste sería incluir un párrafo que diría lo siguiente:
“Para garantizar el derecho de protección a la salud de las personas, queda prohibida la producción, distribución, comercialización y enajenación de cigarrillos electrónicos, vapeadores y demás sistemas o dispositivos electrónicos análogos que señale la ley, así como la producción, distribución y enajenación de sustancias tóxicas, precursores químicos y drogas sintéticas no autorizadas legalmente, como el uso ilícito del fentanilo“.
En el artículo quinto de la Carta Magna mexicana, igualmente se adicionaría un apartado con la siguiente leyenda:
“Queda vedada la profesión, industria, comercio interior o exterior, trabajo o cualquier otra actividad para la producción, distribución y enajenación de cigarrillos electrónicos, vapeadores y demás sistemas o dispositivos electrónicos análogos que señale la ley, así como para la producción, distribución y enajenación de sustancias tóxicas, precursores químicos y drogas sintéticas no autorizadas legalmente, como el uso ilícito del fentanilo”.
De acuerdo con el proyecto, el uso en México de diversas drogas, entre ellas, el fentanilo ilegal, y los vapeadores, pone en riesgo a la población, especialmente a la niñez y juventud.
Por ello, “es indispensable hacer cumplir la obligación del Estado de garantizar la paz, el interés superior de la niñez, la seguridad y la salud públicas y demás derechos humanos de la población, por lo que esta reforma constitucional conduce a la correcta ponderación de que debe prevalecer la obligación del Estado, incluido el Poder Judicial, de proteger estos derechos fundamentales por encima de cualquier consideración formalista, egoísta y utilitarista”, se lee en el documento.
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