(YANIRETH ISRADE. REFORMA)
La Academia Mexicana de la Lengua (AML) reinauguró la noche de este jueves su sede histórica de Donceles 66, en el Centro Histórico, tras una sesión plenaria de las y los integrantes de la corporación en el remodelado inmueble.
“Vendrán otras etapas donde tengamos un salón de plenos más amplio y un auditorio, pero, por lo pronto, hemos podido realmente remodelar esta sede que durante algún tiempo estuvo en litigio y que ahora nos permite, después de un largo peregrinaje, volver a nuestra casa después de prácticamente un cuarto de trashumancia, de errancia”, dijo el escritor Gonzalo Celorio, director de la AML, quien agradeció a Antonio del Valle, presidente de las fundaciones Kaluz y Magdalena Ruiz de Del Valle, los fondos para remozar el sitio.
Al recuperar la casona, la corporación recobra también parte de su historia, destacó el académico.
“Fue dirigida por varios académicos muy ilustres. Inmediatamente después de don Alejandro Quijano, dirigió la corporación don Alfonso Reyes, después don Francisco Monterde, después don Agustín Yáñez y después don José Luis Martínez, que sesionaron en esta casa, donde una gran pléyade de grandes intelectuales, de grandes escritores, de grandes filólogos y lingüistas pronunciaron sus discursos de ingreso y aquí trabajaron.
“Esta casa, pues, tiene mucha historia que sabremos aquilatar para continuar con nuestras tareas académicas, que son tareas muy importantes porque se relacionan nada menos que con nuestro patrimonio intangible más importante: la lengua española”, dijo Celorio.
A la ceremonia de reapertura, durante la cual se develó una placa alusiva, acudieron representantes de El Colegio Nacional, el Seminario de Cultura Mexicana, la Fundación para las Letras Mexicanas, la UNAM, el IPN, el IMER y el Ateneo Español de México, entre otras instituciones.
Alfredo Moreno