(AGENCIAS)
Washington/París.— Ciudadanas y ciudadanos de todos los continentes alzaron su voz ayer, Día Internacional de la Mujer, para defender sus derechos y clamar por la igualdad de género, contra la violencia machista y la impunidad, mientras desde la ONU se advirtió de un “retroceso” en los derechos de ellas.
“En todo el mundo, tanto en naciones en desarrollo como en países desarrollados, los derechos de las mujeres se encuentran bajo amenaza de retroceso, y en algunos casos incluso de ser revertidos”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres. “Las crisis globales que enfrentamos están afectando más duramente a las mujeres y las niñas, desde la pobreza y el hambre hasta los desastres climáticos, la guerra y el terrorismo”, indicó, por lo que instó a los gobiernos a que “den prioridad a la igualdad de las mujeres y las niñas”. Guterres lamentó que “a este paso, la igualdad legal total para las mujeres está todavía a 300 años de distancia”.
“Y para 2030, más de 340 millones de mujeres y niñas seguirán viviendo en la pobreza extrema, unos 18 millones más que los hombres y los niños. Eso es un insulto para las mujeres y las niñas”, afirmó. ONU Mujeres advirtió el jueves que una de cada 10 mujeres en el mundo vive en la pobreza extrema.
Guterres recordó que se necesita ante todo invertir dinero, además de cambiar mentalidades. Los gobiernos deben proveer recursos para fomentar la escolarización de las niñas, implementar medidas de protección social concretas y dar valor monetario a los trabajos de cuidado doméstico que recaen casi sistemáticamente en las mujeres.
Segundo, deben financiar a las organizaciones feministas que luchan por desmantelar estereotipos, confrontar las tradiciones machistas y asegurarse de que las voces de niñas y mujeres son escuchadas. Tercero, deben promover políticas que permitan a las mujeres acceder con más facilidad al trabajo no doméstico, así como reglas en los sectores público y privado para obligar a una mayor representatividad femenina. Las mujeres son las que tienen trabajos peor pagados (enseñanza, enfermería), tienen salarios más bajos que sus pares masculinos en muchas ocasiones y están muy poco presentes en los órganos directivos. Subrayó que el empuje de las nuevas tecnologías, que tienen en teoría un enorme potencial para reducir las brechas de género, “con demasiada frecuencia hacen lo contrario, debido al acceso desigual, los sesgos predefinidos y la violencia en la red”.