Un precio universal para los gases de efecto invernadero del transporte marítimo

(ANGIE FARRAG-THIBAULT Y PANOS SPILLOTIS. EXCÉLSIOR)

Los delegados a la Organización Marítima Internacional (OMI) deben aprovechar la oportunidad de institucionalizar la descarbonización de la industria marítima y preparar el comercio mundial para un futuro limpio y próspero. Como la agencia reguladora del transporte marítimo, la OMI es responsable por el impacto ambiental y social que causa el transporte marítimo mundial. La semana pasada, en la 81ª reunión del Comité de Protección del Medio Marino (MEPC), sus países miembros negociaron en Londres un futuro sostenible para el sector.

Un tema de discusión fue un mecanismo de precio universal para los gases de efecto invernadero. Ponerse de acuerdo con respecto a tal mecanismo económico —junto con una norma bien diseñada que cubra adecuadamente el ciclo de vida completo de los combustibles marinos— es esencial. Esto será fundamental para lograr la descarbonización del sector en línea con la Estrategia de Gases de Efecto Invernadero 2023 de la OMI, mantener las temperaturas globales bajas y sostener un sistema comercial saludable para todo el mundo.

La reunión fue exitosa porque ahora hay más respaldo por un mecanismo de precio universal para los gases de efecto invernadero. Sin embargo, a medida que los países miembros de la OMI negocien los términos de este “Conjunto de Medidas” en los próximos meses, antes de la próxima reunión del MEPC, surgen preocupaciones comprensibles sobre los impactos de dicho mecanismo en el costo del comercio —especialmente de muchos países que dependen de las exportaciones de productos básicos para su crecimiento.

Para evitar desviarnos, será cada vez más importante mostrar cómo la comunidad internacional se alinea para respaldar un sistema de comercio global efectivo y saludable y, así, alcanzar los objetivos climáticos globales. Una ventaja clave del Conjunto de Medidas de la OMI para abordar los gases de efecto invernadero es que pueden ser predecibles y universales. Si cada país opta por acciones regionales y nacionales específicas en fechas que no son coordinadas, podrían dar paso a la fragmentación de la tecnología y opciones de combustibles, lo que atrasaría el progreso ambiental. Las transiciones abruptas a nuevas políticas públicas corren el riesgo de tener mayores impactos en los vínculos comerciales y, en última instancia, en el costo del comercio. La comunidad internacional debe actuar ahora, en conjunto, para establecer un mecanismo de precio universal para los gases de efecto invernadero que lleve a una transición justa y equitativa para promover rápidamente las energías alternativas y limpias en el sector marítimo.

¿Cuál es el diseño ideal para un mecanismo global de un precio para los gases de efecto invernadero?

Se han presentado varias propuestas al MEPC este año. Los delegados internacionales deben considerar tres criterios esenciales para diseñar dicho mecanismo:

En primer lugar, debe cubrirse adecuadamente el ciclo de vida completo de las emisiones de los combustibles marinos. El precio debe tener en cuenta las emisiones creadas en la extracción, desarrollo y transporte del combustible. Esto, junto con un marco de sustentabilidad sólido, es la mejor manera de proteger nuestros ecosistemas y comunidades.

Segundo, este mecanismo debe reducir la brecha de costos entre los combustibles y tecnologías a base de fósiles y aquellos que son limpios. El mecanismo de precio universal para los gases de efecto invernadero adecuado tiene el poder de acelerar las inversiones en alternativas energéticas más limpias. Esto incluye estimular la inversión necesaria para apoyar la producción de combustibles sustentables que puedan fomentar nuevas industrias en los países en desarrollo. Los costos asociados con la transición energética pueden parecer un obstáculo, pero respaldados por un marco global predecible, prepararán a la industria marítima para el futuro.

Finalmente, en cualquier sistema de amplio alcance que afecte a diferentes economías y socios comerciales, es esencial garantizar que un precio pueda tener en cuenta estas distinciones socioeconómicas. El diseño de distribución de los ingresos debe priorizar y fijar claramente cómo los países pueden acceder a estos fondos para el desarrollo de infraestructura necesaria y las medidas de mitigación climática. Esto es muy importante para una transición justa y para lograr que todos los países, miembros de la OMI, apoyen un mecanismo financiero internacional.

Los delegados mundiales de la OMI comprenden todo esto y reconocen el desafío. Adoptar las medidas adecuadas —en particular el mecanismo universal de precio para los gases de efecto invernadero— puede abrir una inmensa oportunidad para promover la reducción de emisiones necesaria en la industria marítima —unas reducciones que sean ambiciosas y justas, y que apoyen el sistema de comercio mundial del que todos dependemos.

*Vicepresidenta asociada de Transporte Global.

**Líder de la delegación de la OMI en Environmental Defense Fund