La pesca de arrastre de fondo dentro de los espacios protegidos ha generado un choque entre los departamentos de Transición Ecológica y de Agricultura. La Comisión Europea sugirió hace algo más de un año a los Estados miembro de la UE que este tipo de práctica no selectiva de captura debería estar vetada a partir de 2030 en todos los espacios protegidos. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación español, como el de otros países europeos, reaccionó contra esta medida y rechaza que deba seguir esas recomendaciones. Mientras, el Ministerio para la Transición Ecológica, como muchos de los departamentos con competencias medioambientales de la UE, se ha mostrado favorable a la aplicación de restricciones a los tipos de pesca más agresivos para las especies que se protegen en las reservas marinas, aunque sin llegar a aplicar un veto genérico en todas las áreas.
Esta polémica se remonta a febrero de 2023, cuando la Comisión presentó un plan de acción titulado “proteger y restaurar los ecosistemas marinos para una pesca sostenible y resiliente”. Ese documento, que no tiene la fuerza legal de una directiva o una ley, está en el origen de la disputa entre estos dos departamentos que se está produciendo en España y en varios países de la UE en los que la pesca tiene un peso importante. En el plan se apuntaban varios objetivos concretos para la protección de biodiversidad marina. Y se instaba a los Veintisiete a que “eliminen gradualmente la pesca de fondo móvil en todas” las zonas marinas protegidas “a más tardar en 2030″. Para empezar, los Estados miembros debían presentar como máximo “a finales de marzo de 2024″ sus hojas de ruta para la protección de estas reservas marinas y para suprimir estas prácticas pesqueras muy criticadas por las ONG ambientales por el daño que generan en los fondos. En ese plan, además, se señala que no deberá permitirse la pesca de arrastre en ninguna reserva de nueva creación.
Unos días después de presentarse el plan, los ministros de pesca de la UE tuvieron una reunión en Bruselas y un buen número descalificó la propuesta de la Comisión Europea. También rechazaron que fuera obligatorio el veto genérico a la pesca de arrastre de fondo en todas las áreas protegidas en 2030. “Se trata de una hoja de ruta voluntaria, que está recogida en el plan de acción que presentó la Comisión Europea el pasado año y que recibió el rechazo de una mayoría de Estados miembros”, señala a EL PAÍS el Ministerio de Agricultura español.
Sin embargo, el departamento español de Transición Ecológica, que dirige la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, sí ha entendido que debe seguir la recomendación sobre la hoja de ruta fijada por Bruselas y el pasado 4 de abril envió a la Comisión la información, en formato excel, sobre las medidas que tiene en marcha y sobre las que plantea para esta década para la protección de la biodiversidad en las reservas marinas. Pero ese envío fue en solitario, no junto a Agricultura, por la negativa del ministerio de Luis Planas a reconocer la pertinencia del plan de Bruselas, según apuntan fuentes gubernamentales.
“En general, esto mismo está pasando en otros países”, dice sobre esta disputa entre ministerios Tatiana Nuño, miembro de la organización Seas At Risk, que sigue desde Bruselas las políticas de protección del océano que aplica la UE. “No se están coordinando”, añade. La organización para la que trabaja Nuño junto a Marine Conservation Society y Oceana publicaron hace unos días un informe en el que se resalta que en el 90% de las áreas marinas protegidas de la Unión Europea se practica la pesca de arrastre de fondo. Y reclamaban su prohibición, como pedía hace un año Bruselas. Pero Nuño admite que la estrategia de la Comisión no está siendo efectiva porque los departamentos de pesca y medio ambiente de los países no están trabajando de forma coordinada.
Para mediados de junio está prevista una reunión entre los representantes de la Comisión y los ministros con competencias en pesca y en protección del medio ambiente. Será el segundo encuentro para abordar el polémico plan de las reservas marinas de Bruselas y la pesca de arrastre. En el primero, celebrado hace unos meses, muchos de los ministros de pesca ya dejaron claro que no consideraban vinculante la propuesta de la Comisión sobre el veto a esta técnica.
Pero entre los Veintisiete también hay excepciones. A mediados de este mes los grupos ecologistas lograron una importante victoria: Grecia se convirtió en el primer país de la UE en anunciar que vetará la pesca de arrastre de fondo en toda sus áreas marinas protegidas en 2030 —en el caso de los parques nacionales esa prohibición se adelantará a 2026—. Para defender la medida, el Gobierno griego argumentó que esta práctica “es la mayor amenaza para los hábitats marinos” y que vetarla es “la medida más eficaz para la preservación de la biodiversidad marina, la restauración de los ecosistemas marinos y la promoción de prácticas pesqueras sostenibles”. En su plan de hace un año, la Comisión también advertía de que “la pesca de arrastre de fondo” es “una de las actividades más extendidas y perjudiciales para el fondo marino y sus hábitats”.
Veto selectivo en España
En la documentación enviada a Bruselas, a la que ha accedido EL PAÍS, el Ministerio para la Transición Ecológica no propone un veto total y genérico a la pesca de arrastre en todas las áreas marinas protegidas. Su propuesta pasa por impedir el empleo de esta técnica cuando afecte a las especies por las que se ha declarado una zona como protegida. Por ejemplo, cuando estas artes puedan dañar al coral que se pretende proteger al declarar una reserva.
Algunos vetos están ya están en vigor, explican en el Ministerio para la Transición Ecológica. Otros se desarrollarán en los próximos años a medida que entren en vigor los planes de gestión de cada zona. Una de las restricciones que se prevé aplicar en varios espacios marinos pasa por permitir solo “la pesca de arrastre con puertas pelágicas que no entren en contacto con el sustrato marino”.
Por su parte, Agricultura defiende que “España está incentivando el uso de una técnica de pesca alternativa al arrastre tradicional, que se lleva a cabo”, precisamente, “con un arte de puertas voladoras, puertas pelágicas con un contacto muy limitado con el fondo marino”. “Ya hay un número muy alto de embarcaciones que han hecho esta transición y están usando este tipo de arte”, asegura el departamento de Planas. Para entender la postura de este ministerio hay que recordar que en España la pesca de arrastre cuenta con 805 buques en el conjunto del caladero nacional (algo menos del 10% del conjunto de la flota española), y el ministerio recalca que su actividad ya está sometida a restricciones en determinadas zonas.
Pesca de arrastre en en el litoral de Barcelona.GIANLUCA BATTISTA