Agua regenerada. Apuesta por la seguridad hídrica

(JORGE FUENTES. EXCÉLSIOR)

Nuestro país enfrenta una sequía intensa y recurrente que ha mermado la disponibilidad de sus aguas superficiales. Esta situación se ha combinado, además, con intensas ondas de calor y una preocupante baja en las precipitaciones acumuladas en distintas regiones.

En el más reciente reporte de la Comisión Nacional del Agua sobre el estado de las 210 principales presas del país se da a conocer que éstas se encuentran al 41% de su capacidad, el más bajo de la última década. Mientras, la sequía de moderada a excepcional ya abarca 67% del territorio; y las lluvias presentan un déficit del 35% con respecto a años anteriores. Por su parte, la Organización Climatológica Mundial da a conocer que para América Latina y el Caribe, el año 2023 fue el más cálido del que se tiene constancia, siendo México el país que presentó el calentamiento más acelerado de la región.

La emergencia climática que enfrenta el país y su afectación a los recursos hídricos presenta escenarios ya tangibles que, hasta ahora, han sido atendidos con medidas inerciales y tendenciales que no vislumbran la posibilidad de contar con una política clara de resiliencia o de inversiones para nuevas soluciones que garanticen la seguridad hídrica.

Temas como la regeneración y reúso del agua no son considerados en políticas públicas, ni normativamente, como una de las principales opciones que podría tener el país para reducir los consumos de agua en sectores como el agrícola o industrial, en donde se pueden sustituir agua de primer uso por aguas regeneradas. En nuestro país, la Conagua estima que menos del 10% de las aguas residuales son reutilizadas; mientras que el Inegi establece que sólo el 14% del agua residual en México es tratada y reutilizada.

Recientemente, Agua Capital, el Fondo de Agua de la Ciudad de México, realizó el foro Innovación y Desarrollo Tecnológico. Hacia la Circularidad del Agua en el sector Productivo, en el que distintos expertos abordaron los retos que implica el uso y tratamiento de aguas residuales en sus procesos, siendo la principal conclusión la ausencia de disposiciones legales que la regulen y promuevan.

Hoy, en nuestro país no existen mecanismos regulatorios suficientes y de calidad que traten los problemas y fenómenos en la gestión de agua tratada. Durante el foro se expuso un estudio de caso realizado en Jalisco sobre una obra de reutilización de agua en El Salto, proyecto que, entre otros temas, enfrentó esta ausencia de normas que permitan la regeneración de agua para su reúso

El proyecto contempló un trabajo mayor de tratamiento de aguas residuales que satisficieran las necesidades de los sectores ubicados en clúster industrial que conecta las zonas metropolitana e industrial de Jalisco, con el objetivo de disminuir la extracción de agua en el yacimiento acuífero de Toluquilla.

El reto está en realizar modificaciones a leyes generales para que la gestión de las aguas tratadas no represente un obstáculo técnico y legal, virando hacia las modificaciones administrativas que funcionen para la gestión de proyectos con una mayor eficiencia y eficacia para el tratamiento y destino de aguas tratadas. También se requiere un mayor número de incentivos para potenciar la regeneración de agua y uso en distintos sectores, con el objetivo de tener mejores políticas de gestión del agua y de combate al cambio climático.

Un avance será también el contar con APPs de largo plazo que generen confianza y certeza jurídica para la realización de procesos productivos en distintas regiones del país.

La coyuntura política es una gran ventana de oportunidad para el establecimiento de una agenda industrial y política que privilegie la innovación en temas de agua. Esto, porque representa una problemática que involucra a todos los sectores productivos nacionales y regionales actuales y a aquellos que tengan intereses de concretar proyectos de inversión en el país.

Director de Proyectos del Consejo Consultivo del Agua*