Occidente, sin interés por terminar la guerra Rusia-Ucrania: Lavrov

(JUAN PABLO DUCH, CORRESPONSAL. LA JORNADA)

Moscú., Occidente no tiene ningún interés en que se termine el conflicto (armado con Ucrania), por eso suministra al régimen de Kiev armamento cada vez más destructivo, afirmó este jueves el canciller ruso, Serguei Lavrov, en alusión a la inminente llegada a Ucrania de un primer lote de cazas F-16.

“No podemos no considerar –señaló el jefe de la diplomacia rusa en una entrevista a la agencia de noticias oficial Rossiya Segodnia (Rusia Hoy)– la entrega de esa clase de aviones de combate al régimen de Kiev como una deliberada señal de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) en el ámbito de las armas nucleares.”

Enfatizó: Tratan de darnos a entender que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN está dispuestos a todo en Ucrania, por cuanto es sabido –agregó– que los F-16 son utilizados con frecuencia como principal medio para mover misiles y ojivas nucleares en las llamadas misiones conjuntas de la OTAN con ese tipo de armamento.

El titular de Relaciones Exteriores no quiso responder en detalle qué medidas tomará Rusia para contrarrestar la aparición de los F-16 sobre los campos de batalla en Ucrania; se limitó a decir que “serán destruidos, como todas las armas occidentales que recibe ‘el partido de la guerra’ que gobierna Ucrania”.

Lavrov expresó la esperanza de que las maniobras con armas nucleares tácticas que llevan a cabo Rusia y Bielorrusia hagan entrar en razón a nuestros oponentes y les recuerden las catastróficas consecuencias que podría tener la escalada nuclear.

Respecto a la posibilidad de que Estados Unidos instale en Europa y la región de Asia y el Pacífico misiles que podrían alcanzar los centros de mando y otros objetivos militares rusos en menor tiempo de vuelo, Lavrov dijo que Rusia tomará las medidas que considere pertinentes y reconoció que sería para nosotros un serio desafío en materia de seguridad, y no sólo para nosotros: la declaración conjunta sobre la reciente visita del presidente Vladimir Putin a China subraya que dichos pasos desestabilizadores de Estados Unidos son una amenaza tanto para nosotros como para China.

Moscú y Pekín acordaron coordinar esfuerzos para hacer frente al comportamiento irresponsable de Washington que socava la estabilidad internacional, precisó.

Lavrov mencionó las condiciones que pone Rusia para un arreglo político en Ucrania: Es necesario que Occidente deje de atiborrar de armamento a Ucrania y Kiev deponga las armas. Cuanto antes lo haga, más pronto comenzará la solución negociada, pero debe considerarse que no tiene sentido ofrecer al enemigo una tregua que le servirá para reagruparse y rearmarse.

Reiteró la posición que viene defendiendo Rusia desde hace tiempo en el sentido de que las negociaciones deben basarse en el principio de indivisibilidad de la seguridad y en las realidades sobre la tierra (como denomina Moscú la anexión de cerca de 20 por ciento del territorio ucranio).

El vocero de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, también arremetió ayer contra Estados Unidos y los países de la OTAN que, subrayó, en las semanas y días recientes están entrando en una nueva espiral de tensión. Lo hacen de manera consciente. Escuchamos muchas declaraciones belicistas, que lo único que consiguen es una nueva fase de escalada de la tensión.

La alianza noratlántica, a juicio del Kremlin, empuja a Ucrania a continuar esta guerra sin sentido y todo esto tendrá inevitablemente consecuencias y, a fin de cuentas, causará un gran daño a los intereses de aquellos países que optaron por escalar la tensión.

Poco después de la advertencia de Peskov, llamó la atención que el canciller de Chequia, Jan Lipavsky, afirmara en Praga, según las agencias noticiosas, que su país en general no tiene problema con que Ucrania se defienda de Rusia también mediante ataques que necesariamente tienen que tener lugar en territorio ruso.

Chequia, Estonia, Países Bajos y Letonia son algunos de los miembros de la OTAN que respaldan la idea de levantar la prohibición de que Ucrania use las armas suministradas por Estados Unidos y sus aliados en el interior de Rusia.