(ADRIÁN FIGUEROA NOLASCO. CRÓNICA)
La UNAM reúne 15 mil 550 piezas de sus principales acervos arqueológicos en el Fondo Universitario de Arte de Los Pueblos Originarios (FUAPO): esta semana trasladaron 12 mil 550 piezas que conforman las colecciones Spratling, Roch,Canffer, Getch, Lindao y Cordry, en su mayoría inéditas.
“En estas colecciones invaluables para el estudio de especialistas encontraremos piezas de estilos y regiones mesoamericanas en la zona maya, Oaxaca, la costa del Golfo occidente, el bajío, el norte y el altiplano central, así como algunas obras de manufactura colonial (novo hispana como hoy se dice). Es un momento muy especial”, declaró Rosa Beltrán, coordinadora de Cultura UNAM.
En conferencia de prensa para dar detalles sobre las piezas que se encontraban resguardadas en la Dirección General de Artes Visuales (DiGAV) de la UNAM desde la década de los 60 y que ahora estarán en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT), Rosa Beltrán hizo un breve recuento sobre la historia de estas colecciones e indicó que se trata de un logro histórico.
Jacobo Dayán, director del CCU Tlatelolco, recordó que el FUAPO es parte del proyecto del Centro de interpretación Xaltilolli, que busca la difusión, conservación e investigación a través de dos espacios principales: la sala de exposición Xaltilolli, abierta al público en 2021, y el fondo de colecciones denominado Fondo Universitario deArte de los Pueblos Originarios desde 2019.Lee también
EL CIX
“Estamos trabajando con institutos de la universidad para recuperar la historia de los objetos”, comentó por su parte Lucía Sanchez de Bustamante, coordinadora del Centro de Interpretación Xaltiolli, para quien dicha historia no se trata solamente de cómo se crean las piezas, sino lo que ‘han vivido’ desde entonces.
Para ello existen procesos de recuperación de historia de vida, estudios de manufactura y materiales, estilísticos – que permiten decir de qué sitio y época vienen- y la coordinadora del CIX destaca que hay propuestas tanto del equipo permanente como estudiantes para estudiar la falsificación, porque no todas las piezas son originales. “No es fácil, pero es sumamente interesante”.
Al respecto, el equipo de investigación del CIX propone metodologías para distinguir copias, pues aunque el estudio de la materialidad permite ver si una creación corresponde en geografía y temporalidad, hacen falta metodologías de observación que permitan hacer distinciones en las piezas de maneras no-invasivas.
En ese sentido, Lucía Sánchez Bustamante destaca que si bien hay piezas que no son estrictamente originales, es difícil hablar de falsificaciones porque eso implica una intención y categoría juridica.
“No usamos falsificación como palabra porque no podemos comprobar que fue un hecho ilícito -de vender algo falso por original- no estuvimos en la adquisición y nadie nos lo va a decir. Podemos hablar de copias, réplicas y reproducciones, pero no de falsificaciones”, elaboró la coordinadora del CIX.
Sin embargo, desde su perspectiva todas las piezas son valiosas más allá de ser objetos arqueológicos, pues aquellas que no fueron excavadas fueron creadas entre el siglo 19 y 20 y por lo tanto permiten entender aspectos del mercado del arte y su evolución.
Por otra parte, tras 4 años de catalogación de piezas, continúa la digitalización “para ponerla pública en la pagina web y sea consultable por todas y todos porque es el patrimonio”, agregó Lucía Sánchez Bustamante.
Muchas piezas ya se encuentran digitalizadas en la página web. Próximamente se implementarán los últimos detalles tecnológicos para cumplir con el estándar de identificación de objetos, según el protocolo de denuncia en caso de robo o extravío. De modo que las 9 características que se darán a conocer de cada objeto serán suficientes para garantizar su reconocimiento a nivel internacional.
La rotación de piezas en la sala de exhibición integrará las ‘nuevas’ colecciones a partir de finales de julio/principios de agosto