La última oportunidad para la Agenda 2030

(ALEXANDRA ZENZES CORDERA. EL SOL DE MÉXICO)

En México el 1 de octubre, del año en curso, arrancará la nueva administración federal teniendo por primera vez una mujer electa por mayoría popular. La doctora Claudia Sheinbaum Pardo es una mujer que cree en la ciencia y la tecnología, y que conoce, entiende y reconoce la importancia de cuidar el medio ambiente y los recursos naturales. Su administración correrá del 2024 al 2030, tiempo que coincide con los años para concluir los compromisos enmarcados en la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que abarcan temas sociales, económicos y ambientales.

La Agenda 2030 es un Plan de Acción Global que tiene por objetivo erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad, con base en la implementación de 17 ODS y 169 metas asociadas, a lo largo del periodo de cumplimiento -del 2015 al 2030-. La adopción de este instrumento jurídico internacional implica que cada uno de los países signatarios, incluido México, debe de garantizar el desarrollo de políticas, acciones y estrategias dirigidas a alcanzar las metas específicas planteadas para cada uno de los ODS.

Si bien, el desarrollo del nuevo sexenio coincide con los años de conclusión de la Agenda 2030, es imperativo que, nuestra primera presidenta, tome con rigor el cumplimiento de la misma. En ese sentido, el nombramiento de Alicia Bárcena como próxima Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, fue muy bien recibido en el sector porque no solo es una mujer que por preparación académica entiende de la materia ambiental, sino que también su carrera diplomática respalda la importancia de cumplir con los compromisos internacionales que México ha adquirido.

Con base en lo anterior, la transversalidad ambiental en la Administración Pública Federal se hace más urgente que nunca, y utilizar adecuadamente el Consejo Nacional de la Agenda 2030 para que efectivamente sea el crisol de coordinación de los esfuerzos entre las entidades de los tres órdenes de gobierno. No implica solo ubicar los programas federales, estatales y municipales de cada sector (salud, educación, medio ambiente etc) sino garantizar la implementación de las actividades que ayuden a dar cumplimiento de la Agenda y a garantizar de efectiva y eficiente la coordinación institucional para el desarrollo de prácticas exitosas y políticas innovadoras.

Cabe recordar que el cumplimiento de la Agenda 2030 y los ODS no es exclusivamente tarea del gobierno, sino por el contrario está pensada para facilitar la consolidación de alianzas con los diferentes sectores del país: la academia, la iniciativa privada, la sociedad civil organizada, entre otros actores, y esto se ve plasmado en la Estrategia Nacional para la Implementación de la Agenda 2030.

Otro punto de coincidencia es que, si bien la Agenda 2030 plantea “asegurar la prosperidad”, el nuevo sexenio tiene como eje rector la “prosperidad compartida” como columna vertebral para la implementación del Plan Nacional de Desarrollo 2024-2030; ello debería de traducirse en una sinergia de política pública, que se integre un modelo de sostenibilidad basado en los ODS. En el caso ambiental, se deberán ver reflejados los objetivos específicos: el ODS7 energía sostenible, ODS 15 áreas naturales protegidas, ODS13 acción climática, ODS6 gestión sostenible del agua, ODS14 vida submarina además de encontrar puntos de coordinación con el tema de transporte sostenible, educación y participación ciudadana.

Deberíamos, como país, de orientar baterías para que la coordinación interinstitucional, la implementación de políticas gubernamentales, el impulso de iniciativas ciudadanas – comunitarias y la colaboración internacional no solo nos lleve a alcanzar avances importantes en la protección del medio ambiente sino a sentar las bases para un modelo de sostenibilidad ambiental que vaya más allá del cumplimiento de los ODS y se quede como motor de desarrollo nacional.

Para el arranque del sexenio, en cuanto a los ODS en materia ambiental, personal de la Secretaría de Economía junto con el de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales deberán de hacer una evaluación del grado de cumplimiento real de cada ODS a fin de reportar ante la ONU los avances alcanzados y trazar una ruta para maximizar los logros para estos siguientes seis años.

Para México es crucial cumplir con la Agenda 2030 por diferentes razones, siendo las más importantes el fomento al crecimiento económico sostenible e inclusivo, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, hacer de la política ambiental una prioridad nacional y fortalecer la política pública en materia de cambio climático, la conservación de la biodiversidad y la gestión de los recursos, promover en los diferentes ámbitos el respeto por la justicia social, incluyendo la justicia ambiental, y por último, pero no por ellos menos importante, el fortalecer y cumplir los compromisos adquiridos en el marco de la cooperación global.

En otras palabras, el que México cumpla con la Agenda 2030, lo posiciona como un líder regional de desarrollo sostenible, llegó el momento de volver a tomar el lugar que teníamos como país en el seno de la comunidad internacional por la robusta agenda ambiental nacional. Hoy debemos plantear un modelo de desarrollo económico verde, azul, circular e inclusivo.

Ambientalista