Las tecnologías de guerra modernas “ponen en entredicho” el futuro de la Armada británica

(SPUTNIK)

La industria militar de EEUU acaba de probar una bomba que pone en duda el futuro de la Armada británica, ya que las nuevas tecnologías modifican las formas de combate constantemente, señala el excomandante del batallón QBRN de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Hamish de Bretton-Gordon.

El experto en defensa sostiene que las fuerzas estadounidenses probaron con éxito una bomba de bajo costo capaz de hundir barcos del tamaño de un portaviones.

En esta prueba, bautizada como Quicksink, la bomba guiada fue lanzada con éxito por un bombardero furtivo B-2 Spirit de la Fuerza Aérea de Estados Unidos sobre el USS Tarawa, un buque de asalto de 39.000 toneladas del tamaño de un pequeño portaviones, como parte de un ejercicio que simulaba una guerra contra China.

Lo más notable de este ejercicio, dice De Bretton-Gordon, es que evidencia una debilidad de la Armada británica, que ha basado su fortaleza en sus portaviones. Según el analista, esta demostración de fuerza podría tener consecuencias imprevistas, desencadenando una nueva carrera armamentística en miniatura, ya que China busca desarrollar un arma de este tipo por su cuenta.

“De tener éxito, eso pondría en peligro a Gran Bretaña más que a Estados Unidos, dada nuestra dependencia estratégica de los portaviones“, afirma el excomandante de la OTAN.

De acuerdo con el experto, la sensatez de la inversión occidental en portaviones ya había “quedado en entredicho” por los acontecimientos de Ucrania, donde “las nuevas tecnologías están dificultando enormemente la capacidad operativa de las fuerzas navales”.

De acuerdo con el militar en retiro británico, la guerra moderna “está cambiando más rápido de lo que nadie puede predecir”.

“La clave está en la velocidad de adaptación. Pero la pregunta del millón es: ¿puede un portaviones evolucionar con los tiempos, o es ya una tecnología obsoleta?”, cuestiona el especialista.

CC BY 2.0 / Dave Jenkins / HMS Queen Elizabeth in Gibraltar