El mensaje de los mercados a Claudia Sheinbaum

(JORGE MARISCAL. MILENIO DIARIO)

La victoria de Claudia Sheinbaum en las elecciones presidenciales del 2 de junio estaba mayormente anticipada tanto por las encuestas, como por los mercados financieros. Sin embargo, los inesperados resultados de la elección en la composición del Congreso que resultaron en mayoría calificada para Morena y sus aliados, así como su dominio en las elecciones de gobernadores, se tradujeron en un shock negativo para los mercados cambiarios, de bonos y bursátiles.

Para el 12 de junio, el peso cayó 11 por ciento, a 18.90 pesos por dólar, desde su nivel del 1 de junio. El riesgo país de México, medido por su Credit Default Swap (CDS) a cinco años, se elevó cerca de 16 por ciento en los días posteriores a la elección.

La confirmación en el puesto del actual secretario de Hacienda, Rogelio Ramirez de la O, y señales conciliatorias por parte de la presidenta electa en su postura respecto a la eventual aprobación e implementación de una polémica reforma al Poder Judicial, y otras reformas, lograron calmar parcial y temporalmente el nerviosismo en los mercados. Tanto el peso como el riesgo soberano recuperaron más de la mitad de sus pérdidas en los días siguientes a estas declaraciones. Sin embargo, para finales de julio tanto el peso como el seguro contra el default de México han vuelto a acercarse a sus peores niveles de 2024.

Hay razones para mantener una perspectiva constructiva respecto a los riesgos que afectan la calificación de la deuda soberana. Primero, aunque el déficit fiscal de 2024 se estima estará por encima de 5 por ciento del PIB, el gobierno de Sheinbaum probablemente actúe responsablemente y logre reducirlo entre 1.5 y 2.5 por ciento en 2025 dado los planes que el propio secretario Ramirez ha esbozado en anticipación a la presentación del presupuesto para 2025, en octubre. Las administraciones de Morena, tanto a escala estatal como federal, no se han caracterizado por excesos fiscales. Segundo, hay que recordar que México ostenta un nivel de endeudamiento moderado, estimado por el IMF en 56 por ciento del PIB en 2024, casi la mitad del promedio global y por debajo del 70 por ciento promedio de los países en desarrollo de ingresos medios.

También existen factores que dan soporte al peso frente al dólar. Se espera que las remesas de trabajadores migratorios sigan creciendo moderadamente bajo el supuesto de un aterrizaje suave de la economía de EU, y el fenómeno de nearshoring seguirá fomentando la inversión extranjera directa. Y aunque los mercados anticipan que tanto la Fed como Banxico recorten tasas de interés, comenzando en el tercer trimestre de este año, lo más probable es que el diferencial de tasas siga favoreciendo la inversión de extranjeros en los bonos mexicanos denominados en pesos. Estos flujos deben ser más que suficientes para financiar los déficits en cuenta corriente de entre 1.5 y 2 por ciento esperados en 2025 y 2026. Cabe señalar que la depreciación ordenada del peso es un mecanismo contracíclico, ya que fomenta las exportaciones cuando la incertidumbre local afecta negativamente el consumo y la inversión.

Hasta aquí parecería que los resultados electorales han causado lo que puede ser un episodio pasajero de aumento en las primas de riesgo reflejadas tanto en el peso como en el riesgo país. Sin embargo, mi hipótesis es que mientras que el centro de la distribución de expectativas de los mercados no ha variado mucho, las colas de esta distribución se han engrosado. En otras palabras, el mercado está esperando más claridad en la política económica de la nueva administración, tanto en lo fiscal como en el marco institucional, así como al devenir de los factores geopolíticos externos, en especial en lo que respecta al entorno americano poselectoral. Si la política económica de Sheinbaum sorprende por el lado positivo (por ejemplo, una reforma judicial que asegure la impartición de justicia sin sesgos políticos y que garantice el respeto a los contratos legales), el peso y los bonos podrían volver a sus mejores niveles del año, e incluso sobrepasarlos. Por otro lado, sorpresas negativas en esta área, o una actitud belicosa ante el fenómeno del nearshoring y el tratado comercial T-MEC en una eventual reelección de Donald Trump en EU pueden causar movimientos bruscos hacia la baja en el peso y en el riesgo país, aun desde los niveles actuales.

El comportamiento del mercado accionario merece una perspectiva especial. A diferencia del peso, que se apreció contra el dólar en los últimos meses más que la mayoría de sus equivalentes en los países emergentes, y de riesgo país, que se mantenía estable, la Bolsa Mexicana de Valores ha tenido un pobre desempeño comparada con otros mercados en 2024. Como consecuencia, las valuaciones están a un descuento importante, tanto contra sus comparables internacionales, como contra su propia historia.

Parte de la explicación es el magro crecimiento de la economía mexicana en los últimos años, que tiene su contrapartida en la dinámica de las ganancias corporativas. Donde ha habido crecimiento, como en los grandes proyectos de infraestructura, la actividad no ha beneficiado significativamente a las compañías listadas en bolsa. Por desgracia, lo más probable es que el crecimiento económico de México disminuya a 1.5 por ciento en 2025, del 2.2 por ciento estimado para 2024. Esta desaceleración estará causada principalmente por el ajuste fiscal necesario en México y por la moderación esperada en el ritmo de la economía de EU.

Una segunda hipótesis es que los mercados financieros en 2024 han estado menos preocupados por el riesgo crediticio del país que por el riesgo corporativo. Bajo fuertes presiones fiscales no es descartable que el gobierno de Sheinbaum apriete al sector privado para aumentar la recaudación y que esto pueda crear un escenario fiscal hostil. Es posible también que la incertidumbre sobre la reforma judicial esté impactando al sector corporativo en la medida que pueda erosionar la percepción de integridad jurídica de los contratos del sector privado con el Estado y con otras firmas.

El país enfrentará un entorno de menor crecimiento, al igual que en EU, en 2025-2026, con posibles escenarios complejos en la relación de México con EU, sobre todo con la posible reelección de Donald Trump. La administración de Claudia Sheinbaum hará bien en fomentar la confianza del sector corporativo y la inversión privada como contrapeso a los riesgos del entorno macro que están fuera de su control. El índice de la Bolsa Mexicana de Valores puede ser un termómetro sobre qué tan bien lo está haciendo. Los “vigilantes” del mercado están atentos.

  • Jorge Mariscal
  • Profesor de tiempo parcial en La Escuela de Asuntos Internacionales y Públicos (SIPA) de la Universidad de Columbia en Nueva York y consultor financiero. Fue director en jefe de Inversiones (CIO) en países emergentes para la banca patrimonial global de UBS, así como socio fundador del Rohatyn Group y director gerente de Goldman Sachs.