(DIANA NAVA. EXPANSIÓN)
El presidente López Obrador ha inaugurado de nueva cuenta la refinería Dos Bocas. Esta vez, en su tercer acto para celebrar lo que define como la puesta en marcha de las operaciones del recinto, estuvo acompañado de la presidenta electa y ha trazado una nueva meta: la de que, al terminar su sexenio, el complejo producirá alrededor de 304,000 barriles diarios de gasolina y diésel ultra bajo azufre.
La polémica refinería habría producido alrededor de 170,000 barriles diarios desde el sábado pasado: entre 87,500 barriles de gasolinas ultra bajo azufre y 65,000 barriles de diésel ultra bajo azufre, según el anuncio. Los números presentados durante el fin de semana implican una alza frente a los anunciados de manera previa. El último viernes de julio, durante una conferencia con analistas, la administración de Pemex había anunciado que el complejo operaba a un ritmo de 100,000 barriles diarios.
Pero de la producción aún no hay pruebas. Fuentes cercanas a la estatal aseguran que esos números no son realistas y que hasta ahora lo que se ha hecho en la refinería es la depuración de diésel proveniente de otras plantas. Octavio Romero Oropeza, el director de la petrolera, dijo que la refinería ya había enviado diésel mediante barco y vía terrestre hacia algunos puntos de venta. Pero aún los números presentados de manera oficial por Pemex no presentan ninguna de estas cifras.
Una meta de producción apresurada
Las metas tampoco coinciden con las previsiones de los analistas y las consultoras, que afirman que para que una refinería –cualquiera que sea– opere al 100% de su capacidad deben de pasar entre 12 y 18 meses después de haber comenzado a refinarse los primeros barriles. A pesar de los anuncios del sábado, las proyecciones de las consultoras no han cambiado y continúan afirmando que Dos Bocas podría operar –en el mejor de los escenarios– durante 2025.
“Estamos casi seguros de que lo que está pasando en estas semanas en Dos Bocas será la continuación de las pruebas de refinación. Es prácticamente imposible e incluso inseguro aumentar de manera tan rápida la producción en uno de estos complejos”, dice un analista de la industria. “Ver a tanta gente trabajando aún dentro de las instalaciones es una prueba, consideramos, de que los trabajos aún no han sido terminados”, explica.
La meta trazada para ser cumplida a partir del 21 de agosto implica un crecimiento importante respecto a los resultados actuales. Por ahora, los seis complejos de refinación que tiene Pemex en el país promedian una producción de alrededor de 479,000 barriles diarios, según los datos del primer semestre.
La producción de Dos Bocas –tal y como se ha prometido– implicaría sumar cerca del 63.47% de la producción actual y la eliminación de una gran parte de las importaciones.
Pemex, según los últimos datos del primer semestre del año, ha importado 520,000 barriles diarios de gasolina y diésel. La meta trazada por el presidente López Obrador y Romero Oropeza es que hacia finales del sexenio –en septiembre próximo– las importaciones se reduzcan a 50,000 barriles diarios y el año siguiente en tan sólo 20,000 barriles diarios, impulsado también por la puesta en marcha de la coquizadora de la refinería de Tula.
Incluso, el segundo, ha asegurado que durante el siguiente sexenio, una vez que sea terminada la coquizadora de la refinería de Salina Cruz, el país podría incluso producir un excedente de gasolinas para ser vendidas en el extranjero.
Las importaciones de diésel y gasolina sí se han reducido durante el sexenio. Durante 2019 –el primer año de la administración obradorista– Pemex importó poco más de 700,000 barriles de gasolina y diésel al día.
Pese a ese avance en la baja de las importaciones, los analistas continúan dudando del plan e incluso también lo hacen funcionarios cercanos a la estatal. “De lo único que se ha tratado este sábado es de que el presidente dejé el cargo con la imagen de que el complejo ya funciona”, ha dicho a Expansión uno de los asistentes del evento.
