Quita museo virtual miedo a las matemáticas

(YANIRETH ISRADE. REFORMA)

El Mumat dedica un espacio a los aportes de las mujeres a la disciplina, como la filósofa greco-romana Hipatia, Sophie Germain, MLas matemáticas, en la enseñanza, son algo más que cantar la canción de los números del uno al cien o hacer divisiones con muchas cifras y punto decimal.

“No sólo estamos viendo las matemáticas como suceden en el mundo y nosotros aprendiendo: Hay un montón de matemáticas nuevas, importantísimas, grandes descubrimientos que tienen impacto mundial”.Aubin Arroyo Coordinador del Mumat

Y lo demuestra el Museo Virtual de Matemáticas (Mumat), un sitio gratuito de reciente apertura (hospedado en https://mumat.matcuer.unam.mx) que estimula la curiosidad, propicia la exploración, destaca la belleza de esta disciplina y propone novedosas formas de resolver problemas.

Se puede, por ejemplo, mirar el propio rostro en un caleidoscopio y regocijarse con las formas geométricas que adquiere, así como conocer curiosidades como el número primo más grande -que ocuparía, para expresarse, 5 mil 742 páginas de un libro- o buscar la fecha de cumpleaños en la calculadora de (p), el famoso número irracional que se obtiene al dividir el perímetro de cualquier círculo entre su diámetro.

La calculadora sonora de precisión infinita, en tanto, permite hacer música con números; la melodía se repite si son racionales y varía en el caso de los irracionales, y también es posible hacer magia con una hoja de papel cuyos dobleces permiten comprender el Teorema de Euler, para grafos planos y conexos.

Las sorpresas se concatenan, como los nudos salvajes que aloja el museo, o se irradian, como en el billar de luz que encandila a quien lo visite, y también se bifurcan, como ocurre con las venas de las hojas de los árboles, de acuerdo con los algoritmos proporcionados.

El Mumat no es un museo convencional; su diseño interactivo responde a la lógica del descubrimiento progresivo, explica en entrevista Aubin Arroyo, investigador del Instituto de Matemáticas (IM) de la UNAM, divulgador de la ciencia y coordinador del proyecto junto con Renato Iturriaga, académico del Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat) de Guanajuato.

En este recinto virtual, proyecto de la Sociedad Matemática Mexicana, realizado en colaboración con la UNAM y el Cimat, con el apoyo de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México (Sectei), la curiosidad se convierte en acicate para el descubrimiento no sólo en este museo, sino afuera, en las calles, donde uno podrá reparar, por ejemplo, en los triángulos usados en las estructuras firmes, porque estos -subraya el Mumat- no se deforman.

“Queríamos que el visitante ejerciera esa búsqueda, que su curiosidad lo llevara a descubrir joyas o premios, reproduciendo la investigación en matemáticas, y no me refiero a la investigación científica súper poderosa, sino a la esencia del pensamiento matemático, donde cada pregunta te lleva a otra, y la respuesta te lleva a otra”, expone Arroyo, quien se ha desempeñado como tutor del programa Arte, Ciencia y Tecnologías del extinto Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).

Este enfoque se plasma en las cinco salas del proyecto: “La cocina”, “La cabina”, “El tiempo”, “El hormiguero” y “Airemar”.

Cada una está diseñada para ofrecer una experiencia personalizada, en la que el visitante avance a través de 14 o 15 historias, las cuales, lejos de seguir un orden preestablecido, permiten al usuario construir su propio camino en un ambiente diseñado por la artista y antropóloga visual Casandra Sabag, que puede recorrerse en compañía de tres personajes: Mayor, fascinado por los misterios del Universo; Menor, obsesionado con el cero, y Gato, que ayuda a encontrar los datos curiosos.

“La fantástica ilustración de Sabag abre una puerta emocional para que las personas interactúen con ese monstruo horrible que la gente cree que son las matemáticas.

“Además, las matemáticas y el arte no están tan lejos entre sí, ambas requieren un proceso creativo”, subraya Arroyo.

A las ilustraciones de Sabag, se suman a la experiencia del museo piezas de arte, como un ready-made de Lygia Clark, que utiliza una banda de Moebius, un objeto matemático.

Adicionalmente, los visitantes pueden crear sus propias piezas e involucrar herramientas tanto del ámbito artístico como del matemático.

Arroyo, quien tuvo a su cargo la exhibición Imaginario matemático -que ahora forma parte de Universum, Museo de las Ciencias de la UNAM- detalla que las salas están organizadas alrededor de verbos como “descubrir”, “imaginar” y “crear”, en lugar de las tradicionales divisiones por áreas matemáticas, como álgebra o geometría.

Ésta es una forma de organización que permite, además, mostrar la relación entre ellas.

Para el desarrollo del proyecto, el equipo del Mumat aprovechó la experiencia generada durante la pandemia, cuando buena parte de la población utilizaba de manera intensiva las herramientas digitales.

“Estábamos en plena pandemia cuando comenzamos a idear el museo, y aprovechamos lo que aprendimos de la vida a distancia. La idea era traducir esa experiencia, como el uso de las plataformas, a un lugar de divulgación. Aunque hay problemas, como la experiencia dependiente del usuario -no hay nadie al lado-, el mundo virtual abre puertas a la interactividad, convirtiéndose en una plataforma de juego donde hay que descubrir y enfrentar retos”, describe Arroyo.

Frente a las exhibiciones físicas en museos acondicionados con dispositivos o recursos que suelen descomponerse y requieren mantenimiento constante, el espacio virtual resultada idóneo, compara.

“Con el museo virtual, aprovechamos que la mayoría de las personas tienen acceso a una computadora, un celular o una tablet. Y otra cosa es que en matemáticas las ideas suceden en la mente, suceden en la persona que las piensa, lo que hace que este mundo virtual sea ideal para personalizar la experiencia y se den las interacciones que propone el museo”.

El Mumat está diseñado para una amplia gama de audiencias. Aunque los contenidos están pensados principalmente para estudiantes que cursan la mitad de secundaria e inician con la preparatoria, ofrece contenidos para niñas y niños de primaria con conocimientos básicos, así como por adultos interesados en las matemáticas.

“Mientras más pronto en la formación de las personas haya cariño hacia las matemáticas, mejor”, apremia Arroyo.

Manténgase saludable: Equivóquese

Las matemáticas son fundamentales no solamente para la ciencia y la ingeniería, sino también para mantener el cerebro saludable, advierte Arroyo.

“Es como la clase de educación física, que no es para convertirnos a todos en atletas olímpicos; hacemos educación física en la escuela para tener los músculos sanos.

“Lo mismo con las matemáticas: uno de sus propósitos es mantener el cerebro saludable, aunque no te dediques profesionalmente a ellas”.

Sin embargo, señala, el interés o desinterés de las estudiantes y los estudiantes en las matemáticas depende mucho de cómo las transmitan en las escuelas, e insta a recuperar la posibilidad de equivocarse, porque gran parte del aprendizaje proviene de resolver problemas y del descubrimiento a través del error.

“Y, sobre todo, tratar de orientarlas hacia el lado de la curiosidad, de las preguntas, de la investigación, y no hacia el aprendizaje que memoriza fórmulas o resuelve problemas de manera correcta.

“La gente le tiene miedo a las matemáticas, porque la educación se basa en preguntas que debes responder sin equivocarte; si estás equivocado, te reprueban. Hay un estrés enorme, y eso es totalmente opuesto a las matemáticas. Los matemáticos vivimos equivocándonos siempre, salvo el 2 por ciento del tiempo. Resolver un problema es estar pensando un montón de soluciones equivocadas hasta que de repente aciertas, y eso lo hace muy emocionante, como en una novela de misterio”.

¿Sabías que?

Hay 43,252,003,274,489,855,999 maneras de desordenar el Cubo de Rubik y tan sólo una solución en la que cada una de sus caras es de un solo color.

¿Qué tan grande es ese número? Es 1000 veces más grande que la cantidad de hormigas vivas en el planeta, pero 100 veces menor que la cantidad de moléculas en una gota de agua.

Sin embargo, no importa en cuál de estas posiciones se trate de resolver el Cubo de Rubik; se sabe que bastan 20 movimientos para resolverlo.

Ellas también cuentan

El Mumat también da cuenta de los importantes aportes de las mujeres a las matemáticas, rindiendo homenaje, por ejemplo, a:

– Hipatia (370-415)
Fue una matemática y filósofa greco-romana conocida por sus contribuciones a las matemáticas y la astronomía. Fue la primera mujer en dirigir una escuela de filosofía en la antigua Alejandría. Hipatia enseñó matemáticas y filosofía neoplatónica, basando sus enseñanzas en las ideas de Plotino y Jámblico. Su trabajo se centró en la edición y comentarios de obras matemáticas y astronómicas, aunque gran parte de su obra se ha perdido.

– Sophie Germain (1776-1831)
Fue una matemática francesa del siglo 19 conocida por su trabajo en teoría de números y elasticidad. A pesar de las limitaciones impuestas a las mujeres en su época, Germain persistió en su estudio de las matemáticas y realizó importantes contribuciones, incluida una demostración parcial del Último Teorema de Fermat.

– Ada Lovelace (1815-1852)
Ada Lovelace mostró temprano interés en las matemáticas. Conoció a Charles Babbage en 1833, impresionada por su Máquina Diferencial. Se casó y tuvo tres hijos antes de dedicarse a estudios matemáticos avanzados. Murió joven, en 1852, pero su legado como la primera programadora de ordenadores perdura.

– Emmy Noether (1882-1935)
Brillante matemática alemana, conocida por sus contribuciones a la teoría de anillos y el teorema que lleva su nombre, relacionando simetría y conservación. Superó barreras de género para destacar en un campo dominado por hombres, dejando un legado duradero en el álgebra moderna.

– Mary Cartwright (1900-1998)
Destacada matemática británica, contribuyó a la teoría de funciones y el estudio del caos. Sus investigaciones en ecuaciones diferenciales y fractales fueron innovadoras. Reconocida con numerosos premios, fue la primera mujer en ocupar varios cargos prominentes en la comunidad matemática.

– Katherine Johnson (1918-2020)
Destacada por su trabajo crucial en la NASA, contribuyó significativamente al programa espacial de EU. Sus cálculos fueron fundamentales para varios vuelos espaciales exitosos, incluidos los de Alan Shepard y John Glenn. Reconocida con la Medalla Presidencial de la Libertad, su legado inspira a las mujeres en STEM.

– Maryam Mirzakhani (1977-2017)
Destacada por su trabajo en geometría y teoría de números, Mirzakhani fue la primera mujer en recibir la Medalla Fields. Sus contribuciones a la teoría de superficies de Riemann y sistemas dinámicos fueron fundamentales. Su legado inspira a las mujeres en matemáticas y su impacto perdura en la investigación actual.