(ANTIMIO CRUZ. CRÓNICA)
San Miguel Maninaltepec. Seis etnias indígenas del estado de Oaxaca ya tienen en marcha programas de manejo forestal en más de 35 mil hectáreas de bosques, selvas y cafetales sometidos a verificaciones y auditorías externas. Este trabajo les permite participar en la venta de bonos de carbono en los mercados nacional e internacional, donde existen ingresos anuales variables, pero se han llegado a obtener hasta 39 millones de pesos anuales, los cuales se reinvierten en las comunidades.¿
Este proyecto de conservación de la naturaleza y desarrollo social es coordinado técnicamente por la asociación civil Integradora de Comunidades Indígenas y Campesinas de Oaxaca (ICICO), cuya máxima autoridad es una Asamblea General de socios; en la que cada comunidad forestal es socia y está representada por sus Comisariados de Bienes Comunales en Funciones.
“Aquí, lo que permea en este trabajo es la cultura de las comunidades. Las comunidades indígenas y campesinas de Oaxaca hemos convivido por muchos años de manera armónica con la naturaleza. Y lo que queremos decir con nuestro trabajo es que no queremos que se acabe, sino que la puedan disfrutar las futuras generaciones. Parte de lo que hacemos es comunicar a los niños y los jóvenes lo que hacemos porque a nosotros nos lo enseñaron nuestros abuelos y bisabuelos y tenemos el gran compromiso de que nuestras comunidades conservemos lo que nos queda”, explicó para los lectores de Crónicael profesor Nétzar Arreortúa Martínez, de la comunidad zapoteca de Capulálpam de Méndez y actual Presidente del Consejo Directivo de ICICO.
Los logros más recientes y ajustes técnicos a sus métodos de trabajo fueron presentados por ICICO durante su encuentro anual de comunidades, realizado en el pueblo de San Miguel Maninaltepec, en el corazón de la Sierra Juárez de Oaxaca. Ahí se informó la incorporación oficial de comunidades de la etnia Chontal, al trabajo forestal que desde 2012 han realizado, coordinados, pueblos de otras cinco etnias Chatina, Chinanteca, Mixe, Mixteca y Zapoteca.
“Existen otros programas de manejo forestal para venta de bonos de carbono que han hecho las cosas mal, pero ICICO se ha mantenido como un ejemplo porque nosotros tomamos las decisiones en Asambleas de comunidades. Aquí tenemos requisitos para ser miembros; comenzando con el diseño del programa de manejo. Todo se maneja en Asamblea y no se hace la voluntad uno solo. Eso es nuestra principal fuerza el asambleísmo comunitario”, subraya el profesor Nétzar.
Vendedores de aire limpio
La compra-venta de bonos de carbono es un procedimiento en el que las empresas, gobiernos o eventos masivos pagan a quienes preservan saludable la cubierta vegetal del planeta para que los árboles en sus tierras capturen y compensen las toneladas de emisiones de Dióxido de Carbono (CO2) que emiten sus actividades. Las hectáreas de árboles saludables, certificadas por despachos externos. Liberan oxígeno puro (O2), después de retener en sus tejidos el Carbono (C), del Dióxido de carbono (CO2) que está presente en la atmósfera.
El trabajo de ICICO ha permitido que las comunidades indígenas y campesinas, socias y agregadas reciban, juntas, hasta 3.5 millones de dólares anuales por venta de bonos de carbono. Ese dinero es variable según el año, pero sí es constante que los ingresos por esta actividad se reinvierten en las mismas localidades, de acuerdo con lo que aprueban las asambleas comunitarias indígenas y campesinas; por ejemplo, se reinvierte en herramientas, vehículos y pago de jornales de trabajo para cuidado de los bosques, pero también en obras públicas para las comunidades, como caminos y calles, infraestructura escolar, equipo médico y sistemas de agua potable, entre otros.
La conexión de ICICO con Estados Unidos es importante porque entre sus compradores internacionales hay gobiernos locales, como la ciudad de Palo Alto, California, y compañías muy conocidas, como Disney. La venta internacional de bonos de carbono de las comunidades oaxaqueñas se realiza a través de la plataforma de financiamiento Cool Effect.
Crean Premio Carlos Marcelo Pérez para cuidado del bosque
En 2024, la organización ICICO experimentó un duro golpe por el fallecimiento del Ingeniero Agrónomo Carlos Marcelo Pérez, fundador, primer Director General de la organización y promotor incansable de la unión de las comunidades indígenas y campesinas. En su honor fue creado un Premio anual con su nombre, para las comunidades que logran “hacer más con menos” al reinvertir en desarrollo social y cuidado de la naturaleza los ingresos por bonos de carbono. En 2024, el premio se otorgó a la comunidad de Santa María Jaltianguis, que realizó inversiones en creación de viveros, herramientas de trabajo para bosques, compra de un equipo médico de ultrasonido y equipo para atención de odontología.
Crédito Antimio Cruz