LILIANA TORRESO. EL HERALDO DE JUÁREZ Y JUAN MIGUEL HERNÁNDEZ. EL SOL DE TIJUANA
Más de 73 mil migrantes esperan en Ciudad Juárez, Tijuana y Matamoros el fin del Título 42 previsto para el jueves; Texas despliega helicópteros para frenarlos
CIUDAD JUÁREZ. Las ciudades fronterizas del norte y sur de México están saturadas de migrantes que esperan el jueves —fecha prevista para que Estados Unidos cese las expulsiones de migrantes bajo el Título 42— para cruzar la frontera y solicitar asilo en ese país, sin embargo, el gobierno estadounidense reitera que la frontera sigue cerrada a la inmigración ilegal y redobló la vigilancia.
Estimaciones de autoridades y organizaciones de la sociedad civil señalan que hay al menos 73 mil extranjeros en las ciudades de Juárez, Tijuana y Matamoros en el norte, y Tapachula en el sur, refugiados en albergues y campamentos improvisados, mientras que miles más esperan en otras ciudades fronterizas como San Luis Río Colorado, Piedras Negras o Mexicali.
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Ciudad Juárez es el punto de mayor concentración de extranjeros, pues tanto el padre Javier Calvillo, director de La Casa del Migrante, como la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, estiman que hay 35 mil extranjeros en la urbe.
El inminente flujo de migrantes mantiene en alerta a las autoridades estadounidenses que en días pasados desplegó mil 500 elementos de la Guardia Nacional a la frontera con México, que se suman a los dos mil 500 que ya estaban en activo. El anuncio de este refuerzo, hecho por el presidente Joe Biden, dejó en claro que no es para realizar detenciones de migrantes, sino para apoyar a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza y el Departamento de Seguridad Nacional (CBP y DHS, por sus siglas en inglés) en tareas de inteligencia y logística
Sin embargo, Greg Abbott, gobernador de Texas —cuya ciudad de El Paso hace frontera con Juárez— advirtió medidas más duras para contener la migración ilegal.
Abbott, un republicano que ha criticado duramente la decisión del presidente demócrata Joe Biden de poner fin a la política del Título 42, anunció ayer el despliegue de la Fuerza Táctica Fronteriza de Texas, una nueva unidad de la Guardia Nacional especialmente entrenada, que estará apoyada por helicópteros Black Hawk para detener a los migrantes.
“Serán desplegados en puntos calientes a lo largo de la frontera para interceptar, repeler y rechazar a los inmigrantes que intentan entrar ilegalmente en Texas“, dijo el gobernador texano en una conferencia de prensa.
Además, Abbott busca que el congreso de su estado declare la inmigración ilegal como delito grave, así como declarar delincuentes a quienes brinden refugio a los indocumentados.
Pese a los esfuerzos de las autoridades estadounidenses de persuadir a los extranjeros de desistir de entrar a su país de manera ilegal, miles se siguen concentrando en los puertos de entrada.
Apenas el domingo la CBP advirtió que el fin de la aplicación del Título 42 —medida que permite la expulsión inmediata de migrantes debido a una emergencia sanitaria, como la pandemia por Covid-19— no significa que se abra la frontera, pues los indocumentados seguirán siendo expulsados bajo otra normativa, denominada Título 8 y los reincidentes tendrán prohibida la entrada a la Unión americana durante cinco años o ser procesados como criminales y encarcelados.
NO ENTIENDEN RAZONES
“Yo en lo personal, pienso volver a entregarme, llevó más de tres veces. Voy a seguir insistiendo“, dijo Rubén, migrante de Venezuela, que ha esperado durante cinco meses en Ciudad Juárez y ahora hace fila en la Puerta 42 del muro fronterizo para poder cruzar.
“Muchos de los que estamos aquí, ya estamos pensando en entrar por las partes ilegales porque no habrá otra forma“, comentó el venezolano.
Algunos de los extranjeros que hacen fila en las puertas 40 y 42 aseguran que autoridades y funcionarios estadounidenses les dijeron que les permitieran la entrada.
En Tijuana, el director del albergue Juventud 2000, José María García Lara, indicó que la desinformación que existe entre las personas en contexto de movilidad las pone en riesgo de caer en manos de traficantes de personas o criminales, lo cual pone en riesgo su integridad y su vida.
“Va a incrementar los intentos de cruce de forma irregular; caen en manos de gente sin escrúpulos y puede traer consecuencias fatales. Es importante que el gobierno ayude”, comentó el activista.
Añadió que con el fin del Título 42, las políticas migratorias de Estados Unidos, lejos de relajarse, se van a endurecer, pues el Título 8 permite la deportación inmediata de migrantes a sus lugares de origen.
“Viene más agresivo y no cumple con las necesidades de los migrantes que vienen por mejores oportunidades de vida”, expresó.
En Tijuana se estima que cinco mil migrantes son atendidos en los 30 albergues de la sociedad civil y otros cinco mil que están por su cuenta, hospedados en hoteles o en la calle.
“Hay gente que lleva meses aquí. Nos dicen que ya se retira el Título 42, pero esto qué significa para nosotros, ¿es bueno, es malo? Ya no sabe”, declaró Rosalía, venezolana que lleva dos meses en el campamento migrante improvisado a un costado del Río Bravo en Matamoros, Tamaulipas.
Actualmente en esta frontera viven al menos 13 mil migrantes, la gran mayoría entre los municipios de Matamoros y Reynosa.
“En Matamoros hay unas tres mil personas aproximadamente; mil 500 en el nuevo campamento. Los demás habitan casas abandonadas, cuartos de renta o hasta en lo que antes fue una gasolinera”, dijo la presidenta de la asociación Ayudándolos a Triunfar, Capítulo Tamaulipas, Glady Cañas.
En México, las autoridades piden a los extranjeros no llegar a sus estados o ciudades. El gobernador morenista de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, pidió a los migrantes no exponerse viajando hacia esta entidad y esperar en sus lugares de origen para desde ahí iniciar el proceso migratorio con el gobierno de los Estados Unidos.
“Están buscando acercarse a la frontera americana por la vigencia de este Título 42, creo que es importante que nosotros también difundamos que no es necesario su presencia físicamente en la frontera”, apuntó.
Mientras que la gobernadora panista de Chihuahua, Maru Campos, ha advertido reiteradamente que la numerosa presencia de migrantes en Ciudad Juárez podría desencadenar estallidos sociales.
EL SUR, TAMBIÉN A TOPE
En Tapachula, Chiapas —principal puerta de entrada de migrantes de Centro y Sudamérica a México— la situación de los migrantes es más crítica que en el norte pues tan sólo ayer, el Instituto Nacional de Migración (INM) recibió unas cuatro mil solicitudes de migrantes que buscan la Forma Migratoria Múltiple (FMM) para poder transitar por el país y llegar a la frontera con Estados Unidos, a pesar de que ese documento sólo sirve para estar en la entidad que se emite. En esta ciudad se estima que hay 15 mil migrantes varados.
El creciente número de migrantes que llega a Tapachula obligó al INM a instalar un Centro de Atención Provisional (CAP) desde noviembre de 2022. En marzo procesaba unas 500 solicitudes que se incrementaron a dos mil 500 para la semana pasada y casi se duplican desde ayer.
Leidimar Paola, originaria de Venezuela, precisó que hay dos tipos de documentos; uno que es para quienes tienen pasaportes y el otro es para los que no cuentan con ese documento.
“Para que te den ese documento las autoridades de migración te piden el pasaporte y la cédula de identidad del país del que eres originario. A mi me tocó verde porque traía mi pasaporte”, expresó la sudamericana.
Destacó que ella quiere ingresar a los Estados Unidos de manera legal y lo hará a través de la aplicación móvil CBP One, que el gobierno de EU habilitó para agilizar las citas de los solicitantes de asilo.
“Ahorita vamos a viajar a la Ciudad de México y ahí vamos a radicar hasta que nos salga la cita por CBP One para ingresar de manera legal a los Estados Unidos”, abundó.
Indicó que a través de la página y haciendo las cosas como piden las autoridades de los Estados Unidos pueden ingresar más rápido al país norteamericano, ya que si lo hacen de manera irregular podrían ser deportados a Venezuela.
Sin embargo, hay quienes cuestionan la efectividad del programa CBP One. José María García Lara, activista en Tijuana, señaló que este es un fracaso debido al poco acceso que hay para las personas que ya están esperando en la frontera, al ser una plataforma que se puede utilizar desde cualquier parte del mundo.
“Se complica porque se satura el programa, va a ser complicado y se va a desbordar”, predijo.
“Estamos batallando con la aplicación, colapsa la página y no hay acceso como familia”, dice Rosalia, venezolana que espera en Matamoros.
||Con información de Mariela Macay /El Sol de Tampico, Alejandro Gómez /Diario del Sur y Guillermo Saucedo /Tribuna de San Luis.||