(NELLY TOCHE. EL ECONOMISTA)
Las palabras “género, transgénero, persona embarazada, LGBT, transexual, no binario, asignado masculino al nacer, asignado femenino al nacer, biológicamente masculino, biológicamente femenino”, son términos que estarán prohibidos en la nueva era de Donald Trump para investigadores en Estados Unidos.
De acuerdo con Inside Medicine, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) han dado instrucciones a sus científicos para que se retracten o pausen la publicación de cualquier manuscrito de investigación, no solo para sus propias publicaciones periódicas internas sino cualquier revista médica o científica. Esto con la idea de “restaurar la verdad biológica” en el gobierno de Trump, ya que como lo mencionó desde su discurso de ingreso, solo se reconocerán dos sexos: femenino y masculino.
Esto es grave, pues muchos estudios incluyen información demográfica sobre la orientación sexual. Por ejemplo, un estudio que describa los resultados de Mpox, conocido como viruela del mono, probablemente incluya estadísticas básicas en tablas que resuman el porcentaje de pacientes que fueron vacunados y eran lesbianas, gays, transgénero u otros. Esta información puede tener un gran impacto durante un brote, ya que ayuda a los médicos a desarrollar políticas sobre a quién vacunar, dadas dosis limitadas, como es el caso de Mpox, e incluso a quién se deben ofrecer suministros escasos y limitados de pruebas y tratamientos para maximizar los beneficios
La política va más allá de la pausa a los CDC, pues también el Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad (MMWR), ha dejado de publicar desde el 16 de enero, esto significan dos números y este hecho marca la primera censura de publicación de cualquier tipo en aproximadamente 60 años. La información que no ha sido publicada es referente a enfermedades infecciosas emergentes y prevención de enfermedades crónicas , las publicaciones principales de los CDC, también permanecen sin publicar, pero aún no se han visto afectadas porque fueron publicadas antes de la toma de posesión del presidente Trump.
No está claro cuántos manuscritos se verán afectados, pero podrían ser muchos, ya que la mayoría de los manuscritos incluyen información demográfica simple sobre las poblaciones o los pacientes estudiados, que generalmente incluye el género y que a menudo se usa indistintamente con sexo. Eso significa que prácticamente cualquier estudio importante caería bajo el régimen de censura de la nueva política, incluidos los estudios sobre Covid-19, cáncer, enfermedades cardíacas o cualquier otra cosa, y mucho menos cualquier cosa que la administración considere “ideología progresista”.
El caos y el miedo ha permeado entre los investigadores, pues si bien la política solo está destinada a aplicarse a trabajos que podrían considerarse “conflictivos” con las órdenes ejecutivas del presidente Trump, los expertos de los CDC no saben cómo interpretar la orden. Por ejemplo, ¿los artículos que describen disparidades en los resultados de salud caen en la “ideología progresista” o no? Nadie lo sabe, y el miedo al despido es constante.
El lenguaje importa
Campos en la salud pública que han adoptado la identidad de género como un aspecto de investigación en temas que incluyen disparidades en la salud, probablemente se verán más afectados por las reglas. Esto podría eliminar la utilidad de la investigación científica de los próximos años, asegura Thomas Babor, profesor emérito de salud pública en Uconn Health a Nature.
Los términos de género como “hombre o mujer” y “no binario”, han sido ampliamente adoptados en todas las disciplinas científicas porque a diferencia de los términos relacionados con el sexo biológico (masculino y femenino) proporcionan un contexto cultural, social y psicológico para la experiencia de vida de cualquier persona.
