Exhiben representaciones pictóricas de la Pascua Cristiana de los siglos XVI y XVII

(KEVIN ARAGÓN. EL SOL DE MÉXICO)

Entre las obras pictóricas que se hicieron dentro de la Academia de San Carlos, las escenas religiosas del culto judío cristiano fueron motivo de práctica y estudio de sus alumnos. Eran frecuentes los pasajes de los últimos días de Cristo, desde la expulsión de los comerciantes del templo y la última cena, hasta la pasión y resurrección.

Tras una selección de las piezas de este tipo que componen su acervo, el Museo de San Carlos, inauguró la nueva exposición temporal “Ritos y símbolos de la Pascua Cristiana” que visualiza el modo en que estos pasajes bíblicos fueron representados en los siglos XVI y XVII.

“Lo que quisimos hacer fue no solamente una revisión de cómo los artistas fueron representando esta iconografía religiosa, sino también, a partir de una nueva mirada crítica del acervo desde el presente”, explicó Ana Ortega, curadora de la exposición.

La muestra expone además, “cómo fue que en México se recibieron las festividades de la Semana Santa, creando sus propios ritos y símbolos a partir de una de las diversas culturas que ya había aquí”, agregó la especialista que aseguró que la adhesión de elementos no presentes en la Biblia existió desde la Edad Media hasta el siglo XIX.

Replicas de Rembrandt y Caravaggio

En total el Museo de San Carlos resguarda 36 piezas relativas a estos pasajes fundamentales, de las cuales 19 forman parte de esta exhibición. La mayoría de ellas se trata de réplicas de obras originales de artistas europeos.

Entre ellas destaca una reproducción de “El entierro de Cristo” de Caravaggio, realizada por un autor no identificado; o una copia de “Jesús en Emaús” de Rembrandt, realizada por el pintor veracruzano Ignacio Rosas y una copia del “Cristo despojado de sus vestiduras” de José de Ribera, “El Españoleto”.

“Este es un aspecto que se tiene que reconocer, porque la colección en su origen no fue hecha para generar originalidad, sino para ajustarse a ciertos tipos de modelos, por lo que estas réplicas también tienen un valor importante”, explicó Jorge Reynoso Pohlenz, actual director del museo.

“Hasta hace relativamente poco en el arte la innovación o la originalidad eran valoradas positivamente. En general, el chiste era cómo formarte en cierto tipo de formas que se llamaba canon. Y ese canon iba cambiando poco a poco”, agregó.

Culto mariano“Rostro de la Virgen de los Dolores”, la reciente adquisición del museo

Entre las pocas piezas originales se encuentra un “Rostro de la Virgen de los Dolores”, pintado en 1890 por Pilar de la Hidalga García, de reciente adquisición del museo y se cree pudo haber tenido una función devocional en algún templo. La imagen refiere al sufrimiento de la Virgen María tras la muerte de su hijo en la cruz.

“El culto Mariano, sobre todo de La Dolorosa, era muy importante para las mujeres. A las mujeres se les inculcaba muchísimo. Estas mujeres pintoras que hemos estado rastreando los últimos años, pintaron muchísimas Dolorosas”, apuntó Ana Ortega.

Asimismo, se presentan reproducciones de un mural del “Ecce Homo” que se encuentra en el exconvento de San Andrés Apóstol en Epazoyucan, Hidalgo, y de un fresco que recuerda el calvario de Jesús del convento de Acolman, Estado de México.

La muestra, en colaboración con el Museo del Perfume presenta tres estaciones olfativas inspiradas en las obras y una selección de imágenes de la fototeca del INAH