El gran desmadre electoral

MAX CORTÁZAR. EXCÉLSIOR

Durante la última semana, los mexicanos hemos sido testigos de cómo algunos de los aspirantes a la Presidencia —tanto de la 4T como del Frente Amplio por México— han caído en momentos de irritación con los medios de comunicación.

Por otro lado, en los últimos días hemos visto diversas declaraciones de inconformidad de los aspirantes por el Frente Amplio por México ante las fallas de la plataforma implementada para la recaudación de firmas, una confrontación directa por parte del Presidente de la República en contra de Xóchitl Gálvez, así como la respuesta por parte de Morena de que no frenará sus eventos masivos.

Comencemos con Santiago Creel y Claudia Sheinbaum. El primero que, durante una conferencia de prensa llevada a cabo en Querétaro, un periodista le pregunta sobre sus gastos durante las giras que ha realizado. Ante ello, Creel reacciona de manera agresiva ante un cuestionamiento que no era complicado de responder, una reacción que no va con su personalidad.

Por otro lado, está Claudia Sheinbaum, quien repudió a la pregunta sobre el financiamiento de espectaculares, bardas, así como sobre si el Presidente de la República dictaba las estrategias de campaña de Morena; un cuestionamiento que el periodista hizo de manera profesional y sin faltarle al respeto. Ante ello, Claudia perdió el control y, de manera prepotente e intolerante, acusó “violencia” en la entrevista. En el caso de Creel, sería conveniente que sus asesores sacaran lo mejor de su personalidad y no trataran de convertirlo en algo que no es. Por el lado de Sheinbaum, hoy es una aspirante a la Presidencia de la República mas no es presidenta y, aunque lo fuera, tampoco sería correcta su actitud —debería ir preparada para poder responder ese tipo de preguntas que han sido tema en las últimas semanas.

México es un país que día a día lucha por la libertad de expresión. Esto ayuda a la transparencia, a combatir la corrupción, por lo cual cualquier persona que busque ser candidato tiene que prepararse para ese tipo de cuestionamientos, pero, sobre todo, respetar a las y los periodistas.

En segundo lugar, el pasado 13 de julio se publicó el sitio web para poder registrarse y así poder participar en la elección del responsable de la construcción del Frente Amplio por México. Sin embargo, desde su publicación hasta el día de hoy dicha plataforma no ha dejado de presentar fallas, por lo que, al menos, cuatro de los contendientes se han manifestado al respecto, pidiendo pronta solución por parte del Comité Organizador.

No hay que olvidar que los contendientes tienen el 8 de agosto como día límite para recaudar un mínimo de 150 mil firmas. Es inaceptable que el Comité Organizador no haya previsto el número de suscriptores, así como los posibles ataques a la plataforma. Estas fallas ponen en riesgo la credibilidad del proceso, ya que se podría asumir que el sistema permite la inscripción de algunos ciudadanos sobre otros, quitando la oportunidad de participar de manera libre y plural.

Como tercer punto, durante la semana pasada el Presidente mencionó 26 veces a la senadora Xóchitl Gálvez, volviéndose su mayor promotor. Lo que es inaceptable es que el gobierno federal utilice datos fiscales que, por ley, se prohíbe publicar; acción en la cual diversos funcionarios —incluido el Presidente— estarían cayendo en una posible comisión de delito.

Evidentemente, estos ataques son para tratar de descarrilar a la senadora, pero, en este caso, por el momento el tiro le ha salido por la culata. Por otro lado, sería importante que la senadora aprovechara esta oportunidad para transparentar su patrimonio y, de esta forma, sacudirse este intento de difamación.

No es la primera vez que el gobierno federal actúa de esta forma, también tenemos el caso del exgobernador García Cabeza de Vaca, donde, sin fundamentos, se le imputaron delitos falsos con los cuales intentaron desaforarlo justo durante la campaña electoral de las elecciones intermedias y continuar el proceso hasta el siguiente año, durante la elección a la gubernatura del estado.

Por último, el Instituto Nacional Electoral se empieza a ver rebasado, ya que por más que aplica medidas cautelares al partido en el poder, empezando por el retiro de espectaculares y bardas, los aspirantes del Movimiento Regeneración Nacional hacen caso omiso a éstas; incluso a las recomendaciones del propio Presidente. De la misma forma, el día de ayer declararon que impugnarían la última medida cautelar donde se les pide evitar los eventos masivos en lugares abiertos, a lo cual Morena respondió que están en su derecho de continuar con asambleas informativas y, además, acudirán al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Hoy, México vive un proceso electoral anticipado, donde, a partir de septiembre, tendremos candidatos únicos de cada uno de los partidos, a excepción de Movimiento Ciudadano. Los partidos políticos se han colado por cualquier rendija o vacío legal de las leyes electorales donde pareciera que existen muchas irregularidades dentro de sus procesos, pero, hasta el día de hoy —de cierta forma—, está siendo validado por el INE.

Pedirle al Presidente que se abstenga de opinar sobre un proceso electoral que al día de hoy legalmente no ha comenzado —ya que de manera oficial inicia en septiembre—, deja mucho que decir; así como el permitir que los contendientes de los diversos partidos recorran el país sin reglas claras en materia de financiamiento, voto corporativo; así como los siervos de nación coaccionando el voto a cambio de programas sociales en todos los rincones del país. Esto apenas comienza, seguramente en los próximos meses veremos cosas que nunca nos imaginamos.