TZUARA DE LUNA. EXPANSIÓN
En el último año, las exportaciones de minerales de cobre y sus concentrados alcanzaron los 2,840 millones de dólares, representando 30.5% del total de las mercancías enviadas de México a China.
Con el aumento de la conciencia ambiental y las ambiciosas metas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, los fabricantes de vehículos han girado hacia una solución clave: los vehículos eléctricos. Estos automóviles impulsados por baterías de litio se han convertido en la punta de lanza de la movilidad sostenible y han cambiado el paradigma de la industria automotriz. Sin embargo, detrás de esta transformación hay un elemento esencial que ha cobrado un papel relevante: los minerales.
China, conocida como la gran fábrica del mundo y la segunda economía más grande a nivel global, ha emergido como el principal fabricante de modelos de baterías, lo que ha llevado a que se convierta en un gran importador de minerales, entre ellos el cobre.
El litio, un mineral crítico, es el componente esencial de las baterías que alimentan estos vehículos eléctricos. Su alta densidad de energía y capacidad para almacenar grandes cantidades de electricidad lo hacen indispensable para la movilidad eléctrica. Pero no es el único. Otros minerales como el cobre, el cobalto o el níquel también son requeridos para la producción de las celdas de litio.
Autos eléctricos detonan demanda de cobre
El cobre, otro mineral esencial para la producción de vehículos eléctricos, ha sido altamente demandado en China, donde se ha acumulado la mayor parte de la producción mundial de estos vehículos, alcanzando un 64% al cierre de 2022, según la consultora EV Volumes. Para fabricar un automóvil eléctrico, se requiere aproximadamente el doble de cobre en comparación con un vehículo a combustión interna, según datos de la Asociación Internacional de Energía (IAE).
Mientras que un auto a combustión interna que utiliza gasolina requiere 26 kilogramos de cobre para su fabricación, uno eléctrico necesita 53 kilogramos.
Contar con la materia prima para fabricarlos resulta indispensable, lo que ha impulsado una significativa inversión en el desarrollo de estos recursos. Durante 2022, la inversión en minerales críticos experimentó un incremento del 30% anual, con un enfoque especial en el litio, seguido por el cobre y el níquel. Las empresas con sede en China han duplicado prácticamente su gasto en inversión en este ámbito, lo que demuestra su compromiso estratégico con el acceso a estos recursos.
En México, la producción de cobre se concentra principalmente en el estado de Sonora, representando el 75.6% del total. Le siguen Zacatecas, con un 13.7%, y San Luis Potosí, con un 4.3%, según datos de la Cámara Minera de México. Grupo México es el mayor productor nacional con una participación del 75%.
Según datos de la Secretaría de Economía, durante el año pasado, México exportó minerales de cobre y sus concentrados por un valor de 2,840 millones de dólares, lo que representó un 30.5% del total de las mercancías enviadas a China.
El cobre es esencial para diversas industrias, pero su relevancia en la fabricación de vehículos eléctricos ha sido un impulsor clave para el aumento de las exportaciones a China.
¿Qué otros productos exporta México a China?
En menor medida, México también exporta a China minerales de molibdeno y sus concentrados, cifra que sumó 42.2 millones de dólares; seguidos de los minerales de hierro y concentrados con 10.3 millones de dólares, y los metales preciosos y sus concentrados con 9.5 millones de dólares, según datos de Data México basados en información de la Secretaría de Economía.
Además de los minerales, otros productos también tienen un papel destacado en las exportaciones hacia China. Después de los minerales, las partes y accesorios de los vehículos automotores representaron un valor de 2,630 millones de dólares, lo que equivale al 28.2% del total de las exportaciones. Asimismo, la iluminación eléctrica o los equipos de señalización sumaron 374 millones de dólares, significando el 4% al cierre del año pasado.
Por su parte, las importaciones de productos chinos a México alcanzaron la cifra de 118,200 millones de dólares al concluir 2022, mientras que las exportaciones totales de México hacia China sumaron 10,671 millones de dólares, según la Secretaría de Economía. Esto muestra que el comercio entre ambos países es una relación bidireccional, donde cada uno juega un papel vital en la economía del otro.