Belém, Brasil. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva no logró ponerse de acuerdo con siete países para acordar una fecha común para poner fin a la desforestación en la Amazonía, al cierre de una cumbre regional que acabó sin ningún compromiso ambicioso.
“No somos los países Brasil, Colombia, Venezuela… los que precisamos dinero, es la naturaleza que necesita financiamiento”, afirmó Lula al cabo del segundo día de la cita, que congregó por primera vez en 14 años a representantes de los ocho países miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), en la ciudad de Belém.
En una declaración conjunta al cabo de la reunión ampliada, los países amazónicos llamaron a las naciones desarrolladas a que “cumplan con sus obligaciones en materia de financiación climática” y aporten “200,000 millones de dólares al año para 2030”.
Expertos en el tema lamentaron que la “Declaración de Belém” trajera pocas medidas concretas.
“No hay metas o plazos para erradicar la deforestación, ni mención al fin de la explotación petrolífera en la región. Sin esas medidas, los países amazónicos no lograrán cambiar la actual relación predatoria con la selva”, afirmó Leandro Ramos, director de Programas de la ONG Greenpeace Brasil.