(ANTIMIO CRUZ, ENVIADO. CRÓNICA)
BERLÍN.- En la actualidad, en Alemania no se siembra ningún alimento transgénico u Organismo Genéticamente Modificado (OGM). Sin embargo, el debate y una potencial modificación a las normas que regulan la producción y venta de esos productos puede volver a abrirse a nivel de la Unión Europea (UE) porque han surgido nuevas variables que se deben considerar desde dos perspectivas: seguridad alimentaria y protección a los consumidores.
El anterior contexto fue explicado a Crónica por la Directora de Cooperación Internacional para Seguridad Alimentaria, del Ministerio de Alimentación y Agricultura (BME, por sus siglas en alemán), Cornelia Bernds. El diálogo ocurrió durante una visita a la sede de esa oficina federal de una delegación de 18 economistas, ingenieros agrónomos, sociólogos y periodistas, de 18 países diferentes.Lee también
La funcionaria del gobierno alemán explicó que, entre las variables que han aparecido en los últimos años y que no se pueden pasar por alto, está la aparición de la tecnología de edición genética CRISPR-Cas, que no está señalada en ninguna norma vigente, y los nuevos argumentos que indican que los cultivos genéticamente modificados pueden ser usados para enfrentar los efectos adversos del cambio climático.
La misma Cornelia Bernds dijo que, mientras se aclara qué ruta seguirá el debate, el gobierno alemán mantiene la postura de que los consumidores deben tener el derecho a decidir y, por ello, apoya la decisión de aquellas compañías productoras de alimentos que deciden etiquetar a aquellos productos que sean libres de OGMs o transgénicos.
“Esta es una tarea muy complicada. En este momento no sembramos OGMs en Alemania. Tenemos una regulación común con la Unión Europea, sobre este tema. Entonces, si los productores de estos cultivos quieren entrar a nuestro mercado necesitan ser aprobados por la Unión Europea, a quien deben demostrar que sus productos son seguros para los consumidores y para el ambiente”, detalló Bernds en una exposición en la que también estuvieron presentes el Oficial del Ministerio de Agricultura para América, África, Sureste asiático y Medio Oriente, Volker Klima, y el Oficial de Asuntos Políticos y Procesos de Transformación en Agricultura y Alimentación, Hendrik Bohm.
“En Alemania hemos iniciado una nueva discusión pública que no sólo se enfoca a los transgénicos sino a toda la ingeniería genética, como ocurre con el uso de la nueva tecnología de edición genética CRISPR-Cas, que nos ha abierto un escenario totalmente nuevo, sobre el cual la legislación europea no sabía nada, pues es muy vieja. Entonces, necesitamos promover una discusión profunda sobre ese y otras innovaciones biotecnológicas”, agregó.Lee también
El etiquetado es observado como una herramienta que permite tomar decisiones, en tanto el debate sobre transgénicos no se desarrolla y deriva en políticas y acción.
“Nosotros tenemos la fuerte impresión de que debemos proteger a los consumidores, sin coartar su derecho a decidir. Por esto, tenemos cada vez más productos en venta que colocan etiquetas para informar que en sus procesos no intervino ningún organismo transgénico. Un ejemplo de lo anterior es lo que ocurre con ciertos productores de leche, de Alemania, que colocan en sus envases una etiqueta para informar que las vacas con las que trabajan no son alimentadas con granos de plantas transgénicas. De esa manera, el consumidor tiene una decisión muy importante en sus manos, y tiene la etiqueta para optar por un alimento libre o no libre de transgénicos. Vemos que esta nueva discusión sobre la ingeniería genética no sólo se está poniendo en marcha en Alemania sino en otros países e América Latina. Este auge tiene que ver con varias de las promesas que enarbola la ingeniería genética, como la posibilidad de obtener rápido, variedades de plantas que soporten sequías severas o que rechacen las plagas de ciertos insectos. No sabemos a dónde podría terminar el debate sobre la incorporación de los vegetales producidos con estas tecnologías. Lo que sí es realidad es que, hasta ahora, muchas promesas que ofrecen los OGMs, nonos han entregado resultados claros. De cualquier modo, la discusión que ya está en marcha es un gran paso que ya se haya abierto el debate legislativo sobre los cambios necesarios para no estar operando con una legislación vieja “, concluyó la funcionaria alemana.
México continúa en controversia diplomática y legal por transgénicos
En América del Norte, el tema de los cultivos genéticamente modificados volvió a ser importante en 2023, a raíz de la puesta en marcha de un panel de controversia comercial, promovido por Canadá y Estados Unidos contra México por la prohibición de importación de maíz transgénico a territorio mexicano.
El decreto de prohibición ha sido modificado parcialmente por el gobierno mexicano, pero los productores estadunidenses y canadienses del cereal afirman que la prohibición a importar transgénicos es contraria al Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC), de libre comercio y por ellos plantean la posibilidad de sancionar económicamente a México, con una cantidad equivalente a los ingresos que sus productores de maíz perderían, de mantenerse en pie el decreto actual.