(FABIOLA MÉNDEZ. GACETA UNAM)
Imaginen ver en un mismo espacio la firma de Carlos V o de Vicente Guerrero; el edicto de 1810 en el que se condenaba a Miguel Hidalgo y su movimiento independentista por atentar contra la religión católica, o la cédula de 1572 con la que el rey Felipe II ordenaba el establecimiento del Tribunal del Santo Oficio en la Nueva España. Todo esto es posible en la exposición La censura en México a través del tiempo. De la Inquisición al Tribunal Liberal, que puede visitarse en la Biblioteca Nacional de México (BNM).
En nuestro país hay censura desde la Colonia y, desde entonces, ha adoptado diversas formas. Dicha palabra proviene de la voz latina censor, que alude a un trabajo (efectuado por dos romanos) consistente en supervisar el comportamiento y moral públicos a fin de señalar y normar acciones. Según el Diccionario de la Real Academia Española se trata de la intervención del censor en el contenido o forma de una obra atendiendo a razones ideológicas, morales o políticas, comentó Manuel Suárez Rivera, jefe del Fondo Reservado de la BNM y cocurador de la muestra.
En un sentido más amplio, este fenómeno puede definirse como la supresión de material de comunicación potencialmente ofensivo, dañino, inconveniente o innecesario para el gobierno o los medios de comunicación, según lo determinado por un censor.
En nuestra nación, cuando hablamos de esta práctica, la asociamos con el Santo Oficio, el cual se estableció en la Nueva España en 1572 y ejerció control moral sobre la población y determinó lo que debía o no leerse para que la gente no tuviera acceso a textos contrarios a las ideas religiosas.
A fin de conocer más del tema, la exposición La censura en México a través del tiempo presenta 10 vitrinas donde el visitante podrá ver, de cerca, una infinidad de tachones, mutilaciones, edictos, decretos y joyas impresas que documentan dicho proceder.
A decir de Suárez Rivera “el Santo Oficio tenía muchas armas jurídicas para hacer efectiva la censura, pero en la práctica era casi imposible revisar la enorme cantidad de libros que circulaban por un territorio tan inmenso como el de la Nueva España”.
Expurgo
En ese sentido, se dieron cuenta de que no podían prohibir todos los autores y obras; entonces desarrollaron otra herramienta: el expurgo, basado en prohibir sólo una fracción del libro para que la obra siguiera circulando. “Confiscar todos los libros iba a ser un golpe muy duro para los editores e impresores; en esta exposición vemos cómo un mismo título puede ser censurado de distintas formas o incluso escapar a dicha práctica”, explicó.
La muestra –inaugurada en agosto y que puede visitarse en la planta baja del edificio del Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional– presenta, a decir de Manuel Suárez, muchos materiales que nos permiten entender un poco de la historia de México.
Se incluyen alrededor de 50 documentos que resguarda la BNM, de los cuales el más antiguo está fechado en 1572 y es un edicto emitido y firmado por el rey Felipe II, en el que establece el Tribunal de la Inquisición en Nueva España; además de un dictamen que prohíbe el libro Misterios de la Inquisición, obra traducida al español en 1845 y publicada por la imprenta de Ignacio Cumplido en 1850.
Suárez Rivera señaló que el primero es uno de los más relevantes debido a su importancia histórica. Son tres hojas que muestran parte del proceso burocrático requerido para que los territorios recién conquistados por la Corona Española (la jurisdicción de la Inquisición iba de Panamá al actual estado de Utah, en Estados Unidos) contaran con un mecanismo que impidiera la introducción de ideas contrarias al catolicismo, preocupación principal del régimen hispano en virtud de la irrupción de nociones reformistas en Europa por esas décadas. Dicho documento cuenta con la firma de Felipe II, quien signaba como “Yo, el rey”.
También destaca un edicto con el que se trató de detener el movimiento iniciado por Miguel Hidalgo, el cual solicitaba a la población no hacer caso a un hombre excomulgado y con creencias contrarias a la religión. Este documento fue emitido sólo un mes después del estallido de la Guerra de Independencia. Los edictos eran hojas impresas que se pegaban en las plazas públicas e iglesias para lograr mayor difusión, por ello servían para dar a conocer las ideas vetadas con mayor celeridad que los índices de libros prohibidos, ya que en todo el periodo novohispano sólo se publicaron 10 versiones del Index librorum prohibitorum.
Se perseguían obras de autores como Juan Calvino, Martín Lutero, Montesquieu, Rousseau y José Antonio Llorente. De hecho, en una etapa de la muestra se exponen ejemplares de los llamados “libros prohibidos”. Asimismo, se trata de transmitir las transformaciones de la censura eclesiástica ejercida entre 1550 y 1855 ya que consideraban que la gobernabilidad dependía de salvaguardar el catolicismo y las ideas expresadas en aquellas obras.
“En esa época lo único que podía más o menos unir a los mexicanos era la religión, por tanto, el régimen de censura empezó a colgar con alfileres algunos textos”. De acuerdo con el investigador, el procedimiento que debía seguir el inquisidor consistía en acudir a todas las librerías y bibliotecas del país para pedir el ejemplar y tachar las secciones que, según el índice vigente, estaban prohibidas. Hay que destacar que se debía solicitar a la Inquisición una licencia para la impresión de todas las obras que pasarían por las prensas.
En 1820 la Inquisición quedó abolida, pero sus usos se quedaron. En ese contexto, la censura en el siglo XX se ejerció de otra manera, a través de las presiones políticas hacia la opinión pública, en la prensa, pero quizá su modalidad más interesante sea la autocensura. “Es la que predomina hoy. El acceso a redes sociales da responsabilidad a quien postea, pero también hay un proceso previo en donde yo no puedo publicar desnudez o pornografía, pues ambas no están en los límites morales”, aclaró.
Acervo histórico
Hacer una reflexión sobre la evolución de este fenómeno en México –de la época novohispana a la etapa liberal– es el objetivo de esta exposición que estará abierta hasta diciembre de 2023 y que da cuenta del amplio acervo histórico de la BNM. “Ver tantos años de historia en un solo recorrido me parece maravilloso, es una forma extraordinaria de acercarse al patrimonio bibliográfico resguardado en esta biblioteca”, finalizó.
La censura en México a través del tiempo. De la Inquisición al Tribunal Liberal puede ser visitada en la planta baja del edificio del Fondo Reservado de la BNM, ubicada en el Centro Cultural Universitario, de lunes a viernes de 9 a 20 horas. La entrada es gratuita.