La serpiente monumental recién descubierta revelará los secretos del arte azteca

(CRISTOPHER CABAELLO. EL UNIVERSAL)

El 19 de septiembre del año pasado, el mismo día que un movimiento telúrico hizo que se sacudiera la tierra, unacabeza de serpiente fue hallada por arqueólogos delInstituto Nacional de Antropología e Historia(INAH), quienes quedaron sorprendidos por el estado de conservación de la pieza, así como por sus llamativos colores: ocre, azul, rojo, negro y blanco.

Esta pieza ostenta color en 80% de su superficie, y es una evidencia más de las capacidades estéticas del pueblo mexica, quienes crearon obras de arte uniendo la escultura con la pintura.

Las características del particular vestigio fueron dados a conocer por el INAH. La pieza fue hallada a 4.50 metros de profundidad y mide 1.80 metros de largo, 1 metro de alto, 85 centímetros de ancho y tiene un peso estimado de 1.2 toneladas. Su descubrimiento se derivó de los trabajos de salvamento arqueológico de la Antigua Escuela de Jurisprudencia, ubicada en San Ildefonso 28.La colosal pieza fue hallada a 4.50 metros de profundidad, dentro de la Antigua Escuela de Jurisprudencia; mide 1.80 metros de largo, 1 metro de alto, 85 centímetros de ancho y tiene un peso estimado de 1.2 toneladas; su importancia también radica en los colores que cubren 80% de su superficie. Foto: INAH

La colosal pieza fue hallada a 4.50 metros de profundidad, dentro de la Antigua Escuela de Jurisprudencia; mide 1.80 metros de largo, 1 metro de alto, 85 centímetros de ancho y tiene un peso estimado de 1.2 toneladas; su importancia también radica en los colores que cubren 80% de su superficie. Foto: INAH

En entrevista con EL UNIVERSAL, la directora del Museo del Templo Mayor, Patricia Ledesma Bouchan, informó que la pieza fue hallada en el ala este de la Antigua Escuela de Jurisprudencia, y expresó que la pieza continúa en análisis para determinar su significado.

Más importante, dijo, los arqueólogos siguen trabajando en extraer la humedad de la antigua escultura para estabilizarla y conservar su forma y su policromía.

“Por las características de la escultura podemos adelantar que es mexica, es posible que date de la última etapa de la ciudad, es decir, puede datar del reinado de Ahuízotl o del reinado de Moctezuma por sus características estilísticas, sin embargo, sigue siendo analizada para tener más precisión”, apuntó.

Ledesma reveló que aunque no se tiene certeza del significado de la pieza, el hallazgo se une a otros descubrimientos de cabezas de serpientes, los cuales son exhibidos actualmente en el Museo del Templo Mayor. “Lo interesante es que se han encontrado varias cabezas de serpiente, no es una escultura única, muchas están en Templo Mayor y otras en el Museo Nacional de Antropología”, dijo.

Y apuntó que es probable que la pieza fuera parte del Recinto Sagrado de Tenochtitlan. “Es posible que la escultura estuviera en las orillas del Recinto Sagrado, que encabezara alguno de los accesos al sitio sagrado”, agregó.

Explico que el hallazgo derivó de las adecuaciones que se realizaron en la Antigua Escuela de Jurisprudencia —la cual es propiedad de la Universidad Nacional Autónoma de México—, por lo que la institución ha apoyado al INAH en la investigación y cuidado de la escultura.

“Durante los trabajos de adecuación del inmueble hubo acompañamiento de Salvamento Arqueológico del INAH, en uno de esos trabajos apareció esta cabeza de serpiente junto con otros vestigios de arquitectura prehispánica”, detalló.

La arqueóloga explicó que, debido a la complejidad y tamaño de la cabeza de serpiente fue necesario crear un equipo especial para su atención. Dijo también que su estado de conservación y sus colores se produjeron por las características del subsuelo de la capital.En la Antigua Escuela de Jurisprudencia (San Ildefonso 28), sitio del hallazgo, se realizan las labores de conservación dentro de una cámara de humedad. Gabriel Pano / El Universal

En la Antigua Escuela de Jurisprudencia (San Ildefonso 28), sitio del hallazgo, se realizan las labores de conservación dentro de una cámara de humedad. Gabriel Pano / El Universal

“El tema del color es algo muy bonito, tiene que ver incluso con la exposición actual del Museo del Templo Mayor; el subsuelo de la Ciudad de México es lacustre, el agua permite que se conserven materiales que no se conservan en otros lados, pero el reto de los arqueólogos en este tipo de hallazgos es la humedad, porque esa humedad es la que conserva pieza, el proceso es retirar la humedad sin secarla y evitar que la pieza se disgregue”, detalló.

Ledesma agregó que el hallazgo de esta escultura fue un tema de alta relevancia para el INAH, por lo que el director general de la institución ordenó crear un equipo especial para su cuidado y conservación. “Nuestro director pidió que interviniéramos, tenemos la suerte en Templo Mayor de contar con restauradores en color, es la restauradora María Barajas quien se está encargando de coordinar los trabajos”, precisó.

De hecho, el equipo encabezado por Barajas está trabajando en retirar la humedad de la pieza.

“Le encargamos a ella y a un equipo de especialistas que se hicieran cargo del tratamiento de la pieza, para que pierda la humedad de manera constante y controlada y así evitar que pierda los colores, de no hacerlo así perdería su color en un mes o menos” explicó.

Con apoyo de la Universidad Nacional se habilitó una cámara de humedad en las instalaciones de la Antigua Escuela de Jurisprudencia, en la que se llevan a cabo los trabajos de conservación del color. Se trata de un espacio sellado, forrado con películas plásticas y equipado con humidificadores y registradores de datos para leer y controlar la humedad relativa de la pieza mexica.

“El trabajo de restauración comenzó desde su hallazgo, fue un trabajo complejo desde su retiro, usamos una grúa para moverla, pero incluso en ese movimiento había riesgo de que perdiera color; luego procedieron a limpiarla con mucho cuidado para no dañarla, y la clave está en la humedad, en mantener la humedad en el ambiente para que la pieza se conserve”, apuntó.

Aunado a esta monumental escultura, el INAH informó en días recientes que en la Antigua Escuela de Jurisprudencia se han hallado otros vestigios de origen prehispánico y colonial, en el mismo sitio donde se encontró la cabeza de serpiente.

Se trata de una edificación mexica, la cual mide 13.50 metros de ancho por 23.20 de largo. Los restos del edificio se ubicaron en el ala este y en el patio central del recinto universitario; en este último espacio se identificó una escalinata con seis escalones, un dado arquitectónico y una alfarda que, gracias al manto freático capitalino, conserva su recubrimiento original de estuco, detalló el INAH en un boletín.

Además de la cabeza de reptil, el salvamento arqueológico permitió recuperar otras dos esculturas: el fragmento de una figura antropomorfa, que lleva un taparrabo, y un clavo arquitectónico o espiga, con forma de cráneo humano.Recientemente, en el mismo sitio se han hallado otros vestigios de origen prehispánico y colonial. Fotos: INAH

Recientemente, en el mismo sitio se han hallado otros vestigios de origen prehispánico y colonial. Fotos: INAH

El INAH destacó el hallazgo de diversos restos óseos masculinos, femeninos, juveniles y fetales, por lo que es posible que el sitio fungiera como una zona de enterramiento en la época de la Colonia.

También se registraron elementos novohispanos, como tiestos de mayólica, porcelana china y huesos de cerdos, vacas, borregos y gallinas domésticas que brindan pistas sobre la vida cotidiana del Convento y Templo de Santa Catalina de Siena, cuyos antecedentes se remontan a 1594.

Ledesma adelantó que siguen en conversaciones con la UNAM para exhibir la pieza una vez que se concluyan los trabajos de restauración. “Seguimos definiendo el lugar correcto para su exhibición, pero debemos esperar a ver cómo reacciona la pieza y si requerirá tratamiento a largo plazo; en 2024 es posible que ya podamos verla”, concluyó.