(COMUNICADO DE PRENSA. INAH)
Expertos en análisis genómico, arqueología, historia y otras disciplinas iniciarán un proyecto binacional sin precedentes entre México y España, a fin de estudiar el mestizaje iniciado hace 500 años entre nuestros ancestros e indagar en los contextos de desigualdad que hubo en dicho proceso, los cuales dejaron una marca genética en las poblaciones de ambas naciones.
La iniciativa, titulada “Proyecto mestizaje, a 500 year chronicle”, fue comentada en la primera sesión de 2024 del ciclo “La arqueología hoy”, el cual es coordinado en El Colegio Nacional por el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Leonardo López Luján.
En su participación, la académica del Laboratorio de la Evolución Humana (LEH), de la Universidad de Burgos, España, Cristina Valdiosera Morales, comentó que, “si bien estamos muy familiarizados con la historia de este mestizaje particular, aún quedan muchos aspectos por entender de él”.
El proyecto, detalló, estará a cargo del LEH, y tendrá la colaboración de especialistas del INAH, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y otras instituciones mexicanas, como el propio López Luján, titular del Proyecto Templo Mayor, y el antropólogo físico de la Dirección de Salvamento Arqueológico, Arturo Talavera González, en el primer caso; y del historiador Federico Navarrete Linares, del Instituto de Investigaciones Históricas, de esa casa de estudios.
“El mestizaje fue un proceso dinámico que cambió con las normas de cada época. Por ejemplo, quizá, al momento del contacto las relaciones entre indígenas y europeos, y también entre africanos e indígenas de las Antillas y del Caribe eran ‘tierra de nadie’, pero en cuanto el virreinato se estableció, también lo hicieron normas sociales que llegaron a ser bastante estrictas”.
De acuerdo con la panelista, lo que se buscará es estudiar desde la historia y desde el laboratorio, cómo impactaron esos eventos socioculturales que crearon diversas desigualdades en las sociedades, “y cómo podemos detectar esas desigualdades en la dispersión y la distribución de los genes”.
Una ventaja de estudiar el ADN antiguo, señaló, es que, a partir de elementos como restos óseos, dientes o cabello humano, en adecuados estados de preservación, se puede obtener información directa de un punto específico en el tiempo y en el espacio.
Esta disciplina, relativamente nueva, ya que sus inicios formales se remontan a hace 30 años, tiene como fuente de estudio el genoma humano, explicado por Valdiosera como “un manual de instrucciones, formado por 3,000 millones de pares base, que se leen en un código de cuatro letras (A, G, C y T), y el cual es único para cada ser humano.
“Considerando que el genoma es 99.9% idéntico entre todas las personas del mundo, lo que buscamos como estudiosos del ADN son las diferencias que nos hacen únicos y que yacen en ese .1% del genoma de cada individuo. Estas variaciones, acumuladas a lo largo del tiempo y las generaciones, nos informan qué tan relacionada está una persona con otra e, incluso, una población entera con respecto a otra”, expuso.
Finalmente, Cristina Valdiosera apuntó que otro atractivo del “Proyecto mestizaje, a 500 year chronicle” será la posibilidad de que alumnos de la UNAM o de la Escuela Nacional de Antropología e Historia puedan formar parte de intercambios estudiantiles y realizar estancias académicas en la Universidad de Burgos.