A raíz de la pandemia de COVID-19 y la posterior pérdida de fuentes de financiamiento, el 15 de enero cerró sus puertas el centro de educación y capacitación ambiental La casa del agua, creado por la sociedad civil hace 22 años en un terreno de 11 hectáreas en la Reserva de la Biósfera Pantanos de Centla (RBPC), justo frente al punto geográfico donde se unen los ríos Grijalva y Usumacinta, por donde circula el 30 por ciento del agua dulce superficial de México.
La decisión de no recibir más visitantes se tomó para evitar que ocurra un accidente de consecuencias irreversibles en alguna parte de los 2 kilómetros de andadores y puentes de madera por los que caminan los visitantes para conocer el ecosistema anfibio más grande de Mesoamérica, donde viven árboles, peces, reptiles, aves, insectos y mamíferos. Para dar mantenimiento a la infraestructura, que está expuesta permanentemente a humedad y poder reabrir, La casa del agua requiere reunir fondos por más de dos millones y medio de pesos, los cuales seguirán buscando sus fundadores, mientras el centro se mantiene cerrado a las visitas de escuelas y comunidades.
Durante más de dos décadas La casa del agua concentró su trabajo en la educación ambiental y la difusión del valor de los humedales, principalmente entre las comunidades locales.
Al dar a conocer el cierre de este espacio, la asociación civil Espacios Naturales y Desarrollo Sustentable (ENDESU) informó que a lo largo de 22 años sus salas interactivas han recibido a más de 200 mil personas entre visitantes locales y extranjeros de todas las edades. En sus instalaciones se han impartido mil 100 talleres enfocados en transformar la perspectiva de las personas sobre la conservación de los humedales costeros del Golfo de México.
Los pantanos de Centla se localizan en un espacio que es considerado el humedal más importante de Mesoamérica al ubicarse en el delta de los ríos Grijalva y Usumacinta.
PREVENIR ACCIDENTES
Al explicar las causas del cierre de La casa del agua, su Director, Juan Carlos Romero Gil, detalló que desde la pandemia de COVID19 ha sido muy difícil conseguir donativos que les permitan conservar y mejorar la infraestructura de este centro, construido sobre pantanos. Lo más importante, dijo, es que no se quiere exponer a los visitantes a sufrir un accidente por falta de mantenimiento de los andadores y puentes de madera, que deben ser sustituidos por otros de materiales más resistentes:
“En lo que más gastamos, todos los años, es en cambiar la madera, porque son casi dos kilómetros que necesitamos sustituir por plasti-madera. Dos millones y medio nos cuesta todo. Desde algún punto de vista no es mucho, pero desde el punto de vista de lo que nosotros podemos conseguir sí es bastante. Muchas escuelas nos piden no cerrar porque quieren ir, pero nosotros nunca hemos tenido un accidente y no vamos a esperar a tener un accidente en el que alguien se caiga, se fracture, se rompa una pierna o pase algo así”, dijo Juan Carlos Romero Gil, a la estación de radio más antigua de Tabasco, XEVT, fundada en 1954.
La infraestructura de La casa del agua cuenta con dos kilómetros de senderos interpretativos, construidos con puentes y andadores de madera. Además, se construyó una torre de observación, salas museográficas, un salón para eventos, vivero, habitaciones que pueden albergar hasta 10 personas y una zona de campamento.
Las 11 hectáreas de este centro son hogar y refugio de especies locales de mamíferos, reptiles, aves, insectos y gran diversidad de vegetación. Entre otros animales se pueden mirar en estos terrenos monos aulladores o saraguatos, cocodrilos y garzas pardas.
Desde el punto de vista de la salud del tejido social, es importante decir que el cierre del centro puede impactar a familias que reciben ingresos como guías o anfitriones de ecoturismo, pues la visita a La casa del agua era una de las visitas de más importancia para quienes reciben visitantes y viven del ecoturismo local. Estos impulsores del ecoturismo son habitantes vecinos de rancherías y comunidades pescadoras ribereñas que han encontrado una importante fuente de ingresos a través de empresas comunitarias ligadas a la conservación y difusión de la riqueza natural de la zona.
Líderes políticos y empresariales habían elogiado la labor de La casa del agua
Autoridades y tomadores de decisiones de gobierno, academia y sector privado han visitado, a lo largo de 22 años, La casa del agua, y han aplaudido la labor que este centro de educación ambiental ha realizado. Días antes de que México fuera alcanzado por el brote epidémico de COVID19, el Presidente Andrés Manuel López Obrador visitó el centro y, en un video en sus redes sociales, dijo sobre La casa del agua: “Esto pertenece a las nuevas generaciones. Es la herencia para los que vienen detrás de nosotros”.