(LILIA GONZÁLEZ. EL ECONOMISTA)
Pretender sacar a México de la prueba PISA (Programme for International Student Assessment por sus siglas en inglés) para 2025 -propuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador), “es apostar por la mediocridad, es condenar a los niños a una educación que no les permita superarse”, advirtió la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
El sector empresarial del país dijo que “preocupa” que México quede fuera de la aplicación de la prueba PISA y que esto impacte “todavía más en el rezago educativo que tiene nuestro país”.
El último año en que se realizó la prueba, México retrocedió 12 puestos y los alumnos demostraron un retraso en el desarrollo de habilidades básicas como matemáticas, ciencias y comprensión de lectura.
“Nuestro país invierte sólo el 4.6% de su PIB en educación, comparado con el 5.3% promedio de los países de la OCDE, y gasta apenas 3,239 dólares al año, mucho menos por estudiante que el promedio que es de 12,647 dólares, es decir, México invierte apenas una cuarta parte que el resto de los países de ese organismo internacional”, lamentó José Medina Mora, presidente de la Coparmex.
En 2022, año en que se realizó la última prueba, los resultados de México en las áreas de ciencias, matemáticas y lectura, fueron inferiores a los obtenidos en 2018, cuando nuestro país se ubicó en el puesto 39, y para 2022 el nivel cayó hasta el lugar 51.
La prueba PISA es un referente mundial para evaluar la preparación de los estudiantes con el fin de enfrentar los desafíos del mundo actual y proporcionar datos útiles y comparativos entre países.
José Medina Mora recordó que México ha participado en todas las rondas de PISA desde el año 2000.
La siguiente ronda, PISA 2025, cuenta con 91 participantes, incluidos otros 13 países latinoamericanos, y se centrará en las competencias de los estudiantes en ciencias, incluido un nuevo componente sobre ciencias ambientales en el que se evaluará la comprensión de los estudiantes sobre el impacto de las interacciones humanas con el medio ambiente y el respeto que los estudiantes tienen por las diversas perspectivas cuando buscan soluciones para los desafíos ambientales actuales.
También se evaluarán temas como el dominio de una lengua extranjera y el aprendizaje en el mundo digital.
La Coparmex demandó al gobierno federal que no se retire de la prueba PISA, pues esto significaría un retroceso en la evaluación de la educación y un contrasentido a lo que están haciendo otros países, incluidos varios de América Latina que se están sumando.
Además, pedimos que se implementen políticas más sólidas que garanticen acabar con el rezago educativo que dejó la pandemia, así como elevar el presupuesto en educación.
La preparación de los niños y jóvenes de hoy, marcará el rumbo del país en los próximos años, por eso es fundamental invertir en este rubro y elevarlo, para cada vez tener mexicanos más preparados que puedan competir con los mercados internacionales.
“Sólo con mediciones objetivas y sumamente relevantes como la prueba PISA sabremos si México está avanzando en el camino correcto bajo estándares comparativos internacionales”, estableció .