(CHLOE CORNISH. THE FINANCIAL TIMES)
Dubái.- Arabia Saudita permitirá la venta pública de alcohol por primera vez en décadas en una nueva tienda de la capital, Riad, que atenderá solo a diplomáticos no musulmanes.
La medida se produce después de años de especulaciones sobre si el príncipe heredero Mohammed bin Salman permitiría excepciones a la prohibición del alcohol en el reino conservador, mientras impulsa una ambiciosa agenda para desarrollar la nación como un centro regional de comercio, finanzas y turismo.
Otros estados del Golfo, entre ellos Emiratos Árabes Unidos, permiten desde hace años que los no musulmanes beban en hoteles y restaurantes autorizados.
Pero la inauguración de la tienda se produce en un momento en que Riad busca reforzar la supervisión de la importación de alcohol por parte de las misiones diplomáticas, y no queda claro si la medida representa un paso hacia nuevos cambios en las leyes que rigen la venta de alcohol.
Arab News, propiedad del grupo Saudi Research and Media Group, respaldado por el Estado, informó este mes de que Riad estaba introduciendo una regulación para “frenar la importación sin control de productos especiales y licores dentro de los envíos diplomáticos”, en un esfuerzo por poner fin al “intercambio indebido” de estos productos en el reino.
Las embajadas en Arabia Saudita, como la de Estados Unidos, tienen tiendas que venden alcohol a sus diplomáticos, mientras que las valijas diplomáticas pueden cruzar las fronteras sin enfrentarse a los procedimientos legales normales. Esto le permite a los diplomáticos beber en el país y ofrecer bebidas a los invitados saudíes en fiestas donde el licor circula con libertad. También existe un floreciente mercado negro de alcohol.
La nueva tienda autorizada por el gobierno parece diseñada para ofrecer una mayor regulación al suministro de alcohol a diplomáticos. Solo quienes se hayan registrado podrán entrar en la tienda, de acuerdo con las directrices que pudo ver Financial Times, y tendrán que utilizar una aplicación designada para verificar su identidad y hacer compras.
La entrada va a estar “estrictamente restringida a los no musulmanes”, estará prohibido tomar fotografías y los teléfonos móviles deberán guardarse en bolsas especiales mientras los compradores estén en la tienda, según se indica en las directrices.
Además se establece un sistema de puntos para restringir las ventas mensuales de alcohol a las personas registradas, permitiendo hasta 40 litros de licores, 80 de vino o 240 de cerveza.
“Al parecer, el lugar está muy bien surtido”, dijo un diplomático occidental; sin embargo, no está claro si ahora los diplomáticos tendrán que comprar en la nueva tienda en lugar de acceder a las bebidas a través de sus embajadas, como hacían antes.
La prohibición general del alcohol, que se remonta a 70 años, se introdujo después de que un miembro de la realeza saudí en estado de embriaguez le disparó y mató a un diplomático británico, pero a medida que se abren nuevos restaurantes y hoteles que presumen tener bares sin alcohol, y Riad desarrolla centros turísticos en el mar Rojo, empezaron a surgir las especulaciones sobre si el príncipe Mohammed permitiría la venta de alcohol en ciertas zonas reguladas a clientes no musulmanes.
Muchos también sugieren que podrán servirse bebidas fuertes en la aerolínea más nueva de Arabia Saudí, Riyadh Air, una cuestión que los ejecutivos han esquivado en ocasiones.
El turismo forma parte del plan de diversificación económica del príncipe heredero, que espera impulsar el negocio no petrolero en el mayor exportador de crudo del mundo.
El príncipe heredero Mohammed bin Salman, con una ambiciosa agenda. REUTERS