(SPUTNIK)
La industria estadounidense de exportación de gas natural licuado afronta retrasos debidos a quiebras, litigios sobre permisos medioambientales y una pausa temporal en la concesión de licencias, escribe el medio ‘Oilprice’. Todo ello contribuye a aumentar la incertidumbre de los explotadores y exportadores de GNL en EEUU en esta década, advierte.
Las sanciones occidentales impuestas a los recursos energéticos rusos después de que Moscú lanzara su operación militar especial en Ucrania impulsaron un aumento de las exportaciones de gas natural licuado (GNL) de Estados Unidos a Europa y convirtieron a Washington en uno de los mayores exportadores mundiales de este recurso.
A pesar de los métodos extraeconómicos de promoción del GNL estadounidense, recientemente se han registrado retrasos en algunos proyectos, que “no tienen nada que ver con las políticas de la Administración estadounidense”, reconoce el medio.
Por ejemplo, después de que el proyecto de exportación de GNL Golden Pass, de 10.000 millones de dólares, sufriera retrasos debido a la quiebra de Zachry Holdings (el principal contratista para la construcción) empresas como ExxonMobil y QatarEnergy aplazaron la fecha hasta finales de 2025. Por su parte, el proyecto Rio Grande LNG de NextDecade sufre demoras debido a una sentencia judicial sobre su impacto ambiental, informa el portal.
“Este caso y otros litigios añaden otra dosis de incertidumbre para los promotores de proyectos de GNL en Estados Unidos”, destaca el medio.
Según el vicepresidente senior de la consultora WoodMackenzie para las Américas, Ed Crooks, la pausa en las autorizaciones de exportación de GNL “acabaría siendo algo entre ‘un bache’ y ‘un badén’” para la industria estadounidense del gas natural licuado.
Si bien algunas de estas incertidumbres pueden resolverse ya en enero de 2025, una vez que el nuevo presidente de EEUU asuma el cargo, los analistas han expresado su temor de que el auge de las exportaciones estadounidenses de GNL “pueda verse socavado”, subraya el medio.
Esto se debe, continúa, a que si la Administración Trump puede imponer el arancel prometido del 60% a las importaciones procedentes de China, eso podría dar lugar a medidas de represalia por parte de Pekín, que rehuirá las nuevas compras de GNL a Estados Unidos. A su vez, la candidata demócrata a la Presidencia de EEUU, Kamala Harris, aún no ha anunciado si, en caso de ser elegida, mantendría la suspensión de permisos impuesta por el actual mandatario Joe Biden.
Por otro lado, bajo el nuevo presidente, los proyectos podrían estar sujetos a nuevos requisitos “que harían de la concesión de permisos un proceso más lento y complicado”, resume Crooks.
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