(C. GONZÁLEZ. EXCÉLSIOR)
Medicamentos, cosméticos, plásticos, productos de limpieza e incluso restos de pesticidas, al ser desechados o eliminados por el cuerpo, terminan llegando a cuerpos de agua a través del drenaje, la agricultura o la industria, lo que significa una contaminación emergente, afirmó Jürgen Mahlknecht, académico de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tec de Monterrey.
En las últimas décadas, la creciente presencia de contaminantes emergentes en los recursos hídricos ha encendido las alertas de la comunidad científica y de organismos de salud pública en todo el mundo.Play Video
De acuerdo con el especialista, en México investigaciones recientes revelan la presencia de sustancias como el diclofenaco, la carbamazepina, el sulfametoxazol, bisfenol A, nonilfenoles, así como diversos antibióticos tanto en aguas superficiales como subterráneas.
En un estudio en el Valle del Mezquital —zona de recarga artificial con aguas residuales provenientes de la Ciudad de México— se detectaron hasta 23 fármacos activos en aguas subterráneas.
Adicionalmente, un análisis reciente identificó que en cuerpos de agua como los canales de Xochimilco y el río Apatlaco en Cuernavaca se superaron con creces los límites internacionales para contaminantes como triclosán, bisfenol A y el estrógeno sintético EE2 o etinilestradiol, que se encuentra en píldoras anticonceptivas y que llega al agua a través de la orina y las aguas residuales.
Según el experto, en el plano humano existe evidencia de que la exposición prolongada a estas sustancias se asocia con problemas neurológicos, inmunológicos y reproductivos.
Por ejemplo, los ftalatos, usados en cosméticos y plásticos flexibles, pueden afectar la salud reproductiva, según el experto del Tec de Monterrey.
