ARTURO ROCHA. EL SOL DE MÉXICO
Los pobladores consideran sagradas estas zonas y cuentan historias sobre su origen y cuidado
El estado de Yucatán tiene una larga lista de atractivos que van desde su gastronomía hasta las increíbles zonas arqueológicas como Chichén Itzá que atraen a miles de turistas, pero también es el lugar ideal para los amantes de nadar en cenotes.
Esta entidad en particular cuenta con innumerables cenotes que están distribuidos por todo el territorio. Tal cantidad existe que familias que excavan en sus patios o durante la construcción de un supermercado se llegan a encontrar con un cenote.
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Los pobladores son sumamente respetuosos cuando se trata de estos lugares, ya que están rodeados de diversas creencias respecto a su orígen o los espíritus que los protegen de invasores. Aquí te contamos algunas de ellas.
El meteorito que mató a los dinosaurios
Aquellos que visitan Mérida pueden encontrar lugares que te llevan a algunos cenotes y te cuentan las historias que los rodean. Este es el caso de Destino Mío, que contó a El Sol de México algunas de las leyendas que los acompañan de generación en generación.
Destino Mío es un hotel que también ofrece pequeños tours a tres de los cenotes que se encontraron durante su construcción. Mientras te trasladas cuentan que Yucatán está lleno de estos bellos lugares gracias a un meteorito.
La historia cuenta que hace 65 millones de años un meteorito de 10 kilómetros de diámetro cayó en el norte de la península del Yucatán y sí, es el mismo que destruyó a todos los dinosaurios.
La roca cayó en la zona de Chicxulub, por lo que el cráter que dejó como evidencia lleva el mismo nombre. El nombre es maya y significa algo como “el pozo del diablo”.
El meteorito dejó un gran cráter. Foto ilustrativa: Pixabay
Como resultado del impacto se formó una red de sumideros llamados cenotes. Por eso muchos de ellos cuentan con túneles subterráneos cuyo destino sigue siendo un misterio, pues nadie se atreve a explorar.
Aluxes que protegen los cenotes
Ya dentro de los cenotes, los guías explican que meterte a nadar en estos pozos es un gran privilegio, pues se trata de lugares sagrados que los mayas utilizaban para sus rituales. Algunos dicen que ahí se hacían sacrificios, otros que en esas aguas se lanzaba oro.
Cualquiera de las dos teorías pueden ser ciertas, pero lo que sí es un hecho para los pobladores es que los aluxes se encargan de cuidar los cenotes y si alguien llega con malas intenciones o se mete a nadar sin presentar sus respetos obtiene un castigo.
Los aluxes son seres místicos que, de acuerdo con la cosmogonía maya, representaban a duendes que protegían las selvas o los bosques.
Estatuilla de aluxe. Foto: Museo Regional de Yucatán
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) explica que según las tradiciones prehispánicas los aluxes fueron creados de barro para que fueran los guardianes de las milpas y los animales.
Algunos de estos seres son guardianes de los cenotes por lo que los guías explican que siempre que van a nadar con un grupo de turistas realizan una oración en maya para pedir permiso.
En caso de no hacerla se cree que las personas pueden comenzar a padecer fuertes dolores de cabeza e incluso hemorragias nasales. Otras leyendas indican que pedir permiso evita desastres naturales como huracanes, tormentas o sequías.
Así que cuando visites Yucatán, recuerda que el respeto por las zonas naturales, no sólo de los cenotes, es algo muy importante para los pobladores y también para los seres místicos.