(ROBERTO MORALES. EL ECONOMISTA)
Los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump propiciaron caídas en las exportaciones mexicanas de acero y aluminio al mercado estadounidense, de 29 y 20% respectivamente, en el periodo de enero a julio de 2025, según datos del Departamento de Comercio.
Primero los aranceles sobre ambos metales fueron de 25% en marzo y luego de 50% en junio.
Estos datos corresponden sólo a los productos contemplados en las Proclamaciones 9704 y 9705 del 8 de marzo de 2018, excluyendo los productos derivados que se añadieron a las medidas de la Sección 232 en 2020 y 2025.
Con ello, las exportaciones mexicanas de acero descendieron a 1,594 millones de dólares y las de aluminio bajaron a 403 millones de dólares en los siete primeros meses del año en curso.
En 2025, el presidente Trump amplió y aumentó los aranceles vigentes al acero y al aluminio, impuestos desde 2018 en virtud del Artículo 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962.
El Artículo 232 autoriza al presidente a imponer restricciones comerciales si el Secretario de Comercio determina que las importaciones de un bien “amenazan con perjudicar la seguridad nacional de Estados Unidos”.
En esa misma clasificación de productos de acero, México fue superado por la Unión Europea (3,902.8 millones de dólares, +0.4%), Canadá (3,212.9 millones, -30%) y Corea del Sur (1,670.8 millones, -6 por ciento).
Con respecto al aluminio, por arriba de México se colocaron siete competidores, entre ellos Canadá (4,937.9 millones de dólares, -13%), la Unión Europea (1,090.4 millones, +3%) y Emiratos Árabes Unidos (1,023.9 millones, +53 por ciento).
Desde junio de 2025, Estados Unidos ha impuesto aranceles de 50% al acero, el aluminio y los productos que contienen acero y aluminio de casi todos sus socios comerciales.
De enero a julio de 2025, las importaciones estadounidenses de acero y aluminio disminuyeron en valor, en comparación con el mismo período de 2024.
Algunos productores estadounidenses de acero afirman que los aranceles son cruciales para impulsar la producción estadounidense y apoyan la expansión de los aranceles sobre los derivados.
Los productores estadounidenses de aluminio tienen opiniones encontradas sobre los aranceles. Otros grupos afirman que la rápida expansión arancelaria ha generado cargas de cumplimiento para las empresas y podría perjudicar el empleo estadounidense en los sectores que utilizan acero y aluminio.
Un análisis del Congreso estadounidense indica que los legisladores podrían considerar las posibles implicaciones de los aranceles al acero y al aluminio para la economía estadounidense y cuestiones relacionadas con las facultades comerciales del propio Congreso.
Originalmente, en 2018, Trump impuso un arancel de 25% al acero y de 10% a las importaciones de aluminio desde la mayoría de los socios comerciales, después de que el Secretario de Comercio determinara que dichas importaciones amenazaban la seguridad nacional estadounidense.
En 2020, Trump amplió los aranceles para incluir 13 nuevos códigos de producto para derivados del acero y el aluminio. Después, la administración del expresidente Joe Biden mantuvo en gran medida estos aranceles y, en 2023, aumentó las tarifas aplicadas a las importaciones de aluminio ruso a 200% en respuesta a la guerra de Rusia contra Ucrania.
De 2018 a 2022, Estados Unidos negoció exenciones por país y otorgó exclusiones específicas para cada entidad, así como Exclusiones Generales Aprobadas aplicables a cualquier importador.
Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Japón, México, Corea del Sur, la Unión Europea, Ucrania y el Reino Unido recibieron exenciones ya sea durante el primer periodo de gobierno de Trump o de su sucesor, Biden.

