Bellas Artes abre retrospectiva De Francisco Castro Leñero

(KEVIN ARAGÓN. EL SOL DE MÉXICO)

Por primera vez en una exposición individual, la obra del Francisco Castro Leñero (1954-2022), uno de los máximos exponentes del arte abstracto de nuestro país, llega al Palacio de Bellas Artes, en su primer aniversario luctuoso. La retrospectiva, analiza las transformaciones de este artista, cuya obra osciló entre la geometría y la experimentación y que pensaba que “la belleza depara la posibilidad de conmoverse”.

“Él mismo decía que quería, dentro del orden, encontrar el caos; perseguir una perfección y al mismo tiempo romperla. Ser ambiguo, finalmente, no ser literal. Creo que por eso es que tuvo esa capacidad de jugar con las superficies y de crear verdaderamente una profundidad y hacernos reflexionar así sobre la pintura” explicó la investigadora Sylvia Navarrete, durante un recorrido previo a la apertura de la muestra titulada Francisco Castro Leñero. Una lógica de la belleza.

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A través de 60 obras, entre pinturas, esculturas, grabados y gráfica, aproximadamente la mitad de ellas inéditas, cinco décadas del trabajo de Castro Leñero.

DE LO MATÉRICO A LO CONCEPTUAL

Una paleta de colores “oscura y oxidada”, que llegó a usar como modelo la arquitectura y los materiales de una Ciudad de México en construcción, tras el terremoto de 1985 cambió para dar apertura a una conceptualización de su lenguaje, en la composición y la profundidad, y el movimiento en superficies planas a través de la “inmaterialidad”, así como la exploración de recursos geométricos y coloridos.

“Esta es una paradoja y una provocación, que refiere al título de la exposición, ‘Una lógica de la belleza’, que son dos conceptos que parecen contradecirse. La belleza, que es un concepto universal y relativo, y la lógica, que es todo lo contrario, la aplicación de un sistema cerebral, matemático y austero que pudo conjugar con su trabajo sobre tela, la complejidad del detalle y la capacidad de hacer hablar los pigmentos y las formas”, señaló la curadora.

El Sol de Zacatecas

“Yo siento que al final de su carrera, lo que liberó aun más su obra y que lo incitó a ser un poco más lírico, fue el color, que fue un descubrimiento, que se puede explicar con algo tanto temperamental como circunstancial, la gente, los artistas cambian. Así el lenguaje parco y triste de su obra al principio, se volvió en algo suntuoso al final de su vida”, comentó la especialista de la Université de La Sorbonne.

EL MAESTRO FIGURATIVO

La muestra exhibe parte de los bocetos y ejercicios que Castro Leñero realizó con sus alumnos de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, a quienes instruyó en el dibujo. Curiosamente, señala la curadora, sus cátedras eran sobre dibujo figurativo, sobre todo de la anatomía humana, pues decía: “nada tan complejo en formas y expresiones como el cuerpo humano”.

Como único artista de sus contemporáneos, que se arraigó al arte abstracto, explica Sylvia Navarrete, el arte de Francisco Castro Leñero, por su minimalismo es compatible al arte conceptual contemporáneo de avanzada, elemento que, según cree, le permitió tener gran éxito tanto en México como en el extranjero.

Mientras que su labor como maestro ha formado a nuevas generaciones de artistas, no precisamente abstractos geométricos, pero que lo reconocen como un mentor “que les enseñó a ver, con un tipo de enseñanza muy libre, enfocada a una filosofía de la pintura como una especie de conexión”, entre ellos Gabriel Orozco, Rubén Ortiz y Patricia Soriano.

Como cierre del recorrido destaca una pintura monumental del proyecto Akaso, una evocación de los murales producidos por México para la Exposición Universal de Osaka, Japón, en 1970.