Biden quiere a los chinos fuera de México y Latinoamérica continente

(ARMANDO GUZMÁN. EL ECONOMISTA)

Sacar a China de América latina, no va a ser fácil, y va a costar dinero, pero Estados Unidos ya ideó la forma de hacerlo.

Déjeme contarle de qué se trata.

Los economistas le llaman a esto… “Reforzar las cadenas de suministro de Estados Unidos desde Latinoamérica”. En otras palabras, promover la forma de reducir la dependencia latinoamericana de China y así contrarrestar su creciente influencia en el continente.

Para eso el jueves y el viernes pasados llegaron a Washington los jefes de estado de varios países del continente, y los presidentes que no pudieron o no quisieron venir, mandaron a sus cancilleres. México entre ellos.

Si usted recuerda, es la reunión a la que el presidente López Obrador nos dijo que no asistiría para no encontrarse cara a cara en las salas de la Casa Blanca con la presidenta de Perú.

Esta “Peccata Minuta”, no le importa a Estados Unidos que lo que busca es la mejor forma en que los 11 países invitados a la reunión en Washington se enfrasquen en lo que aquí llaman “friendshoring”.

Lo de friend se entiende, lo de shoring, significa que es para los países cercanos a Estados Unidos… Solo para los que están en el vecindario.

Al final de cuentas estamos hablando de una diversificación de comercio entre Estados Unidos y los países de Latinoamérica, bajo las normas de APEP- La Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica.

Modernización

Con este nuevo “Instrumento” lo que Biden pretende es aumentar la modernización latinoamericana, para que en el vecindario se desarrollen nuevas energías renovables, con nuevas técnicas para desarrollar y fabricar desde semiconductores, hasta equipo eólico para crear energía de viento y energía solar—De paso, los países usarían esto para enfrentar cara a cara, al fantasma de la falta de suministros médicos, contemporáneos y de calidad en todos los países del hemisferio. (Bueno, los que sean amigos de Washington nada más).

También esto abriría nuevos accesos a las empresas en América Latina y el Caribe —para que encuentren nuevos socios en Estados Unidos, y para que los que ya tienen socios y operaciones montadas, desarrollen nuevas formas de tecnologías para la energía solar y de viento— Esto deberá resultar en nuevas herramientas, nueva tecnología y hasta nuevas técnicas. La meta es que el continente tenga mejores oportunidades de desarrollar energía limpia.

Nuevas Cadenas de Suministro

Con eso, Estados Unidos quiere crear cadenas de suministro aprovechando por ejemplo el litio que extrae cada país en sus territorios, para que cada país use ese litio en la producción local de baterías. Esta última aclaración es necesario hacerla para evitar que los de siempre salgan corriendo a gritar que… “Estados Unidos quiere robarse el litio latinoamericano”.

El gobierno de Joe Biden sabe que, en el área médica, las empresas de equipos médicos y las farmacéuticas necesitan ayuda para crecer en el continente. Eso ayudaría porque la falta de medicamentos, y de equipo médico contemporáneo es una triste realidad con la que los países latinoamericanos se encuentran todos los días.

Finalmente, Biden quiere insistir en desarrollar el sector de los semiconductores.

Los semiconductores asiáticos

Hoy Estados Unidos depende de los semiconductores de Taiwán. Imagínese que China invade Taiwán, ¡la crisis mundial que eso crearía!

Por eso Estados Unidos quiere ayudar a que los trabajadores calificados latinoamericanos amplíen sus técnicas y su conocimiento, para identificar la producción de materiales avanzados, incluidos los chips y los microchips de automoción que son necesarios para la actual y las próximas generaciones de autos híbridos, vehículos eléctricos, y cuanta menudencia electrónica consumimos hoy por toneladas en todo el planeta.

Estuvieron aquí en Washington para estas reuniones con Joe Biden, los primeros ministros Trudeau de Canadá, Mottley de Barbados, y los presidentes Boric de Chile, Chaves Robles de Costa Rica, Abinader de República Dominicana, Lasso de Ecuador, Boluarte de Perú, Lacalle Pou de Uruguay y Petro de Colombia. Por México y por Panamá estuvieron sus cancilleres.

Notablemente ausentes Brasil y Argentina, dos de las economías más importantes del continente, que aún no están convencidas de que todas estas iniciativas de Estados Unidos funcionen como Biden las está vendiendo.

El viernes en la Casa Blanca vimos a los líderes que vinieron. En el ánimo que reflejaron muestran que tienen optimismo de que esto funcionara, y que lo que revisaron en Washington es la mejor fórmula para impulsar esta enorme Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica. Usted seguro recuerda que todo esto nació, en la Cumbre de las Américas de junio del 2022. (La otra reunión continental a la que el presidente de México no asistió en la ciudad de Los Ángeles porque Venezuela, Cuba y Nicaragua no habían sido invitados).

¿Se acuerda?

Hoy los 11 países del hemisferio que seriamente están siendo considerados como la primera Alianza necesitan mostrar que pueden trabajar en equipo. México a pesar de todo, sigue siendo muy prominente en el grupo.

Al final es como en la primaria, algunos la aprovecharán, otros, se quedarán en el atraso.

Ahora lo que también va en serio es sacar a los chinos del Continente.

China ya se metió en toda América Latina y el Caribe con inversiones enormes… vendiendo y comprando, dando créditos y dinero regalado.

Los chinos hoy en noviembre del 2023 compran casi el 15 por ciento de las exportaciones de la región, compárelo a lo que compraban en el año 2000, que era solo el 1 por ciento de lo que es hoy. Estas cifras son del Fondo Monetario Internacional.

Lo agresivo de esta acción es porque un total de 21 países latinos, incluidos ocho miembros de la APEP participan hoy ya en el programa global de inversión en infraestructura de Beijing conocido como “Iniciativa de la Franja y la Ruta”.

Ahora, este nuevo proyecto para el continente es para promover la cooperación económica regional no para ofrecerle a nadie un mayor acceso para sus productos al mercado estadounidense.

Esto se debe a que Washington ya tiene acuerdos comerciales con nueve de los países que aceptaron participar en las negociaciones iniciales de la APEP.

Nueva vida para el Banco Interamericano de Desarrollo

Biden está convencido de que esto le dará nueva vida al BID, que es una institución financiera multilateral que ha sido criticada por sus préstamos ineficaces y por su pobre planeación.

Estados Unidos quiere que el Banco tenga ahora “marcos más flexibles” que incluyan “acuerdos de alto nivel con los países que son socios en Latinoamérica y el Caribe”.

Mientras, algunos de los voceros de los países que vinieron a Washington dijeron en privado que habían quedado desconcertados por la falta de acciones más concretas en Estados Unidos el verano pasado, cuando se creó APEP, dada la importancia que Biden le dio desde el inicio.

¿Será esto suficiente para sacar a los chinos del continente?

Sepa usted que esto va en serio y no es solo en América Latina sino también en Asia.

Los asesores de Biden están buscando un acuerdo similar, dentro de lo que llaman el Marco Económico para la Prosperidad del Indo-Pacífico, y ya están enfrascados allá también con 12 países de Asia.

Falta ver cómo responden los chinos. Lo que es seguro es que Biden los quiere fuera del continente.