RODRIGO DUARTE. CORRESPONSAL. SPUTNIK
Las agresiones contra las mujeres no paran de crecer en México. Ante esta situación, las boxeadoras Mary ‘La Explosiva’ Villalobos y Aurora ‘La Loba’ Ramírez decidieron entrenar de manera gratuita a mujeres para que estas puedan protegerse de un potencial atacante.
El lugar de adiestramiento es el Parque México, uno de los pulmones verdes más concurridos de la Ciudad de México, localizado en la Condesa, de los barrios más cosmopolitas de la urbe más grande de América Latina.
Allí, a un costado de una biblioteca pública, todos los domingos temprano por la mañana, se puede ver a un grupo de mujeres adultas portando playeras amarillas con la leyenda “Por mujeres seguras y fuertes” realizando durante tres horas un exigente entrenamiento físico y lanzando golpes con guantes de box ante la mirada asombrada de los transeúntes.
Pero no se trata de atletas preparándose para un próximo campeonato mundial ni un equipo de amigas de un gimnasio. Son un grupo de entrenamiento creado y liderado por las boxeadoras Mary la Explosiva Villalobos (excampeona mundial de boxeo femenino) y Aurora la Loba Ramírez, quienes desde el año pasado decidieron sumar su grano de arena para combatir la dramática violencia contra las mujeres que se vive en México.
El año pasado, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, fue el que registró el mayor número de delitos violentos contra las mujeres desde que se comenzaron a registrar los datos.
Según estos números oficiales recabados por el organismo público, cada día 340 mujeres en México son víctimas del delito de violencia y diez mujeres son asesinadas. La opinión pública es, regularmente, sacudida con un nuevo y cruento feminicidio, en el que la víctima suele ser una mujer joven.
Uno de ellos, el de Debanhi Escobar, tal vez el de mayor impacto mediático en el último tiempo y que todavía se encuentra impune, es directamente responsable de que Villalobos y Ramírez hayan querido preparar a mujeres para que sepan defenderse de posibles agresores.
“Lo que pasó con ella fue el punto de partida de esta decisión”, le explica Mary a Sputnik en un descanso de la clase. “Porque llegamos al punto de que no era más tolerable para nosotros estar viviendo este tipo de violencia constantemente y no hacer nada. Entonces mi colega Aurora me dijo que tendríamos que dar una clase para que las mujeres estén fuertes y enseguida me pareció que era lo correcto”.
Una vez que ambas mujeres acordaron el día y el lugar en el que impartirían sus clases, decidieron compartir la noticia en redes sociales, donde la respuesta fue abrumadoramente positiva, según relatan, y desde el primer momento un puñado de mujeres de distintas colonias de la capital mexicana se han aventurado al Parque México para el entrenamiento todos los domingos.
¿Y en qué consiste exactamente la clase que imparten? Ellas explican que la idea es, inicialmente, que la mujer tenga una condición física óptima, no necesariamente que se conviertan en boxeadoras profesionales, por lo que los ejercicios aeróbicos son uno de los puntos claves.
“Nosotros no queremos fomentar la violencia o que se involucren en una pelea, lo menos que queremos es que se pongan a dar puñetazos. Por eso, lo primero en lo que trabajamos es en la condición física, porque hasta para salir corriendo tienes que estar en buena forma. Pero la idea es que se sientan seguras y fuertes para manejar una potencial situación violenta. Y bueno, en caso de que tengan que defenderse de un contacto físico, también les enseñamos cómo tirar golpes”, explica Mary.
La excampeona mundial le cuenta a Sputnik que ha sido muy gratificante que se sumen mujeres que deciden inscribirse en sus clases porque sienten inseguridad en su vida diaria y que luego de unos meses, escuchar cómo dicen que han perdido ese miedo. “Saber que uno las ayuda a sentirse más seguras es muy bonito”, dice.
Mary Villalobos, campeona de boxeo
© Sputnik / Víctor Aguilera
Ser fuertes física y emocionalmente
Muchas de las alumnas con las que Sputnik pudo hablar cuentan historias similares para explicar por qué llegaron a la clase.
Marta, de 50 años, afirma que lo que la motivó a acercarse al Parque México fue la inseguridad que sentía en su colonia y los múltiples episodios delictivos que sufrió en carne propia.
“El año pasado me robaron a las tres de la mañana, cuando cruzaba el parque frente de mi casa, entonces cuando vi el anuncio de que se trataba de una iniciativa para aprender a defenderte, pensé que este era un lugar para mí”, confiesa.
Marta reconoce que se acercó con muchas dudas, ya que no estaba segura de que estuviese en condiciones físicas para soportar clases de box y realizar ejercicios bajo el sol. Sin embargo, dice, Mary y Aurora la tranquilizaron desde la primera clase.
“Escucharon mis inseguridades y me dijeron: ‘No te preocupes, te vamos a ayudar, te vamos a fortalecer y te vas a sentir mejor‘. Y fue lo que sucedió. No solo bajé 15 kilos, sino me siento mucho más segura con mi persona”, comparte.
Otra de las alumnas, Claudia, de 45 años, también le dijo a Sputnik que la oportunidad de ser una “mujer fuerte”, como prometían las profesoras, fue la que la llevó a sacrificar las mañanas de domingo en su cama y viajar hasta la Condesa. Sin embargo, le cuenta a Sputnik que, una vez anotada, las ganas de descansar en su casa no fueron el único obstáculo que debió vencer para seguir entrenando con regularidad.
“A mi pareja no le gustaba que viniera, en parte porque significaba dejar de pasar tiempo juntos, y en parte porque creo que le molestaba el crecimiento que iba a tener aquí. Así que me dijo ‘tienes que elegir, el box o yo‘. Y yo elegí el box”.
Claudia aclara que no rompió su relación, pero sí que decidió priorizar sus propias necesidades y búsquedas personales. Y no se arrepiente de su decisión: dice que, gracias a las clases, ha aprendido a ser una persona más fuerte mental y emocionalmente.
“Las profesoras hacen mucho hincapié en no rendirse y seguir luchando, y esa es una filosofía que me ha ayudado en este último año”, reconoce.
Ayudar desde la trinchera propia
Aurora la Loba Ramírez, otra de las creadoras de la iniciativa, explica que no tiene grandes puntos en contacto con el movimiento de mujeres, que no va a marchas o lee sus manifiestos, pero que las noticias cada vez más comunes de feminicidios brutales le hizo tomar conciencia que tenía que ayudar de la manera que sea.
“Yo respeto mucho al movimiento de mujeres, pero no es algo con lo que esté muy familiarizada. Entonces dije: yo puedo hacer mi parte, puedo aportar, pero desde mi trinchera, con lo que sé hacer”, explica.
Por eso, la Loba considera que cuidar el físico —históricamente un requisito para las mujeres en México para conseguir trabajo o pareja o para cumplir con determinados estándares de belleza— ahora tiene otra implicancia.
“Con lo que sucede en el país, tener una buena condición física no es una cuestión estética o de moda, es una cuestión de supervivencia. Entonces mi aporte es ayudar a que las mujeres puedan correr o sepan dar una patada. Porque esa puede ser la diferencia entre la vida o la muerte”, asegura.
© Sputnik / Víctor Aguilera