BRICS + 6

(CARLOS TELLO DÍAZ. CARTA DE VIAJE. MILENIO DIARIO

Los BRICS son un grupo formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. El acrónimo fue acuñado en 2001 por el economista inglés Jim O’Neill para agrupar a los mercados emergentes más importantes, aunque ellos mismos no asumieron ese nombre hasta 2008, cuando formalizaron su unión con el objeto de ofrecer un contrapunto al orden internacional dominado por Occidente alrededor de Estados Unidos.

Los BRICS no forman una organización internacional, no cuentan con estructuras permanentes, no comparten un mercado único, no tienen normas comunes a todos sus miembros. Los países que los forman son heterogéneos, tienen sistemas políticos distintos. ¿Qué podían buscar, en esas circunstancias? ¿El crecimiento o el fortalecimiento? Sus diferencias complicaban el fortalecimiento del grupo, por lo que la opción de crecer fue más fácil, más atractiva, para pesar más en el mundo. Reunidos la semana pasada para su 15ª cumbre en Johannesburgo, Sudáfrica, los BRICS optaron por crecer. Pasarán a ser once miembros, con la inclusión de Arabia Saudita, Argentina, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, e Irán, a partir del 1 de enero de 2024. El grupo representará cerca del 50 por ciento de la población mundial y más de 33 por ciento de su producto interno bruto. Estará enriquecido con la inclusión del Medio Oriente, será fortalecido con una mayor presencia en África, sobre todo, aunque también en América Latina.

El presidente Xi Jinping fue desde el inicio el principal impulsor de la ampliación de los BRICS. Saludó su “crecimiento histórico”, su “futuro radiante”. En marzo de este año, China había dado a conocer la Iniciativa para la Civilización Global, en la que hacía un llamado en favor de la igualdad de las civilizaciones, un llamado para respetar la diversidad de las culturas en el mundo, afirmando que todos los países deben estar abiertos para apreciar los valores de los otros y, así, resistir la tentación de querer imponerles sus propios modelos a los demás. Al ser dada a conocer aquella iniciativa, Irán y Arabia Saudita anunciaron su voluntad de restaurar relaciones, como parte de un acuerdo promovido por Beijing. A partir de 2024 serán miembros de un mismo grupo.

¿Qué objetivos buscarán los BRICS + 6? Cooperación económica y financiera, con el apoyo de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, y mayor capacidad de representar al Sur, sobre todo para reformar el sistema multilateral dominado por Occidente, hizo notar la editorial que le dedicó hace unos días Le Monde. Pero será difícil que sea, como quiere China, un bastión contra Estados Unidos (a lo que están opuestos India y Brasil) o, como desea Rusia, un opositor del G-7 (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia, Alemania y Japón). Es más probable que acabe siendo algo parecido al Movimiento de Países No Alineados, creado en 1955 en Indonesia. El presidente Vladimir Putin, conectado en Sudáfrica por videoconferencia, con lo que quiso desmentir la idea de que su país está aislado en el mundo, aplaudió “la importancia global de los BRICS”, habló por medio de su canciller a favor de “un orden mundial multipolar más justo”. Pero la diversidad de los países que son parte de los BRICS les impedirá conformar un polo que pueda contener el que forman las naciones más homogéneas de Occidente.