(CAROLINA GÓMEZ MENA. LA JORNADA)
En México, cada vez es más común que las mujeres, sobre todo las más jóvenes, descarten la maternidad como parte de su proyecto de vida. Los argumentos van desde los aspectos económicos, laborales, ambientales, de crecimiento personal y educativo, hasta la convicción de que su género no las obliga a procrear.
Hace apenas unas décadas, casi la totalidad de ellas ni se planteaba la posibilidad de no tener hijos. Actualmente, 93.2 por ciento de las mayores de 60 años son madres, pero la cifra baja a 44.9 en las que tienen entre 20 y 29, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Desde hace décadas, la tendencia de nacimientos en el país va en decremento. En 1994 hubo poco más de 2.9 millones y en 2022 casi 1.9 millones. Encuestas demográficas del Inegi evidencian el descenso constante de la tasa global de fecundidad: en 1970 era de 6.72 hijos por mujer, en 1990, 3.35; en 2012, 2.21, y en 2020 fue de 1.9 por mujer. El Banco Mundial refiere que en 2021 se ubicaba en 1.8. Las dos últimas están por debajo del nivel de remplazo poblacional, que es 2.1.
Con motivo del Día de las Madres, Sofía, de 26 años, asegura a La Jornada que no tendrá hijos. Sus argumentos a favor de la no maternidad
se centran en lo económico y la crisis climática. ¿Como para qué traer al mundo a más personas? No tiene sentido, somos demasiados y estamos acabando el planeta. Además, aunque tengo una licenciatura y trabajo, ni siquiera me alcanza para independizarme, menos para mantener hijos; ya les dije a mis papás que el único nieto que tendrán es mi gato
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Jennyfer, empleada de intendencia de 30 años, dice: ahora contamos con el derecho a elegir; no tengo hijos ni quiero tener en el futuro
. Está orgullosa
de su independencia económica, pero estima que su sueldo sólo alcanza para cubrir sus necesidades.
Al cuarto trimestre de 2023, en México había 38.5 millones de mamás, de las cuales, 46.5 por ciento estaban casadas; 20.5, en unión libre; 12 por ciento, viudas; 10 por ciento, solteras; 7.5, separadas, y 3.1, divorciadas.
Iris Santillán Ramírez, profesora investigadora del Departamento de Derecho de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Azcapotzalco, expone que en los últimos años los jóvenes se enfrentan a la precariedad laboral de manera general, pero que en el caso de las mujeres es más grave. Los sueldos son bajísimos y sin prestaciones… así no hay forma. ¿Cómo se tiene un hijo en estas condiciones? Y por otro lado, el feminismo ha quitado esa visión androcéntrica y patriarcal que nos vendía la idea de que la única manera de ser felices era a través del matrimonio y la maternidad
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Natalia sabe que ya no hay marcha atrás. La menopausia me alcanzó, al menos de manera natural ya no hay cómo engendrar
, pero no se arrepiente. Sus hermanas tomaron otra ruta: son madres. Una de ellas combinó la maternidad con su vida laboral, y sí se puede, pero es un gran desgaste; no estaba dispuesta a eso; soy feliz, aunque digan que fui egoísta… y si así fue, ¿qué?
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Angélica es una joven profesional, y debido a que hasta ahora no ha tenido mejores oportunidades laborales, descarta la maternidad. Gabriela Gutiérrez Mendoza, jefa de educación en la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM, refiere que se está entendiendo que la maternidad no es el destino de las mujeres por el hecho de tener la capacidad de procrear
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