EL UNIVERSAL
Dos fugas registradas en los campos petroleros de Ek Balam, en el Golfo de México, provocaron una mancha que alcanzó una extensión de 467 kilómetros cuadrados y podría llegar a Estados Unidos, calcularon expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La mancha probablemente se dirigirá hacia el este-noreste y eventualmente recalará en las costas de los estados mexicanos de Veracruz, Tamaulipas o en Estados Unidos, agregaron en un comunicado emitido este sábado por la UNAM.
Tras la información del incidente, reportado el 6 de julio ante la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) y la Secretaría de Marina (Semar), la UNAM informó que académicos del Instituto de Geografía (IGg) y del Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra (Lanot) usaron imágenes de radar para determinar la extensión de la mancha.
“Este tipo de imágenes detectan, en esencia, la textura de los objetos y es posible discriminar en la superficie marina, por la diferencia de densidades y el patrón de oleaje, a la mancha de hidrocarburos del resto del océano”, explicó Gabriela Gómez Rodríguez, académica del IGg,
La UNAM recordó que los campos Ek Balam forman parte del Complejo Cantarell, de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) ubicado a 80 kilómetros al noroeste de Ciudad del Carmen, estado de Campeche, sureste de México.
Tras procesar las imágenes y determinar la ubicación geográfica del contorno de la mancha de hidrocarburos, se estimó que, el 12 de julio, “alcanzó una extensión de 467 kilómetros cuadrados”, indicó Gómez Rodríguez.
La experta precisó que existen diversos modelos de corrientes marinas con los cuales se puede estimar hacia dónde se conducirá la mancha.
“Probablemente se dirigirá hacia el este-noreste y eventualmente recalará en las costas del Golfo, en Veracruz, Tamaulipas o Estados Unidos”, apuntó Gómez Rodríguez en el reporte, esto con base en el análisis de mapas incluidos en el Atlas de línea base ambiental del Golfo de México, realizado por Romero Centeno y otras personas (2021).
El pasado lunes, un grupo de organizaciones ambientalistas, entre ellas Greenpeace, alertaron sobre un derrame de hidrocarburos en el Golfo de México en la misma zona en la que el pasado 7 de julio se registró el incendio de la plataforma de Pemex Nohoch-A, en la Sonda de Campeche.
Mediante imágenes satelitales registraron un derrame de crudo de las plataformas de la zona, “y permiten suponer que el derrame inició alrededor del pasado 4 julio” y estimaron que la extensión, al día 12 de julio, era de aproximadamente 400 kilómetros cuadrados, -más del doble del área de la ciudad de Guadalajara-, aunque las autoridades no han informado sobre las causas y consecuencias del mismo.
El martes 18 de julio, Pemex admitió que su red de ductos de los campos Ek Balam sufrió dos fugas “mínimas”, pero rechazó que fuese un derrame de 400 kilómetros cuadrados, como denunciaron Greenpeace y otras asociaciones.
En un comunicado, la petrolera precisó que la fuga fue realmente de 58 metros cúbicos, el equivalente a 365 barriles de petróleo, y afectó a un área estimada de 0.06 kilómetros cuadrados donde el espesor de la película de aceite se estimó de menos de un milímetro.
Pemex afirmó que el derrame se reportó de manera inmediata el 6 de julio ante la ASEA y la Semar. Foto: UNAM