(DAVID PÁRAMO. EXCÉLSIOR)
Enrique de la Madrid planteó una advertencia en la que coinciden muchos: que se trata de una estrategia gubernamental para quedarse con los casi 5.8 billones de pesos de los trabajadores que son administrados por las afores. Adicionalmente, plantea que se tiene que discutir de una manera seria el tema y no tratar de hacer una reforma constitucional que no pasaría, en plenos tiempos electorales. Lo único que sucedería es que se generaría una gran tensión en la economía.
Las declaraciones que ha hecho el Presidente, que generaron un par de días de terror, no han amainado, entre otras cosas porque el gobierno publicó en redes una suerte de gráfica en la que dice que, con la reforma, los trabajadores pasarán de retirarse con 50% de su salario al 100 por ciento.
Se lee como un acto de justicia social maravilloso, sin embargo, resulta insostenible en el terreno de los hechos. El Padre del Análisis Superior decidió no darle importancia al supuesto manejo político que podría tener esta iniciativa en año electoral y ante la imposibilidad de que tuviera la mayoría calificada para ser aprobada.
REMATE MEMORIOSO
Durante muchos años, Carlos Ramírez, quien fuera presidente de la Consar, no sólo advirtió sobre el riesgo de un tsunami pensionario, sino que además hizo grandes esfuerzos para generar una cultura de mayor ahorro voluntario, puesto que, según sus análisis, la gente se jubilaría con la tercera parte de su último sueldo. Advirtió hace un lustro que el tiempo se estaba acabando y tomó todas las acciones que estuvieron a su alcance para modificar el monto de las pensiones. Llegó hasta donde se pudo y la reforma de 2020, que se hizo ya durante esta administración, a pesar de que también iba en el sentido correcto también fue insuficiente.
Entre los muy pocos que le hicieron caso a estas advertencias estuvo el PAS, pero los políticos decidieron ignorarlo, sus ocupaciones siempre están por el lado de sus urgencias partidistas y no de los temas relevantes para los mexicanos. Los dichos del Presidente plantean un deseo y quizá por eso no ha generado ninguna reacción hasta el momento en los mercados. Si realmente fuera una iniciativa o por lo menos un proyecto construido, evidentemente habría reacciones. A fuerza de tantas declaraciones mañaneras éstas han perdido impacto.
Sin embargo, el PAS considera que sí debe centrarse la discusión en lo fundamental:
1.- Como se ha planteado en este espacio desde hace una década, tiene razón Ramírez y ahora medio retomado por el gobierno en el sentido de que el actual sistema de pensiones no es suficiente para dar pensiones dignas a los trabajadores.
2.- A partir de ahí la pregunta debe ser cómo lograr que los trabajadores tengan una mejor jubilación.
Primero, las ideas absurdas. Volver a un sistema que estaba quebrado como el que se tenía con el IMSS antes de la reforma del presidente Zedillo; crear una súper administradora de fondos de retiro de carácter gubernamental, ya sabemos en qué termina esta historia, no sólo en México, sino también en todo el mundo.
Segunda idea absurda. Por ahí, se ha dicho que el gobierno podría aportar lo que falta. ¿De dónde saldría todo ese dinero? Considerando el muy elevado déficit en que incurrirá durante este año el gobierno, aumentarlo implicaría perder la calidad crediticia y sería la semilla de una grave crisis financiera. Entre lo que ha dicho el Presidente es que se tienen que hacer corridas financieras para ver cómo se consiguen los recursos. Evidentemente, buenos economistas como Gabriel Yorio o Rogelio Ramírez de la O le explicarán que no hay recursos en el erario.
3.- Así, ¿cuáles son los caminos viables para mejorar las pensiones? La respuesta es sorprendentemente sencilla: aumentar las cuotas para el retiro, puesto que en México son de las más bajas en América Latina y, evidentemente, insuficientes. ¿Cómo aumentarlas? La experiencia internacional demuestra que debe ser una mezcla gradual entre mayores aportaciones de trabajadores y patrones, así como facilidades fiscales para fomentar el ahorro voluntario.
En algunos países, el aumento no sólo ha sido paulatino, sino que también se aumenta el porcentaje de ahorro con base en el nivel salarial y tiene que ser el trabajador el que puede disminuir lo que aporta para su pensión hasta cierto límite. Lo deseable sería que esta discusión se dé bajo principios correctos y que no sea una presa de la politiquería que tanto daño le hace al país.