China inyectó más de 47,000 millones de dólares en un fondo de inversión para reforzar su industria de circuitos integrados, en vistas a aumentar su autonomía en este sector, según una base de datos consultada por AFP este lunes.
Los chips elaborados con materiales semiconductores son indispensables para muchos productos de la economía moderna, desde televisores y automóviles hasta armas, teléfonos o la inteligencia artificial.
Estos componentes están en pleno centro de una encarnizada rivalidad entre China y Estados Unidos por su miniaturización y el abastecimiento de un sector altamente estratégico.
En los últimos años, Washington incluyó en su lista negra a empresas chinas para excluirlas de las cadenas de suministro de tecnología estadounidenses y endureció las restricciones a la exportación hacia China de microchips.
El gigante asiático intenta acelerar desde entonces el desarrollo de sus circuitos integrados, cuyo rendimiento sigue siendo inferior al de los producidos por Estados Unidos, entre otros.
El ministerio chino de Finanzas, bancos estatales y varias empresas inyectaron 344,000 millones de yuanes (47,480 millones de dólares) en un fondo nacional, según la base de datos Tianyancha, que recopila información en China sobre las empresas.
La fabricación de chips es extremadamente compleja e implica a muchos países.
Muchas etapas dependen de Estados Unidos, así como de Países Bajos y Japón, cuyas empresas poseen prácticamente el monopolio de la producción de máquinas de litografía, indispensables para la miniaturización de los chips en láminas muy finas de silicio.
Esto otorga una mayor ventaja a estos tres países que poseen una influencia considerable sobre la producción mundial.
Países Bajos se unió recientemente a Estados Unidos y Japón para restringir la exportación a China de equipos avanzados de fabricación de chips.