(BELÉN SALDÍVAR. EL ECONOMISTA)
En el mes patrio, el costo de la canasta alimentaria en el ámbito urbano aumentó más que la inflación, de acuerdo con la información divulgada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) a través de la actualización de las Líneas de Pobreza.
El reporte del Inegi mostró que, mientras que la inflación general en septiembre se aceleró a 3.8% anual, el precio de la canasta alimentaria urbana aumentó 4.7%, es decir, se ubicó 0.9 puntos porcentuales por arriba del Índice de Precios al Consumidor.
De esta manera, en el ámbito urbano, una persona necesitó en el mes de al menos 2,454.74 pesos para acceder a una canasta alimentaria, es decir, los alimentos y bebidas para obtener los requerimientos nutricionales básicos de las personas.
El Inegi detalló que el rubro de alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar fue el que más contribuyó al incremento de la canasta alimentaria en el ámbito urbano, al presentar un incremento de 7.6% en comparación anual, convirtiéndose en el rubro con mayor incidencia.
En tanto, los otros dos rubros que más impactaron en el aumento de la canasta alimentaria fueron el bistec de res, con un incremento de precios de 18.7% anual, y la leche pasteurizada de vaca, con 9.2 por ciento.
“La inflación de alimentos, bebidas y tabaco habría incidido en que la línea de pobreza alimentaria, principalmente la urbana, fuera la de mayor crecimiento. La inflación de este rubro llegó a 5.34% en septiembre, adicional a la inflación de 8.45% de los pecuarios, siendo de las mayores en el mes. De continuar esta tendencia, se vislumbra que la canasta alimentaria podría seguir mostrando aumentos por arriba de la inflación”, explicó Banamex en su análisis.
De acuerdo con lo desglosado por el Inegi, las personas que viven en comunidad urbana, es decir en la ciudad, gastaron el mes pasado alrededor de 754.48 pesos mensuales en alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar, ya fueran desayunos, comidas y/o cenas.
En lo que se refiere a la leche pasteurizada de vaca, el gasto mensual fue de 154.87 pesos, mientras que gastaron 126.10 pesos en septiembre para comprar bistec de res.

Menor aumento en el ámbito rural
En el caso de la canasta alimentaria en el ámbito rural, el Inegi informó que el incremento estuvo en línea con la inflación general, y menor que el de la canasta urbana en septiembre.
De esta manera, en las zonas rurales, una persona necesitó de 1,850.65 pesos para poder acceder a una canasta alimentaria, lo que representó un aumento de 3.6% en comparación anual.
El rubro que tuvo una mayor incidencia en el ámbito rural también fue el de alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar, con un aumento de 7.6% en comparación anual.
En segundo lugar, otro rubro que afectó fue el bistec de res, cuyo precio incrementó en 18.7% anual en septiembre, seguido de la molida de res, cuyo incremento anual fue de 17.7 por ciento.
En precios, una persona del ámbito rural gastó 411.14 pesos en septiembre en alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar, mientras que en bistec de res destinó 108.24 pesos y en molida de res 63.63 pesos.
Canasta no alimentaria, en línea con la inflación
El Inegi detalló que, considerando tanto la canasta alimentaria como no alimentaria – ésta última considera servicios y otros insumos como vestimenta, blancos, entre otros – el precio tanto en el ámbito rural como urbano estuvo en línea con la inflación general reportada en septiembre.
En el ámbito rural, la canasta alimentaria y no alimentaria tuvo un incremento de 3.4% anual, mientras que en el entorno urbano el crecimiento fue de 3.8 por ciento.
“Las Líneas de Pobreza (LPI) por Ingresos se conforman de los alimentos (canasta alimentaria) y de bienes y servicios (canasta no alimentaria). Respecto a los productos que más contribuyeron al cambio anual de las LPI fueron los de la canasta alimentaria en los dos ámbitos; esta incidencia fue mayor en el urbano (63.9%) que en el rural (56.5 por ciento). Respecto a la canasta no alimentaria, destacaron los rubros de cuidados personales y de educación, cultura y recreación por ser los de mayor incidencia en el ámbito rural. En el urbano, por su parte, destacaron los de educación, cultura y recreación, así como los de cuidados personales”, indicó el Inegi.
En el ámbito rural, los cuidados personales tuvieron un incremento de 6.5% en comparación anual, mientras que los servicios de educación, cultura y recreación tuvieron un aumento de 5.6 por ciento.
Por su parte, en las zonas urbanas la educación, cultura y recreación presentaron un incremento de 5.7% anual en septiembre, mientras que los cuidados personales de 6.7 por ciento.
