(ERINET GÓMEZ. LA JORNADA)
La primera semana de agosto será inaugurado el Museo Virtual de las Matemáticas, espacio web que busca sorprender y generar una experiencia significativa que acerque a los usuarios con la ciencia de los números, señalaron Aubin Arroyo Camacho, del Instituto de Matemáticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sede Cuernavaca, y Renato Iturriaga Acevedo, del Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat) de Guanajuato, coordinadores del proyecto.
El objetivo, muy similar al de cualquier museo de arte moderno, es mostrar cosas que impresionen a los visitantes, con diferentes efectos: que disfruten las matemáticas, les resuenen, o les cambie la vida. Queremos sensibilizarlos sobre la existencia de la disciplina, su belleza y su utilidad
, dijo Iturriaga Acevedo en entrevista.
La Jornada tuvo acceso al portal electrónico –todavía cerrado al público– y navegó por las cinco salas que lo integran: La cocina, La cabina, El tiempo, El hormiguero y El airemar, donde predominan el ambiente inmersivo, simbología alusiva a los números, el círculo, la cons-tante pi y los colores del arcoíris.
En La cocina prevalece información sobre los número primos; en La cabina se aborda el teorema de Pitágoras, la cuarta dimensión y las superficies básicas; en El tiempo se encuentran la geometría y las teorías del caos y de nudos; en El hormiguero se habla de azar y el infinito; en El airemar se plantea la relación entre esta ciencia y la ingeniería, se explica cómo sirven para viajar y construir artefactos que resuelven nuestra vida cotidiana.
Arma tu propia aventura
Los matemáticos contaron que la idea de este espacio surgió durante la pandemia y se maduró por meses, hasta finales de 2021, cuando se tuvo un concepto claro: teníamos la sensación de que si algo nos había enseñado el periodo de aislamiento era la virtualidad, que como herramienta da acceso a personas a quienes los museos les quedan lejos
.
La iniciativa, desarrollada durante dos años y medio bajo el liderazgo de Arroyo e Iturriaga, pertenece a la Sociedad Matemática Mexicana y contó con financiamiento de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México (Sectei).
La plataforma cuenta con tres personajes: Mayor, Menor y Gato, quienes acompañarán a los visitantes en su recorrido para explicar los elementos de cada apartado. Además, en cada una de las salas, el público encontrará aplicaciones, como la calculadora sonora de precisión arbitraria, que permite hacer todas las operaciones básicas o Los cuadros mágicos, un conjunto de números enteros diferentes, colocados en las casillas de un cuadrado, cuya característica es que la suma de sus filas, columnas y diagonales principales siempre es la misma.
Arroyo Camacho destacó que el recorrido imita aquellos libros donde el lector arma su propia aventura a partir del orden en el cual elige leer; aquí hay una serie de interactivos y, según el acercamiento y selección, tendrán su propia historia
.
Hubo dos líneas de trabajo, una sobre los dispositivos y aplicaciones a desplegarse en el sitio, y otra sobre la museografía y la experiencia de los usuarios, lo cual requirió de un equipo multidisciplinario experto en ilustraciones, programación, desarrolladores web y redacción de cédulas, entre otros.
Arroyo e Iturriaga coincidieron en que la diferencia con otras plataformas estriba en que la mayoría son listas de aplicaciones ordenadas por temas, mientras nosotros desarrollamos una que despliega de manera integral cuatro conceptos: arte, diseño, matemáticas, computación, y eso lo hace especial
.
El museo fue diseñado para un público de nivel secundaria y preparatoria, aunque niños de primaria o adultos también encontrarán contenido atractivo e interactivo.
Los investigadores invitaron a estar al pendiente de la apertura y apropiarse de la propuesta. No se trata de números, de algoritmos, de ecuaciones, sino de entender las relaciones entre los objetos, las matemáticas y las relaciones entre nosotros
, concluyó Iturriaga.
Guías del Museo Virtual de Matemáticas. Foto cortesía de Renato Iturriaga