De arrecifes de coral a arrecifes de algas, ¿un viaje sin retorno?

JIMENA BEATRIZ PERAZA-ALVARADO, BENJAMÍN DELGADO-PECH Y ANTONIO ALMAZÁN BECERRIL. NEXOS.- Cuando pensamos en un arrecife de coral se nos viene a la mente una visión de un ecosistema marino extraordinario y colorido, donde el concepto de diversidad biológica adquiere enorme relevancia. En estos sitios coexisten cientos de especies de peces, invertebrados, algas y corales de diferentes formas y tamaños. En ellos, los organismos se reproducen, obtienen el alimento para su supervivencia y se refugian de los depredadores. Las comunidades humanas que habitan en las costas adyacentes a los arrecifes de coral también se benefician por la extensa gama de servicios ecosistémicos que el arrecife otorga, esto es, beneficios que una población obtiene de un ecosistema, como protección contra huracanes, atenuación del oleaje y producción de la arena de las playas. Además, son fuentes de empleo debido a que muchas personas trabajan como prestadores de servicios turísticos o en la pesca artesanal.

Desafortunadamente, debido a los efectos de las actividades económicas y recreativas que se realizan en las zonas cercanas, aunado a los desechos que como sociedad generamos (que no son adecuadamente tratados y que terminan en nuestros océanos), los arrecifes están dejando de ser abundantes en colores, formas, texturas y diseños magníficos, eliminando no solamente su belleza sino la biodiversidad que los arrecifes coralinos procuran. Ahora sólo predomina el color pardo de cientos de algas que se extienden por todo el arrecife. En donde antes estaban las increíbles colonias de coral con estructuras tridimensionales llenas de vida, ahora son las algas las que predominan y se apropian de los sitios donde pueden adherirse y crecer. Estos cambios tan significativos podrían traer como consecuencia que próximamente nos tengamos que referir a estos ecosistemas como arrecifes de algas.

Este es el caso de una gran cantidad de arrecifes coralinos en el mundo, incluyendo los de la zona norte del Caribe mexicano. Este declive se debe a muchos factores, como la sobrepesca y los cambios drásticos en la calidad del agua, y a otros más, que son efecto de cambios globales, por ejemplo, el aumento de la temperatura del mar y la acidificación del océano. Todo ello suscita eventos de blanqueamiento masivo, el surgimiento de enfermedades emergentes capaces de acabar en poco tiempo con muchos corales que antes se encontraban sanos, además del aumento desmedido de algas.

Las algas son organismos fotosintéticos de diversas texturas, colores y formas. Algunas hasta son comestibles, las podemos encontrar en nuestros platillos favoritos como el sushi. Existe un grupo conocido como algas carnosas cuyo color más característico es el pardo que se benefician de la muerte de los corales (utilizamos el término “carnosa” cuando su tejido es blando al tacto). Una vez establecidas, es muy difícil eliminarlas porque además de crecer muy rápido, tienen una gran ventaja: poseen la capacidad de producir defensas químicas que reducen su atractivo y su sabor, lo que desalienta que muchos herbívoros se alimenten de ellas.1

Especies de macroalgas que podemos encontrar en los arrecifes. De izquierda a derecha: Dictyota, Laurencia, Padina y Rhipocephalus
Especies de macroalgas que podemos encontrar en los arrecifes. De izquierda a derecha: Dictyota, Laurencia, Padina y Rhipocephalus

Aunque es una situación crítica, existen esfuerzos por revertirla como la reintroducción de corales. También está la posibilidad de introducir un herbívoro que sea capaz de superar las barreras químicas de las algas, y que las consuma en altas cantidades de manera tal que pueda facilitar el asentamiento de las larvas de coral en los espacios en las que éstas hayan sido removidas.

Antes de 1982, el erizo de lima era la especie encargada de mantener a raya a las algas. Lamentablemente, en ese año un patógeno desconocido ocasionó la mortandad masiva del erizo en toda la cuenca del Caribe.2 Hasta la fecha, la población no se ha recuperado. El hermoso y colorido pez loro es otro de los herbívoros que, según muchos investigadores, podría tener un papel relevante en el control de las algas. Sin embargo, incluso con su estatus de protección, sus poblaciones no son abundantes y sigue siendo susceptible a la pesca furtiva. Finalmente, otros investigadores se han enfocado en el cultivo del cangrejo rey del Caribe, organismo de gran tamaño que se alimenta con un alto consumo de algas que puede superar la de varios peces herbívoros y además no es susceptible a las defensas químicas. Sin embargo, sus poblaciones se consideran bajas y también es susceptible a la pesca furtiva.

Por esta razón, es primordial empezar a ampliar el panorama en la investigación del potencial de diferentes herbívoros para controlar las poblaciones de las algas a cualquier escala. Las algas son organismos importantes para el ecosistema, sirven de alimento, proveen hábitats a muchos organismos y pueden atrapar en sus tejidos mucho del carbono que está en exceso en la atmósfera. Su sola presencia indica cambios en la calidad del agua. Sin embargo, su crecimiento desmesurado genera grandes impactos. Perder definitivamente a los corales desencadenará el colapso de las cadenas tróficas en el arrecife, causando que los organismos emigren a otros lugares en busca de alimento y refugio o se extingan localmente. Los servicios ecosistémicos brindados a las comunidades adyacentes quedarán vulnerados con los impactos económicos por la pérdida de empleos y la reducción de actividades turísticas.

Los arrecifes de coral se están deteriorando, están sufriendo cambios y pérdidas en su estructura ecológica. Cada día, el riesgo de la desaparición de los arrecifes de coral se hace más real. Se abre con ello un escenario en el cual los antiguos arrecifes de coral serán sustituidos por deslucidos arrecifes de algas, conduciendo a una amenazante pérdida de la biodiversidad marina.

Jimena Beatriz Peraza-AlvaradoBenjamín Delgado-Pech y Antonio Almazán-Becerril
Unidad de Ciencias del Agua, Centro de Investigación Científica de Yucatán, A. C., Cancún, Quintana Roo, México

Agradecemos especialmente al Ing. Adriana Hernández Pérez por la elaboración de las imágenes del arrecife y al equipo del laboratorio de ecología costera por sus comentarios a este documento.


1 Bianco, É.; Teixeira, V., y Pereira, R. “Chemical defenses of the tropical marine seaweed Canistrocarpus cervicornis against herbivory by sea urchin”, Brazilian Journal of Oceanography, 58(3), 2010, pp. 213-218.

2 Lessios, H. “The great Diadema antillarum die-off: 30 years later”, Annual Review of Marine Science, 8, 2016, pp. 267-283.