Eco-Milk, una leche más amigable con el planeta

(REUTERS)

Una pequeña central lechera de Tasmania está abasteciendo los estantes de los supermercados con lo que dice ser “la primera marca de leche del mundo producida por vacas alimentadas con un alga marina que les hace emitir niveles más bajos de gas metano”, uno de los gases que causan el efecto invernadero.

Según Naciones Unidas, la industria ganadera es responsable del 30 por ciento de las emisiones mundiales de metano. Las algas marinas y otros aditivos alimentarios para el ganado podrían reducir estas emisiones de gases, pero aún no se han adoptado de forma generalizada debido a su costo.

Desde febrero pasado, el productor de leche de Tasmania Ashgrove alimenta a unas 500 vacas -la quinta parte de su cabaña- con un aceite que contiene un extracto de algas marinas que reduce el metano liberado por la digestión de las vacas, explica el copropietario Richard Bennett.

Esta es una prueba sobre si los consumidores están dispuestos a pagar más por productos lácteos con menor impacto ambiental-Richard Bennett. Copropietario

Las vacas producen unos 10 mil litros de leche al día, una parte de la cual se embotella como “Eco-Milk” y se vende en toda Tasmania, incluso en Woolworths WOW.AX, la mayor cadena de supermercados de Australia.

“Estamos consiguiendo reducir el metano en un 25 por ciento”, afirma Bennett.

Eco-Milk” es una prueba sobre si los consumidores están dispuestos a pagar más por productos lácteos con menor impacto ambiental.

Una botella de dos litros se vende por 5.50 dólares australianos (3,67 dólares estadounidenses), 25 centavos más que la leche entera normal, dijo Bennett, quien añadió que las ventas iban bien, pero que la empresa aún tenía que decidir si ampliaba el proyecto.

Sus vacas producen unos 10 mil litros de leche al día, una parte de la cual se embotella como ‘Eco-Milk’ y se vende en Tasmania y Australia

Los productores de aditivos alimentarios que inhiben la liberación de metano por los microbios que digieren la materia vegetal en el estómago de las vacas han invertido cientos de millones de dólares para producir una cantidad suficiente para alimentar a millones de animales.

El fabricante francés de quesos Bel Group dijo el año pasado que alimentaría con un aditivo a unas 10 mil vacas lecheras en Eslovaquia. Otras empresas, como JBS, Danone y Fonterra han probado otros aditivos, pero no los han aplicado a gran escala.

El aditivo utilizado por Ashgrove lo suministra una empresa de Tasmania llamada Sea Forest.