Economía débil: La eurozona entra en recesión

ISMAEL VALVERDE AMBRIZ. EXCÉLSIOR

Esto sugiere que el impacto de la guerra de Rusia en Ucrania puede haber sido más profundo de lo esperado a principios de este año. Si bien la economía de Estados Unidos hasta ahora ha logrado sobrellevar y digerir el impacto del fuerte aumento de las tasas de interés y continúa creciendo gracias al consumo sólido, el empleo y un repunte prolongado de los mercados financieros, Europa se está quedando cada vez más rezagada.

Un dato: la economía de Estados Unidos es ahora 5.4% más grande que antes de la pandemia de covid-19; la economía de la eurozona es sólo 2.2% superior.

La inflación, impulsada por un aumento en los costos de la energía y los precios de los alimentos altos, se ha suavizado en Europa recientemente, pero sigue siendo alta y está afectando negativamente al consumo.

La debilidad en Alemania es una preocupación particular. En décadas pasadas, la economía del país a menudo logró recuperarse rápidamente de los shocks económicos gracias a la fortaleza de sus exportaciones.

Pero el comercio mundial se ha visto afectado por la pandemia de covid-19 y las tensiones geopolíticas, y es posible que esta vez no ofrezca el mismo grado de apoyo.

La producción industrial alemana mostró una fuerte caída en marzo. Y la guerra en Ucrania es otra fuente importante de incertidumbre para la región: la industria alemana, intensiva en energía, ha tenido que enfrentar la caída del suministro ruso y el encarecimiento de los precios.

Debido a su tamaño, la economía alemana por sí sola puede arrastrar hacia arriba o hacia abajo a la eurozona. La caída de la eurozona en la recesión a principios de año se produjo a pesar del crecimiento en Francia, Italia y España, sus otras grandes economías.


Las expectativas apuntan a una recuperación lenta y prolongada para el continente a finales de este año, donde los consumidores y las empresas también están sintiendo los mayores costos de endeudamiento a medida que el Banco Central Europeo (BCE) continúa elevando las tasas de interés para combatir la inflación.

Sin embargo, la recesión no fue tan dramática como para provocar una pausa en la campaña de aumento de tasas del Banco Central Europeo, donde se anticipan nuevos aumentos.

Las proyecciones indican que el crecimiento se reanude hasta junio, cuando la caída de los precios de la energía alivie la presión sobre los presupuestos domésticos. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) dijo que esperaba que la economía de la eurozona creciera un 0.9% este año, aproximadamente la mitad que la economía de Estados Unidos.

La principal diferencia entre la Eurozona y Estados Unidos es el gasto del consumidor. Los estadounidenses están gastando, a diferencia de los europeos, y no han tenido que recortar sus gastos en bienes para poder hacerlo.

En Europa, el gasto de los hogares cayó tanto en el último trimestre del año pasado como en el primer trimestre de 2023. Las importaciones también cayeron considerablemente en ambos trimestres, una señal de que la debilidad en la eurozona está afectando a las empresas en otras partes del mundo.

De vuelta en Europa, mientras que los precios de la energía se han normalizado desde sus picos de 2022, los precios de los alimentos han seguido aumentando a un ritmo acelerado, debilitando el gasto de los hogares en otros bienes y servicios.

La serie de aumentos de tasas del Banco Central Eurpeo, que comenzó en julio del año pasado, ahora se ha abierto camino a través del sistema financiero del área monetaria.

Es probable que las afectaciones para el crecimiento se acumulen durante los próximos meses, con el banco central señalando que tiene la intención de aumentar su tasa de interés clave por octava vez la próxima semana.

El pobre desempeño económico de la eurozona en lo que va del año refleja en parte los costos de la invasión de Ucrania.

La economía rusa se contrajo 2.0% el año pasado y la OCDE espera que se reduzca 1.5% más este año y 0.4% en 2024. La economía de Ucrania se contrajo un tercio en 2022 y es probable que haya sufrido más daños tras la destrucción de una presa y central hidroeléctrica en el sur del país esta semana.