(MARCO GONZÁLEZ. EL SOL DE MÉXICO)
Quintana Roo que además de sus playas de arena blanca, oculta frente a sus costas un tesoro ecológico de enorme proporciòn. El Sistema Arrecifal Mesomericano (SAM) tanbién conocido como Arrecife Maya, considerado el segundo más grande del mundo, después de la Gran Barrera Australiana.
Abarca más de de mil kilómetros desde Cabo Catoche, en el norte de México, hasta Islas de la Bahía, frente a la costa de Honfuras. también cruza los litorales de Belice y Guatemala-
Más allá de su exuberante belleza y su enorme biodiversidad, el SAM es un pilar vital para el equilibrio ecológico y social de la región.
En menos del 1 por ciento del área oceánica global, los arrecifes coralinos como el SAM albergan hasta el 25 por ciento de todas las especies marinas conocidas.
Su diversodad biológica es comparable sólo con la de las selvas tropicales o los bósques de neblina.
Biodiversidad del sistema arrecifal
Según un informe de CONABIO el SAM alberga una riqueza excepcional de especies, desde peces marinos, algas calcáreas invertebrados acuáticos, hasta especies clave como el manatí, que encuentra refugio en humedales cercanos como los de la Bahía de Chetumal.
En la región arrecifal es común encontrar algas rizofíticas, géneros como Halimeda y Udotea, así como rodofitas coralinas de los géneros Amphiroa, Jania, Porolithon y Lithophyllum, que contribuyen a la formación de los arrecifes y su resiliencia estructural.

En total, se han registrado en Quintana Roo más de 7 mil especies, incluyendo 580 especies de peces marinos, 106 reptiles, 483 aves y 114 mamíferos lo que posiciona al estado como uno de los territorios con mayor biodiversidad del país.
Muchas de las especies que habitan estos arrecifes se encuentran en peligro. Entre ellas están las tortugas lora, carey, verde, caguama, el tiburón ballena y el manatí.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), varias de estas especies se hallan en estatus de vulnerabilidad crítica o amenazada.
Zona en peligro
A lesar de su importancia, el SAM enfrenta amenazas crecientes. El desarrollo turístico e inmobiliario, la sobrepesca, las actividades extractivas de petróleo y minerales, la introducción de especies invasoras también han afectado sifnificativamente la calidad del agua y la integridas del lecho marino.
A esto se suma el impacto del cambio climático, cuyos efectos, como el aumento de la temperatura y la acidificación del océano han acelerado el blanqueamiento coralino, con esto, el colapso de ecosistemas enteros.
A pesar del escenario negativo, el ecosistema muestra signos de recuperación, especialmente en su porción mexicana.
De acuerdo con el Índice de Salud Arrecifal (ISA), la salud del SAM pasó de “malo” a “regular” 2.8 por ciento. Gracias al incremento de la cobertura coralina, del 10 al 18 por ciento, y al crecimiento de la biomasa de peces herbívoros escensiales para equilibrar el crecimiento de algas.
