(AMANDA CHU, OLIVER ROEDER Y ALEX IRWIN-HUNT. FINANCIAL TIMES)
Hace un año, el presidente Joe Biden inauguró una nueva era de la política industrial estadunidense, con la firma de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por su sigla en inglés) y la Ley de Chips y Ciencia. Ambas leyes, aprobadas con pocos días de diferencia una de otra el pasado mes de agosto, ofrecían más de 400 mil millones de dólares (mdd) en créditos fiscales, préstamos y subsidios, todo esto diseñado para impulsar el desarrollo de una cadena de suministro nacional de tecnologías limpias y microprocesadores.
A lo largo del último año, el Financial Times identificó más de 110 anuncios de fabricación a gran escala —incluidos microprocesadores, vehículos eléctricos, baterías y piezas para energía solar y eólica— estimulados por la histórica legislación. Los examinamos y hablamos con expertos, y esto es lo que hemos aprendido.
Proyectos
Desde la aprobación de la IRA y la Ley de Chips en Estados Unidos se anunciaron proyectos de fabricación de microprocesadores y tecnologías limpias por valor de al menos 224 mil millones de dólares. En total, prometen crear 100 mil puestos de trabajo. El FT contabilizó los anuncios de empresas de al menos 100 mdd, desde agosto de 2022 hasta esta semana.
Aunque el ritmo de los anuncios se desaceleró, cada mes desde la aprobación de las leyes trae nuevos proyectos. Este mes, Maxeon Solar Technologies, con sede en Singapur, anunció una planta de paneles solares de un mil millones de dólares en Albuquerque, Nuevo México, y el fabricante estadunidense First Solar eligió Luisiana para instalar su quinta fábrica, valorada en un mil 100 mdd, la mayor inversión de capital de la historia de la región.
“La (IRA) está trabajando para acelerar la transición energética de la nación, estimular el crecimiento económico y poner en marcha un renacimiento de la fabricación estadunidense. No creo que en mi carrera haya visto nunca una ley con mayor impacto en el desarrollo económico de este país”, dijo Gregory Wetstone, director ejecutivo del American Council on Renewable Energy, grupo de cabildeo a favor de las energías limpias, en una mesa redonda celebrada el lunes.
Los mayores compromisos proceden de grupos de microprocesadores: Intel ampliará un campus en Arizona y Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) construirá una segunda planta de fabricación en el mismo estado; IBM invertirá en la región neoyorquina de Hudson Valley y Micron construirá la planta de semiconductores más grande de EU, en Clay, Nueva York.
Los sitios de proyectos planeados se reparten por todo el país, pero algunos estados y regiones llevan la delantera y aparecen nuevos centros de fabricación. Georgia y Carolina del Sur son los estados con más proyectos, 14 y 11, respectivamente. Les siguen Michigan y Ohio, y Arizona.
“Se te pone la piel chinita solo de pensar en los próximos 10 a 20 años, ¿cómo será la región de Midlands? (en el centro del estado)”, dijo Ashely Teasdel, subsecretaria de Comercio de Carolina del Sur, del plan de 2 mil millones de dólares de Volkswagen para construir una planta de vehículos eléctricos en la región central del estado. Carolina del Sur otorgó a Volkswagen un paquete de incentivos de 1.3 mil mdd para asegurar el proyecto.
Aseguran dólares
El FT encontró que más de 80 por ciento de las inversiones en tecnología limpia y microprocesadores anunciadas el año pasado se dirige a los distritos republicanos, a pesar de que los republicanos del Congreso no votaron a favor de la IRA y solo otorgaron un tibio apoyo a la Ley de chips.
“Tenemos un apoyo increíble tanto de los demócratas como de los republicanos en Georgia”, dijo Marta Stoepker, portavoz de Qcells, un fabricante de piezas para la producción de energía solar de Corea del Sur que este año realizó una inversión de 2 mil 500 millones de dólares en dos distritos republicanos de Georgia, incluido uno representado por la agitadora republicana Marjorie Taylor Greene.
Pero un comité liderado por republicanos en la Cámara de Representantes aprobó recientemente un proyecto de ley que debilitaría a la IRA, mientras que el Project 2025 (Proyecto 2025) del grupo de reflexión de derecha Heritage Foundation ya creó un extenso manual que insta a una posible futura administración republicana a echar atrás la legislación.
“Una de las mayores diferencias en la política entre un candidato republicano y un candidato demócrata será lo que va a suceder con la energía”, dijo Diana Furchtgott-Roth, exfuncionaria de la administración Trump ahora en Heritage. “El Project 2025 es para asegurar que la economía crezca rápido, y crecerá más rápido con menos gasto, especialmente el gasto público”.
Inversión extranjera
Las compañías surcoreanas y europeas lideran la entrada de capital extranjero, anunciando 20 y 19 proyectos, respectivamente, desde la gran legislación del año pasado. La oleada de proyectos se produce cuando los aliados de Estados Unidos despliegan sus propias políticas para competir con los subsidios de la IRA que, según ellos, crearon unas condiciones desiguales.
Paolo Gentiloni, el comisionado de economía de la Unión Europea, le dijo al Financial Times el mes pasado que el “factor de atracción de la IRA está aumentando” y pidió a Europa que intensifique su respuesta. En febrero, la Unión Europea anunció un plan industrial para competir, que incluye subsidios para mantener a los desarrolladores en el bloque.
Meyer Burger, un fabricante suizo para la producción de energía solar, anunció el mes pasado que va a suspender sus planes de expansión en Alemania para abrir una fábrica de 400 millones de dólares en Colorado para recibir créditos fiscales de la IRA.
“Sería muy feliz si Europa llegara más rápido a esta nueva realidad sobre el clima y otorgara más apoyo para las empresas aquí… mientras más tarde, más inversión se va a ir a EU, no solo de Meyer Burger sino también de otros”, dijo Gunter Erfurt, director ejecutivo de la compañía.
Un puñado de empresas chinas realizó inversiones —desafiando la erosión de las relaciones entre Pekín y Washington— pero muchas son demasiado pequeñas para incluirlas en el análisis del FT. Entre las más grandes se encuentran la fábrica de baterías de 2 mil 400 millones de dólares de Gotion en Michigan y la expansión de 300 mdd de la fábrica de vidrio para automóviles de Fuyao Glass en Ohio.
Aunque el crédito fiscal para vehículos eléctricos de la IRA permite a los desarrolladores obtener algunos materiales en el extranjero, las importaciones de China no califican.
Un comité del Congreso sobre China liderado por los republicanos envió el mes pasado una carta a Ford anunciando que está investigando su acuerdo de licencia de tecnología con el gigante chino de baterías CATL en su fábrica de baterías de Michigan de 3 mil 500 millones de dólares anunciada en febrero.
Obstáculos
Más de un millón de puestos de trabajo en EU para ingenieros en ciencias computacionales y para ingenieros corren el riesgo de quedar vacantes para finales de la década, de acuerdo con un informe de julio de la Asociación de la Industria de Semiconductores y Oxford Economics.
Associated Builders and Contractors, un grupo de cabildeo del sector de la construcción, dice que Estados Unidos se enfrenta a un déficit de 500 mil trabajadores de la construcción tan solo este año, ya que trata de satisfacer la demanda impulsada por los anuncios de nuevas fábricas.
“Salen tantas (plantas) nuevas”, dijo Gregg Lowe, director ejecutivo de Wolfspeed, un fabricante de microchips que anunció una fábrica de 5 mil millones de dólares en Carolina del Norte el año pasado. “El mayor desafío probablemente será la mano de obra para construir la fábrica… luego, el segundo desafío es que una vez que construyes la fábrica, tienes que equiparla con herramientas, y los plazos de entrega para las herramientas de microchips definitivamente se han alargado”.
Los largos plazos de entrega para la construcción, los avances tecnológicos en el extranjero y los escasos suministros de materias primas también obstaculizarán el desarrollo de las cadenas de suministro.
En un informe reciente de BloombergNEF se advierte que las nuevas fábricas de celdas solares de Estados Unidos podrían volverse “funcionalmente obsoletas” en los próximos cinco años debido a los largos plazos para la construcción y los nuevos desarrollos en Asia.
S&P Global Commodity Insights dijo el martes que Estados Unidos tendría dificultades para satisfacer la demanda de minerales críticos como el níquel al depender de fuentes nacionales y socios de libre comercio, una condición para asegurar los créditos fiscales de la IRA.
Esto significa que es probable que el este de Asia mantenga su control sobre los suministros globales de tecnología limpia y chips esta década, dicen los analistas.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) espera que China controle más de 60 por ciento de la cadena de suministro mundial de energía eólica, baterías y energía solar para 2030. Benchmark Mineral Intelligence espera que China tenga más del doble de la capacidad de fabricación de baterías que Estados Unidos y Europa juntos para el final de la década.
Aunque Estados Unidos logre la autosuficiencia en la producción de celdas de baterías y módulos solares de aquí a 2025, seguirá dependiendo de las importaciones de piezas como ánodos y cátodos para baterías y polisilicio para módulos solares, predice la empresa de investigación Rystad Energy.
“Las dos mayores economías se van a necesitar mutuamente hasta cierto punto”, asegura Andrés Gluski, director ejecutivo de AES, uno de los mayores desarrolladores de servicios públicos a escala mundial. “Una ruptura total del comercio no tiene sentido, tampoco redundaría en beneficio de la lucha global contra el cambio climático”, apuntó el especialista.