El secreto de la vida eterna podría estar en la longevidad de las tortugas

BAYRON HERNÁNDEZ. EL SOL DE MÉXCO

Uno de los mayores anhelos de la humanidad ha sido la juventud eterna. En la antigüedad los magos utilizaban la alquimia para descubrir nuevos elementos, por un lado experimentaban, por otro, se guiaban de textos sagrados como la Cábala para ir desarrollando herramientas que las personas requerían.

Si bien algunas ideas fueron exitosas y se logró abrir el camino hacia lo que hoy es la Química, otros inventos estaban impulsados por creencias religiosas y caprichos meramente humanos, siendo unos de ellos la vida eterna.

Ahora, los científicos, que muy en el fondo siguen teniendo algo de alquimistas, persiguen el camino a la vida eterna y han descubierto que el secreto podría estar en los anfibios y reptiles.

Una de las cosas que siempre ha llamado la atención a los científicos es la extensa vida que puede tener una tortuga. A diferencia de los mamíferos o aves, las tortugas pueden vivir más de cien años sin problema alguno.

¿Qué es lo que hace que estos reptiles vivan más?

Hay que tener en cuenta que los reptiles son ectotermos (sangre fría) y los mamíferos y demás seres son endotermos (sangre caliente), por lo que este también será un factor crucial de la investigación. Ya que sabemos la diferencia, podemos pasar al experimento.

Científicos de la Universidad Flinders, la Universidad Estatal de Pennsylvania, la Universidad Estatal de Michigan y la Universidad del Noreste de Illinois que publicaron su investigación en la revista Science, utilizaron datos de 107 poblaciones (77 especies) de reptiles y anfibios no aviares el grupo para poner a prueba la idea de que los animales de sangre fría viven más.

En la prueba se demostró que los animales de sangre fría al controlar la filogenia (evolución y formación de la especie) y el tamaño corporal, revelan una mayor diversidad de tasas de envejecimiento en comparación con los endotermos (sangre caliente).

También descubrieron que hay varios factores que ayudan a retrasar el envejecimiento como los modos de termorregulación, la temperatura ambiental, los fenotipos protectores y el ritmo de la historia de vida.

En resumen, las características de los reptiles, como sus espinas, el veneno que producen y sus caparazones, los ayudan a lidiar con varios problemas en el mundo salvaje.

“Podría ser que su morfología modificada con caparazones duros provea protección y haya contribuido a la evolución de sus historias de vida y excepcional longevidad,” dice Anne Bronikowski, bióloga de la Universidad Estatal de Michigan.

Si bien con los avances tecnológicos los humanos tienen más opciones de esquivar la muerte, ¿será posible que algunas de estas características se puedan implantar de alguna manera en los humanos para prolongar nuestra vida pero también que esta sea de calidad?