AGENCIA EFE: Agro, Texto y Foto.
Expertos de medio centenar de países se reúnen a partir de este lunes en Cádiz, España, para analizar en el 44 Congreso Mundial de la Viña y el Vino los principales retos de este milenario sector, entre otros, cómo afrontar el cambio climático o cómo aprovechar las oportunidades que le ofrece la inteligencia artificial.
Este cultivo, que ocupa un 3 por ciento de la superficie arable del mundo, es “el más sensible al cambio climático” y por eso “nunca ha sido negacionista”, aseguró hoy tras la inauguración del congreso Pau Roca, director general de la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV), organizadora de este congreso anual que por sexta vez se celebra en España y que aglutina a 49 países productores y 18 observadores.
“Hemos sido, yo diría, los canarios que llevaban los mineros a la mina. Y cuando veían que el canario dejaba de cantar y empezaba a morirse tenían que salir rápidamente”, comparó el director de la OIV.
Por eso el sector, que vive del suelo, el clima, el agua y el trabajo del hombre, quiere ser “ejemplar” en la mitigación del cambio climático y en la adaptación a los cambios que inevitablemente producirá.
“Lo que no es opción es la deslocalización”, aseguró, mientras apuntó que el cambio climático ya ha ofrecido nuevas oportunidades, como tener viñedos en el sur de Suecia y de Inglaterra. Este será por ello uno de los principales temas del Congreso de la Viña y el Vino que se celebra esta semana en Cádiz, bajo el lema “Vitivinicultura y las Tecnologías de la Información”.
Porque el sector también quiere aprovechar las oportunidades que ofrecen el big data, las tecnologías de la información y la inteligencia artificial a toda la cadena “desde el viñedo a la copa” y reflexionar sobre los retos reglamentarios que tiene que desarrollar para ello, según ha expuesto Pau Roca.
Las nuevas tecnologías pueden aportar beneficios desde el control de plagas en el viñedo hasta la trazabilidad y la autenticidad del producto para el consumidor.
“¿Puede el vino tener una identidad digital, puede hacerse un token con el vino, igual que lo tienen las personas, los productos financieros y las obras de arte?”, planteó el director general de la OIV, como uno de las muchos debates abiertos.
Otros de los retos que afronta el sector es afrontar nuevos consumos y nuevos consumidores.
En su discurso de inauguración, el presidente de la OIV, Luigi Moio, alertó de la necesidad de proteger el mundo del vino y de que el mundo del vino se proteja.
“El sector vive hoy por desgracia problemas, la sociedad podría ir hacia modelos que lo pueden poner en tela de juicio”, manifestó tras adivinar que puede llegar “una nueva ola de la ley seca” que podría afectar al vino, una bebida que es “diferente a otras bebidas alcohólicas” y una actividad que “defiende a los territorios” en los que se produce.
Por eso, y para conquistar a los jóvenes como consumidores, el sector investiga en vinos desalcoholizados o de menor graduación, que pueden tomarse en contextos menos formales.
“Necesitamos redibujar el papel del vino”, puntualizó en su intervención el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, que participó en la inauguración del congreso como representante del país anfitrión de uno de los eventos científicos y tecnológicos más importantes del año del mundo de los vinos.
Planas recordó que España es el país con mayor superficie de viñedos del mundo, unas 940.000 hectáreas. Es el tercer país productor y el primer país exportador, ya que produce unos 40 millones de hectólitros anuales y de ellos exporta 27 millones.
Destacó que “muy recientemente” se ha logrado una cifra récord de exportaciones, 3.060 millones de euros.
Es un sector del que él y el Gobierno se sienten “particularmente orgullosos”, porque es “clave” y de especial valor para la imagen de España porque ofrece “un gran producto” en sus más de 150 variedades autóctonas de uva, 100 denominaciones de origen protegidas y 42 indicaciones geográficas protegidas.
El Congreso Mundial del Vino se cerrará el próximo viernes en Jerez de la Frontera con la 21ª Asamblea de la OIV, que arrancará los actos del centenario de la constitución de esta organizacíón y proclamará el 2024 como año internacional de la vid y el vino.